domingo, 24 de abril de 2011

Domingo de Resurrección


Celebramos la Pascua Victoriosa de Cristo Resucitado. Es la gran noticia que la Iglesia sigue anunciando en el mundo Cristo, el Amado, vive, fue como un beso del Padre al cuerpo roto y ensangrentado de su Hijo y lo llenó de Espíritu de vida. Cristo vive y está siempre con nosotros.

La fuerza de la resurrección se me da para que también yo la comunique. Esto obliga a luchar contra las fuerzas que producen muerte, a situarnos junto a los cricificados, a resucitar lo que va muriendo, a alentar a lo que va naciendo.


¿Qué pasa en nuestro mundo?

A veces nos desanimamos pensando que ni la sociedad ni la Iglesia se renuevan positivamente, que la injusticia campea libremente, que los sistemas económicos y financieros son perversos, y en ellos vivimos tranquilamente instalados, que el mundo sigue roto y la Iglesia dividida, que la gente pasa de todo tipo de utopías, que el consumismo todo lo materializa, y sentimos la tentación de gritar ¿Hasta cuándo?

La respuesta de Dios es la resurrección de Cristo y un sí a la vida y a todas nuestras más profundas aspiraciones.

Un sí a la creación sin límite.

La resurrección es un sí de Dios a la vida humana. Es un no a la vida entendida como absurdo, como frustración y sin sentido.

Mira a tu alrededor, busca señales de la resurrección de Cristo. Verdad que existen y son palpables.


¿Qué nos dice la Palabra de Dios?

* Ver Hch. 10; 34a 37-42

En el país de los judíos, empezando en Galilea, en la época de Juan, apareció Jesús de Nazaret, ungido de Espíritu, por eso le llamamos "Cristo", que pasó entre nosotros chorreando gracia y libertad. Sin duda que era presencia, sacramento vivo de Dios. Fue Dios mismo el que pasó entre nosotros para salvamos.

* Ver Col. 3; 1-4

En la Pascua todo es nuevo: el fuego, la luz, el agua, la levadura, los vestidos. Todo con la marca de Jesucristo. Es obvio que han de cambiar nuestras actitudes, nuestros gustos, nuestros sentimientos, nuestros comportamientos, nuestras ideas.

* Ver Jn 20; 1-9

Se nos describe con todo detalle las experiencias de la resurrección de Jesús. Una mujer es la primera que se asoma al misterio. Cuando todo estaba oscuro, hay mujeres que tienen las lámparas encendidas.


Para la vida:


- ¿Qué estilo de vida debe tener un cristiano que quiere vivir la resurrección de Jesús?

- ¿Cómo es tu estilo de vida como cristiano?


www.mercaba.org



- ¿Qué debes cambiar para que sea transparencia de Cristo resucitado?


Un rato de oración:

Queremos madrugar para encontrarte:
... y vivir la vida contando con tu presencia.

Terminaron contigo, pero tú te quedaste entre nosotros.

Tu presencia nos invade, tu fuerza nos envuelve,
tu ejemplo nos entusiasma y tu luz nos ilumina.

Queremos madrugar cada día para encontrarte,
para no despistamos y vivir sin ti..

Ellas, las más tempranas, descubrieron tu presencia entre nosotros.

Otros nos adormilamos y comenzamos el día sin contar contigo,
sin damos cuenta de que caminas la vida a nuestro lado.

Queremos madrugar para salir al encuentro del hermano,
para que las prisas no nos hagan correr indiferentes,
sin importamos su vida, sin compartir los dificultades cotidianas,
sin comunicarnos desde el hondón,
haciéndonos buenos amigos y compañeros del camino de la vida.

Queremos madrugar para disfrutar, para vivir resucitados,
fortalecidos por tu impulso, entusiasmados por tu propuesta,
comprometidos en tu tarea.

Tu impulso, Señor, viene para despertar en nuestro interior
la luz y el deseo de liberar y alegrar a los hermanos.

Queremos madrugar porque nuestra alma estaba turbada,
nuestro ego nos tenía distraídos y Tú, Señor, nos despiertas a la misericordia,
al vivir para los demás, a ser solidarios y liberadores.

Queremos madrugar porque, a pesar de las noches oscuras,
Tú nos invitas a seguir tu proyecto, a la entrega total,

Tú nos sacas de nuestras miserias y nos haces misericordia.

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