domingo, 30 de noviembre de 2008

Cardenal Arinze: “La liturgia es la respiración de la vida de la Iglesia”



El prefecto de la Congregación para el Culto divino habla sobre la renovación litúrgica conciliar

CIUDAD DEL VATICANO, martes 25 de noviembre de 2008 (ZENIT.org).-

La liturgia es el corazón de la Iglesia, si la Iglesia no celebra la Eucaristía, se convierte en una institución "obsoleta", afirma el cardenal Francis Arinze, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en una entrevista concedida al diario L'Osservatore Romano el pasado sábado.

El purpurado, que celebró el pasado fin de semana el 50 aniversario de su ordenación sacerdotal, hizo balance de su labor al frente de la Congregación, cuya labor, explicó, no es la ser una "policía eclesiástica" sino sencillamente la de "promover el culto divino".

"Si la Iglesia no reza, no vive. La liturgia es la respiración de la vida de la Iglesia. La Iglesia nació para adorar a Dios, honrarlo y alabarlo. La misa es el acto más elevado que la Iglesia puede hacer, no hay nada más elevado Éste es esencialmente el centro de la actividad de este dicasterio", explicó.

Ante las dificultades y confusiones en materia litúrgica surgidas tras el Concilio Vaticano II, el cardenal explicó que el problema "no es el Concilio en sí, sino de quien no lo ha recibido correctamente o de quien incluso lo ha rechazado con los hechos".

"Hay personas que no han digerido lo que ha dicho el Vaticano II, otras pretenden dictar la interpretación auténtica del espíritu conciliar y otras que piden incluso un nuevo concilio", explico, aunque admitió también que "la situación hoy es mucho más tranquila que hace treinta años".

El cardenal afirma que muchos abusos "no se deben a la mala voluntad, sino a la ignorancia. Algunos no saben, o no son conscientes de que no saben. No saben, por ejemplo, que las palabras y los gestos tienen raíces en la tradición de la Iglesia. Así, creen ser más originales o creativos cambiándolos".

"Frente a estas cosas, es neceesario reafirmar que la liturgia es sagrada, es la oración pública de la Iglesia", añadió.

El purpurado explicó que en estos momentos, su dicasterio está estudiando algunos cambios en la liturgia, como por ejemplo el Ite missa est o el gesto de la paz.

"Hoy, además del Ite missa est, el sacerdote tiene otras fórmulas para dar a entender mejor a los fieles que todos estamos llamados a vivir lo que hemos celebrado". El Papa ha aprobado tres opciones, además de la ya existente: Ite ad Evangelium Domini annuntiandum; Ite in pace glorificando vita vestra Dominum; Ite in pace.

Otro de los cambios que se están estudiando actualmente es la colocación del gesto de la paz. "A menudo no se comprende plenamente el significado de este gesto. Se piensa que es una ocasión para chocar la mano a los amigos. En cambio, es un modo de decir al que está al lado que la paz de Cristo, presente realmente en el altar, está también con todos los hombres".

Por ello, el purpurado reveló que se está estudiando la posibilidad de trasladar este gesto al momento del ofertorio, "para crear un clima más recogido mientras uno se prepara para la Comunión".

"El Papa ha pedido una consulta a todos los obispos. Después decidirá", añadió.


sábado, 22 de noviembre de 2008

El amor está en otra parte



Patricia Gout

Estamos hartos de contradicciones

Van como diez veces que me llega… 'La solución es el amor' se llama y dice que ante los sucesos recientes en México se ha generado una psicosis colectiva y que estos hechos 'son la materialización de energías negativas'. Luego continúa el mensaje en clave de 'Piensa positivo y siéntete bien contigo mismo y con los demás para cambiar el entorno porque la solución es el amor'…Y yo pienso que ojalá todos sonriamos mucho, comamos sano y seamos nuestro propio mejor amigo, que es muy cierto que nuestra actitud influye en el ambiente, pero el amor es más que eso y de ese tipo andamos escasos…

No se puede engañar a nuestras jóvenes diciéndoles que si toman linaza, hacen yoga, son ecológicas y 'no hacen daño a nadie' –pero que el aborto es un derecho y una opción legítima en sus vidas– serán felices. No podemos ser ciegos a la contradicción de validar la muerte de los indefensos un jueves y hacer dos días después una mega marcha para exigir a las mismas autoridades que cumplan con su deber de protegernos ¡porque nos sentimos indefensos! O será que no nos escandalizan por igual todas las muertes ni nos cuentan lo mismo todas las vidas.

Esto no es histeria colectiva. Es que cuando inducimos a una mamá a convertirse en la asesina de su hijo, lo más sagrado deja de serlo y detrás se voltean todos los demás valores. Es entonces que –en efecto– la sociedad se va hundiendo en su psicosis: no hace falta ya salir a la calle para tener miedo si el miedo nos ha llegado al umbral del alma. ¿Cómo esperar que nos proteja quien no nos ama cuando validamos que no nos proteja quien se supone que nos debía amar? ¿Cómo exigir que mis células personales –esas sí– le importen al gobierno? ¿Por qué habría de respetar mi vida en la calle quien en la misma escuela no fue enseñado que la vida es sagrada? ¿Cómo poder creer en el amor –o en cuál amor poder creer– si con nuestro permiso el mejor amor se muere?

Ha desaparecido el amor

No son 'energías negativas' lo que pesa sobre nosotros. Es el temor de intuir que en el mundo de hoy valemos menos que las tortugas. No valemos para el delincuente como no valemos para el legislador, ni tampoco realmente para el hombre que nos ama 'en libertad' pero luego nos envía solas a deshacernos del problema ¡Con todo y yoga y linaza y pensamiento positivo! La psicosis viene de saber que por más esfuerzos que hagamos nada nos protegerá de que nos maten el cuerpo o el alma; llámese secuestro, abandono, aborto o eutanasia, que al final es lo mismo… Es no poder contar con las certezas que nos sostenían y nos guiaban. Es vivir permanentemente añorando ser amados con verdadera pasión y desde lo profundo de las entrañas –como supuestamente lo haría una madre– en un mundo que no nos ama. Por eso el mail que recibí ha corrido tanto, porque maneja en su título esa verdad fundamental que todos identificamos. La solución siempre ha sido el amor… Sólo que el amor está en otra parte.


domingo, 16 de noviembre de 2008

Pobres y ricos



Miguel Aranguren

ALBA

Aprender a ser ricos y pobres

Lástima que las dificultades no nos hagan más reflexivos, que de tiempos de pruebas y apreturas no saquemos enseñanzas para el resto de los días. Hablo de la crisis, claro, de esa hucha vacía y esa cola de acreedores a la puerta de casa. Vienen a por la televisión de plasma, a por el sillón que da masajes, a por los altavoces del ipod, a por la bodega que hemos ido fraguando en la bonanza... Afuera las nubes negras cubren los campos, de los que no brota ni siquiera una brizna, y el personal corre de un lado a otro, sin rumbo, con la sensación de que –de un momento a otro– el dragón del impagado se los va a zampar. Y mira que nos lo dijeron, que los expertos cantaban el rumbo incierto de nuestra economía, pero estábamos engolfados en el bienestar, como las cigarras, atados con mil dulces grilletes a la placidez de ser ricos, emborrachados de bienestar, felices de que en el banco nos acariciaran los lomos cada vez que firmábamos un nuevo préstamo para viajar a las Maldivas, para conducir un cuatro por cuatro, para cenar en un restaurante de cinco tenedores. El españolito, que venía de la sopa de ajo y los terrones yermos, se encontró de repente con la sensación de haber nacido para el bingo, los cruceros y las corbatas de Hermés, ¡pobre tonto!, y ahora que toca merendar rodajas de pan duro mojadas en vino peleón y azúcar de remolacha, cómo duele recordar ese pasado tan cercano en el que hasta los que se proclaman descamisados disfrutaban de cenar cigalas.

Sin duda, hay que aprender a ser ricos de igual forma que hay que aprender a ser pobres. El rico, si quiere que la dicha dure y hasta se multiplique, necesita el recato y la buena administración. El pobre, si no desea ulcerarse de inquina, precisa recordar muchas veces que Zamora no se ganó en una hora y que vale más la dignidad de un trabajo honrado que la fortuna lograda con malas artes. En fin, vanos consejos para una España en la que la sabiduría popular ha trocado por la ostentación, que envidia la suerte del millonario sospechoso y abre la boca –estúpidamente asombrada– ante la eslora de los yates que atracan en el puerto de Palma.

Tal vez en estos momentos de crisis económica, social y moral, sea bueno recordar que los cementerios revientan de ricos a los que la fortuna no les libró de la sentencia inexorable del tiempo y de pobres a los que ese mismo tiempo sí que libró de los padecimientos y la desgracia. No hay moneda que no pierda a causa de la inflación, billetaje que no se convierta en papel para quemar con el paso de los años. Sólo el amor, ese maravilloso don, es capaz de superar la corrupción de los tesoros terrenales.

sábado, 8 de noviembre de 2008

De lama reencarnado a seminarista



Una curación inexplicable acercó a Juan al cristianismo «Hay muchos maestros, pero sólo Jesús ha muerto por los hombres», destaca este joven valenciano. A los 8 años, un lama tocaba a su puerta. A los 15, ya era maestro. A los 26, ha entrado en un seminario católico.

Pablo J. Ginés Rodríguez

Periodista Digital

Desde los 8 años

«Sin ser budista, a los siete años, por las noches, ya meditaba y repetía oraciones budistas, sentado en posición del loto», explica Juan, un valenciano de 26 años que acaba de entrar en un seminario levantino.

«Cuando yo tenía 8 años, llegó a casa un lama tibetano. Dijo que yo podía ser la reencarnación de un lama, un maestro ermitaño tibetano del siglo IV llamado Tan-ñon-Gon-Chen-Tulku-Rimpoché. Mis padres, católicos no practicantes, sólo sabían del budismo que no era una religión oscura. Decidieron darme una formación paralela, discreta, sin publicitar mi caso», relata.

Por las mañanas Juan iba a un colegio salesiano. Por las tardes tenía dos tutores, lamas budistas de la tradición Nygma-Pa.

«Me formaron para ser lama, es decir, maestro. Mucha meditación, enseñanzas budistas y también artes marciales. Estudié tai-chi, kung-fu y aikido con un sacerdote taoísta. De él aprendí el taoísmo como filosofía, pero no como religión, porque yo era budista», especifica Juan.

A los 15 años le nombraron oficialmente lama. Al ser la reencarnación de un lama sanador, a menudo le llevaban a rezar por personas enfermas.

«Hace unos cinco años, un matrimonio hindú vino con su hija a Barcelona, donde yo vivía entonces. La niña tenía una dolencia que no sabían cómo combatir. Traían todo tipo de informes médicos, psiquiátricos, neurológicos... nada respondía a su caso, que tenía una causa espiritual. Durante 13 horas la traté según el ritual budista sin conseguir nada.

En el seminario

Entonces, la madre habló en español –lengua que no conocía– y dijo: ¡En el nombre de Jesús libera a mi hija! Madre e hija cayeron inconscientes. Al despertar la niña estaba perfectamente, sanada, y la madre no recordaba haber dicho nada. Aquello me impactó».

Juan sólo conocía a Jesús de las clases de los salesianos, un sabio como otros; sus milagros eran sólo cuentos. «Salí a pasear, a reflexionar, con mi túnica azafrán. Un mendigo me llamó, me dio un libro y me dijo: ¡ábrelo!. Era la Biblia. Lo abrí al azar y me salió el texto del milagro que Jesús hizo en Gerasa. Entonces entendí que mi vida era seguir a Jesús». Sus maestros budistas le dejaron marchar hace cinco años. «Pensaban, y aún piensan que volveré al budismo», comenta Juan.

Unos capuchinos le enseñaron lo básico de la fe. «Me impactó el Dios Padre de Jesús, su amor. Y el testimonio de Jesús en la Pasión, su coraje, su entrega. Hay muchos maestros, pero sólo Jesús ha muerto por nosotros», señala con vehemencia.

Hizo ejercicios espirituales con los jesuitas y fue voluntario con los enfermos del Cottolengo de Barcelona. «Después me hablaron de un seminario que parecía muy serio. Un médico amigo mío, diácono permanente, me preparó una cita con el obispo y así entré. ¿Mi vocación es diocesana o monástica? Aún no lo sé, pero en el silencio y el estudio del seminario pienso descubrirlo».

domingo, 2 de noviembre de 2008

10 explicaciones "científicas" (y cómicas) al Milagro del Sol de Fátima


Es curiosa la forma en que la ciencia se retuerce para intentar dar una justificación a lo asombroso.
Del Milagro del Sol Danzante de Fátima que vieron unas 70.000 personas el 13 de octubre de 1917 se ha escrito a menudo. Realmente disfruto leyendo sobre las “explicaciones científicas” que dan a la “anomalía de Fátima”. Siempre es divertida la forma en que la ciencia se retuerce a sí misma para explicar la visión del sol danzante en el cielo a una hora predicha.

Matthew Archbold,

ForumLibertas.com

El año pasado decidí reunir el “Top 10 de explicaciones científicas para Fátima” que saqué de Internet.

Antes empezaré con un poquito de historia. Había una vez un escritor llamado Avelino de Almeida, que escribía artículos para O Século, un gran diario en Portugal en esa época. El periódico tenía un fuerte enfoque antirreligioso. ¡Incluso entonces la prensa no era muy aficionada a lo religioso! De hecho, todos los artículos previos de Almeida se habían burlado de los acontecimientos anteriores que circulaban sobre Fátima. Pero esto es lo que escribió ese día, hace 81 años:

“Ante los ojos asombrados de la multitud, cuyo aspecto era bíblico, de pie, cabezas sin sombreros, mirando con atención el cielo, el sol tembló, hizo increíbles movimientos repentinos fuera de cualquier ley cósmica, el sol 'bailó' según la expresión de la gente”.

Pese a que uno de los suyos transmitió estos hechos, los secularistas han amasado una enorme cantidad de explicaciones de por qué no deberíamos creer en nuestros propios ojos. He aquí las asombrosas razones que han acumulado para que creamos que nada especial pasó en Portugal ese gran día.

10. Polvo estratosférico. Steuart Campbell, escribiendo para la edición de 1989 del Journal de Meteorología, teoriza que una nube de polvo estratosférico alteró la apariencia del sol el 13 de octubre, haciendo que fuese más fácil mirarlo y dándole una apariencia amarilla, azul, violeta y que girase. En apoyo a esta hipótesis, el señor Campbell señala que hay un sol azul y rojizo documentó en China en 1983.

9. No todos lo vieron, así que nada pasó. Curiosamente, es el argumento exactamente opuesto al de que también China lo vio por lo que no pasó. Los astrónomos, dicen, no vieron ninguna danza en el cielo en ningún lugar del mundo. El sol danzante fue un hecho regional, así que queda descartado. Podríamos preguntarnos si el hecho de que fuese un fenómeno regional significa que no pasó nada especial. Si se hubiera visto en todo el mundo habrían escrito que simplemente fue un fenómeno astronómico porque todo el mundo lo vio.

8. ¡Percepción Extra Sensorial, PES! Siempre es mi favorita. La autora Lisa Schwebel dice que el evento fue una forma sobrenatural de fenómeno extrasensorial. ¿Dios? ¡Ni hablar! ¿PES? ¡Sí! Schwebel ha dicho que a lo largo de la historia humana se han registrado varios casos de reuniones religiosas que culminan con la aparición repentina y misteriosa de luces en el cielo, así que es PES. La lógica se me escapa, pero si eres creyente en El Exorcista II, entonces esto es tan creíble como Richard Burton haciendo de cura.

7. Un falso sol. Ni siquiera sabía que este existiese pero vale la pena escucharlo. Joe Nickell, que se autodescribe como escéptico e investigador de lo paranormal, según Wikipedia

asegura que la posición del fenómeno descrito por varios testigos está en un azimut y elevación erróneos para ser el sol. Propone que la causa puede haber sido un “sundog”, a veces llamado “parhelion” o “falso sol”, un fenómeno óptico atmosférico asociado con la reflexión/refracción de la luz solar por los numerosos cristalitos de hielo que componen los cirros o nubes de cirrostratos. Un “sundog” es, sin embargo, un fenómeno estacionario, quieto, y no explicaría la apariencia de “sol danzante”. Así que Nickell sugiere una explicación a este fenómeno que puede darse en una distorsión retinal temporal, causada por mirar a la intensa luz y/o el efecto de enfocar los ojos hacia delante y atrás para evitar una mirada completamente fija, combinando así imagen, post-imagen y movimiento.
Así, pues, 70.000 personas movieron la cabeza y pensaron que un falso sol danzaba. ¿Los 70.000? Bastante ridículo, ¿no?

6. ¡Nube de polvo! Paul Simons, en un artículo titulado “Secretos del Clima en el Milagro de Fátima” dice que es posible que algunos de los efectos ópticos de Fátima puedan haber sido causados por una nube de polvo del Sáhara.

5. La vieja teoría de la alucinación en masa. El autor Kevin McClure es uno de los muchos que dicen más o menos esto: la multitud en Cova da Iria esperaba ver señales en el sol, así que las vieron. Claro, pasa continuamente. McClure no tiene en cuenta que gente que estaba a millas de distancia que no pensaba para nada en el asunto también lo vio.

4. ¡OVNI! El viejo truco del artefacto alienígena que se hace pasar por una señal de Dios. También pasa continuamente, ¿no lo sabían? Curiosamente, la nave espacial resulta que viene el día exacto que los tres niños dijeron que habría un milagro. O quizá las apariciones fueron todas obra de los hombrecillos verdes. Todo eso suena mucho más realista que la explicación de la Iglesia.

3. Tormenta solar. Fue una gigantesca EMC (eyección de masa coronal). Más conocida como “luces del norte” en Portugal. Verán, las llamaradas solares emiten partículas de alta velocidad que causan las luces del norte o aurora boreal. Eso lo explica todo. Porque todos sabemos que las auroras boreales se parecen en todo a que un sol que danza.

2. Presión de los demás. Había una presión social significativa para ver un milagro así que todos se autoengañaron para creer que lo vieron. ¿Que eran 70.000 personas? Es una presión social bastante fuerte. Sobre todo para la gente que lo vio a 20 millas de distancia.

1. Un eclipse. A estos chicos no les importa contradecirse. Sería un eclipse muy, muy local. ¿no lo habrían visto los astrónomos? Una razón de “bonus”: -1: la Evolución. Lamentablemente, esta viene del Instituto de Física de la Universidad Católica de Lovaina. La evolución nos ha dado el famoso “efecto de zoom y alejamiento”. Ocurre cuando ves una imagen a una distancia desconocida. Tu cerebro considera la posibilidad de que se acerque así que sin que lo sepas tu cerebro realiza un “zoom mental ilusorio, en que el tamaño aparente del objeto se incrementa progresivamente”.

Sucede por lo siguiente, dicen los científicos. La evolución nos fuerza a estar continuamente atentos por si se acerca algo peligroso para comérsenos, por si hemos de salir corriendo, así que nuestro cerebro hace zooms para asustarnos y salir corriendo. Cuando la idea de una aproximación no implica peligro real, el objeto vuelve a su lugar. Como el sol danzante. Asombroso. Setenta mil personas pensaron que el sol venía a comerlas. Cuando se dieron cuenta de que el sol no tenía dientes, lo devolvieron a donde pertenecía con “zooms y alejamientos”. ¡Podría ser mi teoría preferida!

¿Escuchar a estos científicos de alto nivel explicar los sucesos de Fátima no le han convencido para unirse al club de fans de Richard Dawkins? A mí tampoco.