sábado, 25 de marzo de 2017

Transhumanismo: ¿se puede eliminar la muerte?


De la naturaleza biológica a la naturaleza de base tecnológica, ¿qué hay detrás de este movimiento?

El transhumanismo o H+ (Humanidad Plus) es un movimiento cultural e intelectual que afirma la posibilidad y necesidad de mejorar la condición humana, basándose solo en el uso de la ciencia y las tecnologías más avanzadas. Estas tecnologías conseguirían  aumentar las capacidades físicas, intelectuales y psicológicas de los seres humanos y alargar la vida de modo indeterminado o, incluso para algunos, hacer al hombre inmortal en la Tierra.
Estas tecnologías son la ingeniería genética, las tecnologías de la información, la farmacología, así como tecnologías que se encuentran en fase experimental como la nanotecnología, la inteligencia artificial y la colonización espacial.

El transhumanista Nick Bostrom afirma que “será posible utilizar terapias del tipo genético y otros métodos biológicos para bloquear el proceso del envejecimiento y estimular el rejuvenecimiento y la reparación de los tejidos en forma indefinida y es posible que una tarea de este tipo solo pueda ser llevada a cabo por la nanotecnología. Mientras tanto solo existen tratamientos en base a hormonas”, que son muy caras.

El transhumanismo quiere cambiar la naturaleza biológica del hombre para hacer una naturaleza de base tecnológica. El hombre no envejecerá, pues la tecnología mantendrá una lucha contra la muerte y tal vez vencerla, según dicen.

Inspirándose en la Ilustración del Siglo XVIII, eliminan a Dios y ponen en su lugar la ciencia, el conocimiento. Pero cabe preguntarnos: ¿las tecnologías de futuro harán que los hombres sean más iguales? ¿Y más felices?  ¿Y más libres? Esto es una discusión filosófica y científica en que se basó una jornada titulada “Inteligencia artificial y transhumanismo” organizada por la Federación Internacional de Médicos Católicos (FIAMC) en Barcelona (España) con la participación de expertos europeos de diversas disciplinas.

La conferencia magistral inaugural fue a cargo del profesor de Teología y Bioética de la Universidad Católica de Milán, Dr. Michele Aramini. Con él nos sentamos para hablar e informar a los lectores de Aleteia sobre este fenómeno mundial, muy extendido en América Latina, que es el Transhumanismo.

Preguntamos al profesor Aramini si las transformaciones del hombre y del género humano que pretenden los transhumanistas llevarán a una mayor igualdad entre los hombreds: “no es posible, responde, porque habrá que aplicar al hombre una tecnología muy cara y pocos hombres estarán en condiciones económicas para comprarla. Tampoco será una sociedad democrática porque solo una élite de habitantes del mundo occidental podrá pagarse la tecnología y esto lleva a una discriminación fuertísima entre los hombres, entre los que se pueden pagar las tecnologías y los que no”. Y los que pueden, dominarán al resto condenándolos a formar una clase social baja y oprimida.

¿Y la felicidad? ¿Serán más felices? El profesor Aramini afirma que una cuestión preliminar es preguntarse “sobre el sentido de la vida”. Esto se lo preguntan teólogos y filósofos, creyentes y ateos (el ideario transhumanista es ateo). “El ateísmo moderno –dice el profesor– se ha lanzado desesperadamente a los brazos del dios ciencia (cientifismo) pidiendo a la ciencia un significado de la propia vida”. Y añade: “sería contradictorio que una vida privada de sentido y fruto de la casualidad” llegara a ser deseable hasta el punto de hacerla inmortal.

El profesor Ermanno Pavesi, secretario general de la FIAMC, dijo en esta jornada que el hombre no puede prescindir de Dios y citó al papa Francisco en su encíclica “Laudato sí´” (n. 221) donde dice que “Dios ha creado el mundo inscribiendo en él un orden y un dinamismo que el ser humano no tiene derecho a ignorar”. O sea que la intervención humana debe estar en el orden de la creación, sin manipulaciones.

El transhumanismo cree que puede construir una vida muy larga, y hasta algunos aseguran que el hombre llegará tener una vida inmortal en la Tierra. Esta teoría se confronta con el cristianismo que predica también la inmortalidad del hombre. “Ciertamente –dice el profesor Aramini—el hombre quiere una vida verdadera, plena, una vida que valga la pena, que sea alegre y gozosa”, lo que conseguirá en la visión beatifica de Dios. La vida eterna predicada por Jesucristo no es la inmortalidad de la vida terrena, sino la “existencia en una nueva dimensión”, la comunión con Dios, que necesita la muerte del cuerpo.

Jesucristo resucita a Lázaro, no para que viva eternamente, sino para que siga viviendo y muera y pueda acceder a la eternidad en comunión con Dios. Los transhumanistas, sin embargo, no creen en la trascendencia de una vida cuya meta es estar junto a Dios. No quieren la muerte, la rechazan. Por eso creen que la ciencia les hará “como dioses”.

El hombre nuevo que proponen los transhumanistas ¿será más libre? Ellos creen que sí, pero “es una libertad falsa”, dice el profesor Aramini. ¿Quién va a preservar la dignidad del hombre, el amor, el cariño, la amistad y la capacidad auténtica de elegir entre una cosa u otra?

A lo largo de los siglos, quien ha liberado al hombre es Dios, desde la liberación de su Pueblo en Egipto, hasta Jesucristo que ocupa el ápice de esta liberación. “Él es el fundador de la libertad del hombre, dice Aramini, porque consiente al hombre tomar la decisión más alta, en relación con Dios mismo, cuando dice (Jn, 6, 67): “¿también queréis iros vosotros?” (Muchos le abandonan al anunciar la Eucaristía).

Y añade Aramini: “El hombre contemporáneo, curiosamente, ha entrado en una situación paradoxal: reivindica la libertad pero teme usarla, porque la libertad comporta un riesgo que es decidirse por una causa y ser fiel a la misma con coherencia dándose una identidad. La elección de esta causa (ser o no ser tal cosa, hacer o no hacer tal otra) no puede basarse en garantías científicas”. Es imposible. La decisión del hombre estará basada en el sentido de la vida y elegirá sobre lo que conoce con certeza, esto es la fe que le da una identidad.

El transhumanismo hoy “se mueve en el terreno más hipotético que realista”, dice Michele Armanini.

En la nanotecnología se quiere construir una especie de “robot” permanente dentro de nuestro organismo y monitorizarlo y llegar a la “digitalización del yo”. ¿El hombre transformado en un robot, con tanta inteligencia artificial y tanta manipulación genética? En muchas cosas el transhumanismo está instalado en la ciencia ficción y en el ateísmo.

sábado, 18 de marzo de 2017

Actividad demoníaca está en aumento indican exorcistas en Estados Unidos de Norteamérica

El problema no es que el diablo haya aumentado su juego, sino que más gente está dispuesta a jugarlo

Por: Patti Armstrong | Fuente: ACI Prensa // Catholic News Agency




Hay un aumento alarmante en la actividad demoníaca que está siendo reportado por quienes trabajan en el ministerio de exorcismo, así lo indicó el P. Vincent Lampert, exorcista y párroco en la Arquidiócesis de Indianápolis en Estados Unidos.
En entrevista con National Catholic Register el exorcista alertó que observa un número creciente de personas involucradas en rituales satánicos y que se disponen al mal; y aunque se están tomando medidas para aumentar el número de exorcistas, la demanda sigue superando la oferta.
“El problema no es que el diablo haya aumentado su juego, sino quemás gente está dispuesta a jugarlo”, dijo P. Lampert señalando directamente la pornografía desenfrenada, el uso de drogas ilegales y el ocultismo como algunas de los caminos por donde ingresa el demonio en la vida de las personas.
El P. Lampert asistió a Roma en octubre de 2016 a la reunión de la Asociación Internacional de Exorcistas, en la que participaron unos 400 líderes y sacerdotes católicos. Tras el evento, el presbítero aseguró que los participantes estaban de acuerdo en que hay una gran necesidad de designar más exorcistas.
Además, explicó que si bien las posesiones demoníacas reales “son raras” y que solo ha visto tres en los últimos tres años, lo que ve con más frecuencia son otros tres fenómenos: “infestación, vejación y obsesión”.


La infestación demoníaca sucede en lugares donde las cosas pueden moverse y hay ruidos fuertes. La vejación se refiere al evento en el que una persona es atacada físicamente y puede presentar marcas como moretones, mordeduras o arañazos. La obsesión demoníaca implica ataques mentales, como por ejemplo pensamientos persistentes del mal.
Cuando el P. Lampert fue nombrado exorcista por su obispo en 2005, apenas había otros 12 en Estados Unidos. Ahora ese número es mayor y conoce a 50 sacerdotes que ejercen ese ministerio en el país.
Según el Obispo de Springfield, Mons. Thomas Paprocki, “la ley canónica requiere que un obispo dé permiso antes de que un sacerdote pueda hacer un exorcismo mayor, pero los obispos no reciben ningún entrenamiento formal en exorcismo”.
Como una respuesta directa a la necesidad de exorcistas entrenados en Estados Unidos, el Instituto León XII, fundado en 2012 en Milwaukee, se encarga de apoyar en “la formación espiritual de los sacerdotes para traer la luz de Cristo y disipar el mal”.
Mons. John Esseff, Presidente de la junta directiva del instituto y uno de los miembros fundadores, explicó que “a medida que la aceptación del pecado ha aumentado, también aumenta la actividad demoníaca”.
“Los obispos veían la necesidad de más exorcistas entrenados debido a la cantidad de casos que eran enviados de todo el país a las diócesis que contaban con exorcistas”.
Mons. Esseff, que además ha sido exorcista en la diócesis de Scranton por más de 40 años, aseveró que “una persona debe ser atendida en su propia diócesis”.
El Instituto León XIII graduó la primera promoción de 55 exorcistas, sacerdotes y diáconos de su programa de dos años en 2015. Una segunda clase de 52 graduará este otoño.
“El único que puede vencer a Satanás es Jesús. El vencerá el reino del mal con la luz. Y cada sacerdote representa a Jesús. El diablo no ve al sacerdote, él ve a Jesús”, concluyó Mons. Esseff.
Traducido y adaptado para ACI Prrensa por Diego López Marina.
Publicado originalmente en lengua inglesa en 
CNA.

domingo, 12 de marzo de 2017

“No podemos avanzar. Hay una señora impidiendo el camino”

“Los ojos, de ternura indecible, estaban fijos en nosotros. Como una verdadera madre, ella parecía más feliz mirándonos que nosotros contemplándola”

 

La noche estrellada en que la Virgen detuvo a un ejército: “No podemos avanzar. Hay una señora impidiendo el camino”

La noche estrellada en que la Virgen detuvo a un ejército: “No podemos avanzar. Hay una señora impidiendo el camino”
En 1871, Francia se vio devastada a causa de la Guerra franco-prusiana. Tres cuartos del país estaban bajo la ocupación de la antigua Prusia.

La noche estrellada del 17 de enero, en la pequeña aldea de Pontmain, en Bretaña, Cesar Barbadette y sus dos hijos, Joseph y Eugène, de 10 y 12 años, estaban terminando sus quehaceres en el granero. Eugène miró por la ventana y vio un área sin estrellas sobre la casa del vecino.

De repente, vio a Nuestra Señora sonriéndole. Joseph también la vio; más tarde, ya como sacerdote, él mismo contó lo que había visto:

“Era joven y alta, estaba vestida con un manto azul oscuro… Su vestido estaba cubierto de estrellas doradas brillantes. Las mangas eran amplias y largas. Usaba sandalias del mismo azul que el vestido, adornadas con arcos de oro. En la cabeza tenía un velo negro cubriéndole la mitad de la cabeza, escondiendo sus cabellos y orejas y cayendo sobre sus hombros. Encima, una corona semejante a una diadema, mayor en la frente que se ensanchaba sobre los lados. Una línea roja rodeaba la corona a la mitad. Sus manos eran pequeñas y se extendían en nuestra dirección, como en la medalla milagrosa. Su rostro tenía la más suave delicadeza y una sonrisa de dulzura inefable. Los ojos, de ternura indecible, estaban fijos en nosotros. Como una verdadera madre, ella parecía más feliz mirándonos que nosotros contemplándola”.


Aunque sus padres vieron sólo las tres estrellas en un triángulo, las religiosas de la escuela parroquial y el párroco fueron llamados. Dos niñas, Françoise Richer y Jeanne-Marie Lebosse, de 9 y 11 años, también habían visto a la señora.

 Los habitantes, que eran alrededor de sesenta entre adultos y niños, comenzaron a rezar el rosario. Mientras oraban, los videntes contaron que la visión había sufrido un cambio.
En primer lugar, las estrellas en su vestido se habían multiplicado hasta que el vestido se volvió casi completamente de oro. En cada oración siguiente, letras parecían aclarar los mensajes en una cinta desplegada a sus pies: “Por favor, oren, hijos míos”, “Dios pronto oirá sus oraciones” y “Mi Hijo los espera”.

Cuando ellos cantaron Madre de Esperanza, uno de los himnos regionales más populares, Nuestra Señora sonrió y los acompañó. Durante el canto Mi Dulce Jesús, una cruz roja con un cuerpo apareció en los brazos de María, cuya sonrisa desapareció y dio lugar al pesar.
Cuando los habitantes cantaron Ave Maris Stella, además, el crucifijo desapareció, la sonrisa de la señora volvió y un velo blanco la cubrió, concluyendo la aparición a las 9 de la noche. La aparición había durado más de tres horas.
Esa noche, las tropas prusianas cercanas a Laval habían parado a las 5.30 de la tarde, a la misma hora en que la aparición había sucedido por primera vez en Pontmain, a pocos kilómetros de distancia. El general Von Schmidt, preparado para salir en dirección de Pontmain, había recibido órdenes del comandante para no tomar aquella ciudad.

Hay un registro de que Schmidt había dicho, en la mañana del día 18: “No podemos avanzar. Más adelante, en la dirección de Bretaña, hay una señora invisible impidiendo el camino”.
La pequeña villa de Pontmain es una prueba de que las oraciones fervorosas, aunque elevadas por la menor de las parroquias, son capaces de cambiar la historia.

Un año después, en la fiesta de la Purificación, el 2 de febrero, la aparición en Pontmain fue aprobaba como auténtica y confirmaba por el papa Pío XI con una misa.

En 1932, el papa Pío XII concedió que la Madre de la Esperanza, título dado a esa aparición, fuera solemnemente homenajeada con una corona de oro. Hoy, los peregrinos visitan la Basílica de Pontmain como señal de esperanza en medio de la guerra.
La noche estrellada en que la Virgen detuvo a un ejército: “No podemos avanzar. Hay una señora impidiendo el camino”

sábado, 4 de marzo de 2017

El papa Francisco pide: ‘Recen conmigo por los cristianos perseguidos’

Cuando ejecutores asesinan a los cristianos, no hacen distinción entre las confesiones a las que pertenecen


El video del Papa, marzo 2017


(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El video del mes de marzo de 2017 con las intenciones de oración del papa Francisco fue publicado hoy. El Santo Padre  pide rezar por los cristianos perseguidos a causa de su fe.

“¡Cuántas personas son perseguidas por motivo de su fe, obligadas a abandonar sus casas, sus lugares de culto, sus tierras, sus afectos!”, dice el Papa. Y explica que “son perseguidos y ejecutados por ser cristianos, sin que los persecutores hagan distinción entre las confesiones a las que pertenecen”.
Les hago una pregunta, ¿cuántos de ustedes rezan por los cristianos que son perseguidos? Y el Pontífice prosigue: Anímense a hacerlo conmigo para que experimenten el apoyo de todas las Iglesias y comunidades, por medio de la oración y de la ayuda material.


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