Una pareja de esposos en el encuentro de Milán
Por José Antonio Varela Vidal
ROMA, viernes 1 junio 2012 (ZENIT.org).-
Roberto Tarazona es médico y Carolina Pedreros es profesora de escuela.
Ambos son una pareja de esposos que ha viajado desde el Perú hasta
Milán para asistir al VII Encuentro de las Familias con el santo padre.
Fueron enviados por la Diócesis del Callao, donde viven y sirven ya sea a
nivel parroquial como familiar, es decir, atendiendo y haciendo crecer
como se debe a sus cinco hijos, a la espera del sexto según sueña ella, y
augura él…
Luego de un paso veloz por Roma y el Vaticano --donde quisieron ir a
rezar a la tumba de san Pedro y de Juan Pablo II, conocer las catacumbas
y “ver al Papa”--, ZENIT conversó con esta familia que ha dejado a sus
hijos por primera vez solos con una tía, para ser confirmados en la fe y
testimoniar su amor en medio de las miles de familias que siguen
llegando a la cita con Benedicto XVI.
¿Qué expectativas tienen de su participación en el Encuentro Mundial de las Familias?
--Roberto: La mayor expectativa es poder escuchar al santo padre con
su mensaje a favor de la vida y de la consolidación de la familia como
iglesia doméstica y escuela del más rico humanismo.
Será casi un millón de personas…, ¿por qué las familias van de todo el mundo hasta Milán para escuchar al papa?
--Carolina: Para que nos confirme en la fe y en nuestra vocación de
esposos a ser fecundos en la vida, testimonio del sacramento de Dios
como familia cristiana, para luego animar a otras familias a abrirse con
respeto, dignidad y generosidad a la vida.
¿Qué es lo que más necesitan los hijos de sus padres?
--Carolina: Nosotros debemos ser testimonios del amor de Dios en
medio de nuestros hijos. Que la familia sea un espacio donde el ser
humano se sienta amado, pueda mirar y vivir con alegría el presente y
con esperanza el futuro y que se pueda comprometer más a renovar la
iglesia y la sociedad.
¿Cómo fueron seleccionadas las familias del Callao para venir hasta Milán?
--Roberto: Con nuestro obispo, y a través de la comisión diocesana de
pastoral familiar, se tuvo un proceso de discernimiento comunitario, de
diálogo con algunas familias para participar en este encuentro que nos
animará en nuestra vocación de padres y madres de familia, animando así a
la misma pastoral familiar.
¿Cuántas familias del país han venido?
--Roberto: Según la información que tengo, serían entre 500 a 700 las
familias provenientes de las diferentes jurisdicciones del país.
Esperamos encontrarlos en Milán y entre todos rezar al Señor de los
Milagros, pedir a la Virgen del Carmen, a la Virgen de Chapi y a todas
las advocaciones de nuestra santa Madre en el Perú, de tal manera que
nuestra presencia sea un signo de comunión de la iglesia peruana con la
iglesia universal.
¿Cómo han vivido sus hijos el hecho de su partida?
--Carolina: Con sentimientos encontrados; por un lado la enorme
tristeza de que papá y mamá viajen y los dejen solos. Y por otro lado,
intuyen que hay una profunda alegría en nuestros corazones de
encontrarnos con el santo padre y con otras familias, lo que también les
alegra.
¿Hay alguna forma de contrarrestar los ataques de algunos sectores en contra de la familia natural?
--Roberto: Primero se debe hacer tomar conciencia del enorme don que
significa la familia en general y la familia cristiana en particular.
Valorar la magnitud de lo que el Señor les encarga a dos personas
--hombre y mujer, esposos--, de vivir al interior de una pequeña
comunidad de personas, donde se pueden reconstruir relaciones humanas,
relaciones personales, vivir con alegría y confirmar en la fe a los
hijos dentro de la familia y el matrimonio.
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