EL PENSAMIENTO DE LA IGLESIA CATOLICA SOBRE TEMAS RELACIONADOS CON LA PERSONA HUMANA, LA FAMILIA, LA SOCIEDAD, EL ESTADO Y LA COMUNIDAD INTERNACIONAL.
sábado, 31 de diciembre de 2016
Sta MARÍA es madre de DIOS 2016
María, Madre de Dios, Santa
Solemnidad Litúrgica. 1 de enero
Primera fiesta mariana que apareció en la Iglesia occidental
En la octava de la Natividad del Señor y en el día de su Circuncisión. Los Padres del Concilio de Efeso la aclamaron como Theotokos, porque en ella la Palabra se hizo carne, y acampó entre los hombres el Hijo de Dios, príncipe de la paz, cuyo nombre está por encima de todo otro nombre.
Es el mejor de los comienzos posibles para el santoral. Abrir el año con la solemnidad de la Maternidad divina de María es el mejor principio como es también el mejor colofón. Ella está a la cabeza de todos los santos, es la mayor, la llena de Gracia por la bondad, sabiduría, amor y poder de Dios; ella es el culmen de toda posible fidelidad a Dios, amor humano en plenitud. No extraña el calificativo superlativo de "santísima" del pueblo entero cristiano y es que no hay en la lengua mayor potencia de expresión. Madre de Dios y también nuestra... y siempre atendida su oración
domingo, 25 de diciembre de 2016
Es NAVIDAD 2016
¿Qué ofreceré al niño Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, como mi regalo de Nochebuena?
Lo dejaré nacer en el corazón preparándome con una buena confesión.
Viviré con fervor la Misa de Navidad para abrazar a Cristo hecho Carne en la Sagrada Eucaristía.
Recordaré con el ejemplo o los detalles que El Hijo de Dios se hizo hombre por amor al hombre.
Perdonaré y pediré perdón a aquella persona de la que me aleje por alguna razón.
Le hablaré a alguna persona, familiar o amigo del cual me he desinteresado.
Visitaré a algún familiar, amigo, conocido, vecino enfermo o que viva solo
Colaboración concreta y generosa en algún centro de acogida, asociación de bien.
La austeridad en el modo de vivir, cuidado de lo que uso y tengo
Viviré con especial alegría sabiendo que él es destructor del pecado y de la muerte
Promover todo lo que ayude a engendrar debidamente la vida, a cuidarla, a hacerla crecer
Todo mi ser está dispuesto a acompañarle en estas fiestas, no lo dejaré sólo.
sábado, 24 de diciembre de 2016
En NOCHE BUENA 2016
El salmo nos hará repetir como profesión de fe gozosa: "Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor" Salmo 95. Por eso: «Cantad al Señor un cántico nuevo»; y el versículo del Aleluya será un eco anticipado del mensaje angélico: «Os anuncio una gran alegría». La causa de esta alegría es el nacimiento de Cristo. Pero, por encima del suceso que nos narra el evangelio, hemos de descubrir su contenido y hondura, con la ayuda del Espíritu de Sabiduría y de Entendimiento: en el niño que acaba de nacer, "la luz de la gloria brilló ante nuestros ojos» Prefacio, ya que el hijo de mujer, en quien «la naturaleza humana se ha unido a la de Dios» Oración sobre las ofrendas, es la luz que ha «iluminado esta noche santa», como hemos dicho en la oración Colecta. Así la fiesta de Navidad no es sólo la evocación de un acontecimiento pretérito, sino una actualización y presencia de su estar presente. En la Comunión, cantaremos: «La Palabra se hizo carne y hemos contemplado su gloria». En la Eucaristía, Cristo, nacido de la Virgen María, es el alimento de nuestro camino, para nuestra ascensión «penetrando con fe profunda este misterio y amándolo cada vez más entrañablemente» hasta llegar a gozar en el cielo el «esplendor de su gloria». Todo es un gran misterio, escondido en el arcano de Dios.
sábado, 10 de diciembre de 2016
«Para entender la vida contemplo cada día el cadáver de uno de mis hijos»
En julio de 2015 el Papa Francisco visitó en Paraguay la Fundación San Rafael, donde el sacerdote Aldo Trento,
de Comunión y Liberación, atiende a enfermos de sida. En este contexto
de una vida entregada a los más desfavorecidos y con un pasado
turbulento, tiene sentido la reflexión que el propio Trento escribió
recientemente para Tempi:
Memento mori [Recuerda que has de morir]. Con este saludo nos deseábamos buenas noches durante el periodo del noviciado. Las primeras veces me sentía incómodo porque, al provenir de un pequeño pueblo de montaña, los funerales eran muy raros, aunque todas las mañanas (estoy hablando de antes del Concilio) el sacerdote celebraba la misa por un difunto revestido con la casulla negra, mientras mi abuelo, con su voz de barítono, cantaba el Requiem, el Sanctus y el Agnus Dei en gregoriano. Con el tiempo el pensamiento de la muerte se hizo familiar para mí. Ese "Memento mori" era una ayuda para tomar en serio mi vida.
"Vendrá la muerte y tendrá mi rostro, tendrá tu rostro" [primer verso de la poesía de Cesare Pavese: "Verrà la morte e avrà i tuoi occhi" ["Vendrá la muerte y tendrá tus ojos"]). Mirando cada día el cadáver de uno de mis jóvenes hijos muerto a causa del cáncer o del sida, no puedo dejar de verme en su lugar, porque antes o después será mi turno.
Todas las noches, hacia las once, después de haber saludado al Santísimo, tomo el ascensor que me lleva al subterráneo de la clínica: allí está la cámara mortuoria. Entro y durante algunos minutos permanezco en silencio mirando el cadáver de mi hijo, mientras con la mano derecha acaricio su rostro frío y duro como una piedra. Ese frío y esa rigidez me impresionan porque sé que al cabo de unos pocos días cada parte de lo que fue el templo del Espíritu empezará a corromperse. Hoy les toca a mis hijos; pero mi turno llegará.
Si no tuviera la certeza de la verdad que profeso en la última parte del Credo, mirando todos los días ese angustioso "espectáculo" empezaría a pensar que la violencia más terrible es traer al mundo a un ser humano condenado a sufrir, a morir, a desaparecer en la nada. «Creo en la resurrección de la carne y en la vida eterna». Toda la razonabilidad de la vida está en estas palabras, censuradas en la cultura moderna y, de hecho, también en la Iglesia. ¿Cuántos sacerdotes hablan del último artículo del Credo? Tal vez cuando celebran un funeral. Pero lo hacen sin testimoniar la alegría de Jesús resucitado.
Es terriblemente fácil acostumbrarse a todo, también a la muerte; censurar la realidad de la muerte o transformarla en un acontecimiento social. Dos ejemplos. El primero: me han contado que hace años, en el principado de Mónaco, los difuntos eran llevados al cementerio al amanecer, para que nadie pudiera ver el carro fúnebre, porque hubiera podido perturbar la "estúpida" vida de los habitantes.
El segundo: me sucede a menudo ver cuando muere una persona rica. La muerte se convierte en un acontecimiento social en el que el difunto es una ocasión para reunirse y conversar entre una cerveza y otra. El muerto está relegado a otra habitación, como un objeto curioso, y el funeral es reducido a un rito pagano. Una vez el muerto está enterrado, ningún signo religioso recuerda quién está sepultado; es sólo un nombre que atrae la curiosidad de quien usa esas hectáreas de hierba verde y de bosques para pasear.
¿Os acordáis de la película El séptimo sello de Bergman? La muerte, por mucho que intentemos censurarla, vendrá y tendrá nuestros ojos. Me han contado que en el Centro de Tumores de Milán la muerte no se ve, "no existe": cuando uno está en su final es escondido a los ojos de los visitantes. ¡Ilusos!
Este hospital es un signo
En una cultura inhumana como la descrita antes, existe una realidad que recuerda al hombre su destino final: esta realidad se llama Iglesia, y nuestro hospital es un pequeño signo de su maternal presencia.
¡Qué grande es el amor de la Iglesia por el destino último del hombre! Un amor que desde hace siglos se manifiesta también al dedicar el día 2 de noviembre a la conmemoración de todos los difuntos. Y concediendo a los sacerdotes el poder de celebrar tres Santas Misas y a los fieles que visitan el cementerio la gracia de la indulgencia plenaria para los difuntos.
En cada misa el sacerdote reza diciendo: «Acuérdate de nuestros hermanos difuntos» o «Acuérdate de nuestro hermano que has llamado hoy a Tu presencia y concédele que, tal como ha compartido la muerte de Jesús, comparta la gloria de Su resurrección». Estamos tan distraídos que no nos damos cuenta de la profundidad de estas palabras.
Hace unos días, tras un año de sufrimiento a causa de un cáncer muy agresivo, ha muerto un niño de nueve años. Los padres, que desde el inicio del calvario han estado siempre a su lado, me han dicho: «La enfermedad de nuestro hijo es una poderosa llamada de Dios a la conversión y, por esta razón, después de veinticinco años de concubinato, queremos casarnos por la iglesia». De nuevo soy testigo de qué significa mira al dolor y a la muerte con la mirada de Jesús, esa mirada que hizo resucitar a Lázaro y que consoló a tanta gente que sufría.
Traducción de Helena Faccia Serrano (diócesis de Alcalá de Henares).
Memento mori [Recuerda que has de morir]. Con este saludo nos deseábamos buenas noches durante el periodo del noviciado. Las primeras veces me sentía incómodo porque, al provenir de un pequeño pueblo de montaña, los funerales eran muy raros, aunque todas las mañanas (estoy hablando de antes del Concilio) el sacerdote celebraba la misa por un difunto revestido con la casulla negra, mientras mi abuelo, con su voz de barítono, cantaba el Requiem, el Sanctus y el Agnus Dei en gregoriano. Con el tiempo el pensamiento de la muerte se hizo familiar para mí. Ese "Memento mori" era una ayuda para tomar en serio mi vida.
"Vendrá la muerte y tendrá mi rostro, tendrá tu rostro" [primer verso de la poesía de Cesare Pavese: "Verrà la morte e avrà i tuoi occhi" ["Vendrá la muerte y tendrá tus ojos"]). Mirando cada día el cadáver de uno de mis jóvenes hijos muerto a causa del cáncer o del sida, no puedo dejar de verme en su lugar, porque antes o después será mi turno.
Todas las noches, hacia las once, después de haber saludado al Santísimo, tomo el ascensor que me lleva al subterráneo de la clínica: allí está la cámara mortuoria. Entro y durante algunos minutos permanezco en silencio mirando el cadáver de mi hijo, mientras con la mano derecha acaricio su rostro frío y duro como una piedra. Ese frío y esa rigidez me impresionan porque sé que al cabo de unos pocos días cada parte de lo que fue el templo del Espíritu empezará a corromperse. Hoy les toca a mis hijos; pero mi turno llegará.
Si no tuviera la certeza de la verdad que profeso en la última parte del Credo, mirando todos los días ese angustioso "espectáculo" empezaría a pensar que la violencia más terrible es traer al mundo a un ser humano condenado a sufrir, a morir, a desaparecer en la nada. «Creo en la resurrección de la carne y en la vida eterna». Toda la razonabilidad de la vida está en estas palabras, censuradas en la cultura moderna y, de hecho, también en la Iglesia. ¿Cuántos sacerdotes hablan del último artículo del Credo? Tal vez cuando celebran un funeral. Pero lo hacen sin testimoniar la alegría de Jesús resucitado.
Es terriblemente fácil acostumbrarse a todo, también a la muerte; censurar la realidad de la muerte o transformarla en un acontecimiento social. Dos ejemplos. El primero: me han contado que hace años, en el principado de Mónaco, los difuntos eran llevados al cementerio al amanecer, para que nadie pudiera ver el carro fúnebre, porque hubiera podido perturbar la "estúpida" vida de los habitantes.
El segundo: me sucede a menudo ver cuando muere una persona rica. La muerte se convierte en un acontecimiento social en el que el difunto es una ocasión para reunirse y conversar entre una cerveza y otra. El muerto está relegado a otra habitación, como un objeto curioso, y el funeral es reducido a un rito pagano. Una vez el muerto está enterrado, ningún signo religioso recuerda quién está sepultado; es sólo un nombre que atrae la curiosidad de quien usa esas hectáreas de hierba verde y de bosques para pasear.
¿Os acordáis de la película El séptimo sello de Bergman? La muerte, por mucho que intentemos censurarla, vendrá y tendrá nuestros ojos. Me han contado que en el Centro de Tumores de Milán la muerte no se ve, "no existe": cuando uno está en su final es escondido a los ojos de los visitantes. ¡Ilusos!
Este hospital es un signo
En una cultura inhumana como la descrita antes, existe una realidad que recuerda al hombre su destino final: esta realidad se llama Iglesia, y nuestro hospital es un pequeño signo de su maternal presencia.
¡Qué grande es el amor de la Iglesia por el destino último del hombre! Un amor que desde hace siglos se manifiesta también al dedicar el día 2 de noviembre a la conmemoración de todos los difuntos. Y concediendo a los sacerdotes el poder de celebrar tres Santas Misas y a los fieles que visitan el cementerio la gracia de la indulgencia plenaria para los difuntos.
En cada misa el sacerdote reza diciendo: «Acuérdate de nuestros hermanos difuntos» o «Acuérdate de nuestro hermano que has llamado hoy a Tu presencia y concédele que, tal como ha compartido la muerte de Jesús, comparta la gloria de Su resurrección». Estamos tan distraídos que no nos damos cuenta de la profundidad de estas palabras.
Hace unos días, tras un año de sufrimiento a causa de un cáncer muy agresivo, ha muerto un niño de nueve años. Los padres, que desde el inicio del calvario han estado siempre a su lado, me han dicho: «La enfermedad de nuestro hijo es una poderosa llamada de Dios a la conversión y, por esta razón, después de veinticinco años de concubinato, queremos casarnos por la iglesia». De nuevo soy testigo de qué significa mira al dolor y a la muerte con la mirada de Jesús, esa mirada que hizo resucitar a Lázaro y que consoló a tanta gente que sufría.
Traducción de Helena Faccia Serrano (diócesis de Alcalá de Henares).
10 diciembre 2016
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sábado, 3 de diciembre de 2016
sábado, 26 de noviembre de 2016
Testimonios NO cristianos de la existencia de Jesús
Jesús sí existió y sabemos más de él que de cualquier palestino judío antes del 70 d.C.
Por: M. Arrizabalaga | Fuente: ABC // Primeros Cristianos
Por: M. Arrizabalaga | Fuente: ABC // Primeros Cristianos
No fue considerado significativo para los historiadores de su tiempo aunque Flavio Josefo y Tácito se refieren a Cristo en sus escritos
¿Padeció
bajo el poder de Poncio Pilato? De la existencia de Jesús de Nazareth
no duda ningún historiador serio. Para el historiador especializado en
culturas antiguas Michael Grant, ya fallecido, hay más evidencia de que
existió Jesús que la que tenemos de famosos personajes históricos
paganos. También James H. Charlesworth escribió: «Jesús sí existió y
sabemos más de él que de cualquier palestino judío antes del 70 d.C.».
E. P. Sanders en «La figura histórica de Jesús» afirma: «Sabemos mucho
sobre Jesús, bastante más que sobre Juan el Bautista, Teudas, Judas el
Galileo y otra de las figuras cuyos nombre tenemos de aproximadamente la
misma fecha y el mismo lugar». y F.F. Bruce, autor de «¿Son fidedignos
los documentos del Nuevo Testamento?», sostiene que «para un historiador
imparcial, la historicidad de Cristo es tan axiomática como la
historicidad de Julio César».
«La
muerte en cruz es el hecho histórico mejor atestiguado de la biografía
de Jesús», señala a ABC Santiago Guijarro, catedrático de Nuevo
Testamento de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de
Salamanca.
Jesús
no fue considerado como significativo por los historiadores de su
tiempo. Si aparece en la literatura pagana y judía de la época fue por
el empuje de los cristianos que le siguieron. «Ninguno de los
historiadores no cristianos se propuso escribir una historia de los
comienzos del cristianismo, y por esta razón sólo mencionan los
acontecimientos que tenían alguna relevancia para la historia que
estaban contando. Sin embargo, el valor de estos datos puntuales es muy
grande», explica Guijarro en «El relato pre-marcano de la Pasión y la
historia del cristianismo».
El
historiador norteamericano John P. Meier relata en «Un judío marginal.
Nueva visión del Jesús histórico» cómo «cuando en conversaciones con
gente de la prensa y el libro (...) ésta fue casi invariablemente la
primera pregunta: Pero ¿puede usted probar que existió? Si me es posible
reformular una interrogación tan amplia en una más concreta como «¿Hay
pruebas extrabíblicas en el siglo I d.C. de la existencia de Jesús?
Entonces creo que, gracias a Josefa (Flavio Josefo), la respuesta es
sí».
Flavio Josefo (93 d.C.)
El
historiador judío romanizado (37 a 110 d.C.) recoge en el texto
conocido como «Testimonium flavianum» de su libro «Antigüedades judías
(91-94)» una referencia a Jesús que si bien se cree que fue retocada con
las frases abajo entre paréntesis, se considera auténtico: «En aquel
tiempo apareció Jesús, un hombre sabio, (si es lícito llamarlo hombre);
porque fue autor de hechos asombrosos, maestro de gente que recibe con
gusto la verdad. Y atrajo a muchos judíos y a muchos de origen griego.
(Él era el Mesías) Y cuando Pilato, a causa de una acusación hecha por
los principales de entre nosotros lo condenó a la cruz, los que antes le
habían amado, no dejaron de hacerlo. (Porque él se les apareció al
tercer día de nuevo vivo: los profestas habían anunciado éste y mil
otros hechos maravillosos acerca de él) Y hasta este mismo día la tribu
de los cristianos, llamados así a causa de él, no ha desaparecido».
En Ant. 20.9.1. también hace referencia a «Jesús, que es llamado Mesías» al dar cuenta de la condena a Santiago a ser apedreado.
Tácito (116 d.C.)
El
historiador romano (56 a 118 d.C) menciona a «Cristo» en sus «Anales»
escritos hacia el año 116 d.C. al hablar sobre Nerón y el incendio de
Roma en el año 64. Informa de la sospecha que existía de que el propio
emperador había ordenado el fuego y recoge cómo «para acallar el rumor,
Nerón creó chivos expiatorios y sometió a las torturas más refinadas a
aquellos a los que el vulgo llamaba "crestianos", [un grupo] odiado por
sus abominables crímenes. Su nombre proviene de Cristo, quien bajo el
reinado de Tiberio, fue ejecutado por el procurador Poncio Pilato.
Sofocada momentáneamente, la nociva superstición se extendió de nuevo,
no sólo en Judea, la tierra que originó este mal, sino también en la
ciudad de Roma, donde convergen y se cultivan fervientemente prácticas
horrendas y vergonzosas de todas clases y de todas partes del mundo».
Los
historiadores consideran a Flavio Josefo y Tácito como los testimonios
primitivos independientes relativos al mismo Jesús más consistentes,
aunque también hay otras fuentes que recogen datos sobre los primeros
cristianos:
Plinio, el joven (112 d.C.)
Procónsul
en Bitinia del 111 al 113 y sobrino de Plinio el Viejo. Se conservan 10
libros de cartas que escribió. En la carta 96 del libro 10 escribe al
emperador Trajano para preguntarle qué debía hacer con los cristianos, a
los que condenaba si eran denunciados. En ella cita tres veces a Cristo
y señala que los cristianos decían que toda su culpa consistía en
reunirse un día antes del alba y cantar un himno a Cristo «como a un
dios»: «Decidí dejar marcharse a los que negasen haber sido cristianos,
cuando repitieron conmigo una fórmula invocando a los dioses e hicieron
la ofrenda de vino e incienso a tu imagen, que a este efecto y por orden
mía había sido traída al tribunal junto con las imágenes de los dioses,
y cuando renegaron de Cristo (Christo male dicere). Otras gentes cuyos
nombres me fueron comunicados por delatores dijeron primero que eran
cristianos y luego lo negaron. Dijeron que habían dejado de ser
cristianos dos o tres años antes, y algunos más de veinte. Todos ellos
adoraron tu imagen y las imágenes de los dioses lo mismo que los otros y
renegaron de Cristo. Mantenían que la sustancia de su culpa consistía
sólo en lo siguiente: haberse reunido regularmente antes de la aurora en
un día determinado y haber cantado antifonalmente un himno a Cristo
como a un dios. Carmenque Christo quasi deo dicere secum invicem. Hacían
voto también no de crímenes, sino de guardarse del robo, la violencia y
el adulterio, de no romper ninguna promesa, y de no retener un depósito
cuando se lo reclamen».
Trajano
contestó a Plinio diciéndole que no buscara a los cristianos, pero que,
cuando se les acusara, debían ser castigados a menos que se
retractaran.
Suetonio (120 d.C.)
El
historiador romano (70-140 d.C.) hace una referencia en su libro «Sobre
la vida de los Césares» donde narra las vidas de los doce primeros
emperadores romanos. En el libro V se refiere a un tal «Chrestus» al
mencionar la expulsión de los judíos de Roma ordenada por el emperador
Claudio: «Expulsó de Roma a los judíos que andaban siempre organizando
tumultos por instigación de un tal Chrestus».
La
mayoría de los historiadores coinciden en que Chrestus es Cristo porque
era frecuente que los paganos confundieran Christus y Chrestus y no
existe ningún testimonio sobre ningún Chrestus agitador desconocido.
En
los Hechos de los Apóstoles se recoge este acontecimiento: «[Áquila y
Priscila] acababan de llegar [a Corinto] desde Italia por haber
decretado Claudio que todos los judíos saliesen de Roma».
Luciano (165 d.C.)
El
escritor griego Luciano de Samosata satiriza a los cristianos en su
obra «La muerte de Peregrino»: «Consideraron a Peregrino un dios, un
legislador y le escogieron como patrón..., sólo inferior al hombre de
Palestina que fue crucificado por haber introducido esta nueva religión
en la vida de los hombres (...) Su primer legislador les convenció de
que eran inmortales y que serían todos hermanos si negaban los dioses
griegos y daban culto a aquel sofista crucificado, viviendo según sus
leyes».
Mara Bar Sarapión (Finales del siglo I)
Existe
una carta de Mara Ben Sarapión en sirio a su hijo en la que se refiere
así a Jesús, aunque no lo menciona por su nombre: «¿Qué provecho
obtuvieron los atenienses al dar muerte a Sócrates, delito que hubieron
de pagar con carestías y pestes? ¿O los habitantes de Samos al quemar a
Pitágoras, si su país quedó pronto anegado en arena? ¿O los hebreos al
ejecutar a su sabio rey, si al poco se vieron despojados de su reino? Un
dios de justicia vengó a aquellos tres sabios. Los atenienses murieron
de hambre; a los de Samos se los tragó el mar; los hebreos fueron
muertos o expulsados de su tierra para vivir dispersos por doquier.
Sócrates no murió gracias a Platón; tampoco Pitágoras a causa de la
estatua de Era; ni el rey sabio gracias a las nuevas leyes por él
promulgadas».
Celso (175 d.C.)
En
«Doctrina verdadera» ataca a los cristianos. Aunque no se conserva su
libro, sí muchas de sus citas por la refutación que escribió Orígenes
unos 70 años después.
«Colgado» en el Talmud
El
gran erudito judío Joseph Klausner ya escribió a principios del s.XX
que las poquísimas referencias del Talmud a Jesús son de escaso valor
histórico. En el tratado Sanhedrin 43a se menciona a «Yeshú»: «Antes
pregonó un heraldo. Por tanto, sólo (inmediatamente) antes, pero no más
tiempo atrás. En efecto contra esto se enseña: "En la víspera de la
pascua se colgó a Jesús". Cuarenta días antes había pregonado el
heraldo: "Será apedreado, porque ha practicado la hechicería y ha
seducido a Israel, haciéndole apostatar. El que tenga que decir algo en
su defensa, venga y dígalo". Pero como no se alegó nada en su defensa,
se le colgó en la víspera de la fiesta de la pascua».
«Muy
probablemente el texto talmúdico se limita a reaccionar contra la
tradición evangélica», considera John P. Meier en «Un judío marginal.
Nueva visión del Jesús histórico»
sábado, 19 de noviembre de 2016
Fiesta de Cristo Rey 2016
El trono de Cristo es el corazón del hombre
La solemnidad de Cristo Rey del Universo fue instituida por el papa Pío XI en 1925 quien, en un mundo que acababa de pasar por los horrores de la Gran Guerra y empezaba a levantar algunas banderas ideológicas, escribió su primera encíclica “Quas primas”, en la que proclama a Jesucristo como Rey del Universo.
Hoy suenan con vibrante elocuencia en toda la tierra aquellas palabras bronceas grabadas en el obelisco de Heliópolis, hincado en medio de la plaza de san Pedro: “Christus vincit, Christus regnat, Christus imperat”. Y, en este contexto, Cristo hoy desea sentarse en un trono: en nuestro corazón.
sábado, 12 de noviembre de 2016
sábado, 5 de noviembre de 2016
Presa del Reiki y de la Nueva Era
Milagros Martín se alejó de la fe católica de adolescente y al crecer se introdujo en el mundo de la Nueva Era, el yoga y el reiki en Madrid, y en grupos con elementos sectarios que la hundían vitalmente. En el Camino de Santiago, empezó a sentir que Dios la llamaba, y un contacto con las dominicas de Lerma empezaron a reencauzar su vida. Contó su testimonio en vivo el pasado 1 de octubre en Asalto al Cielo, unos encuentros en la parroquia de Colmenar del Arroyo (Madrid) que organiza el padre Álvaro Cárdenas.
Se alejó de la fe en la adolescencia
Milagros creció en una familia de tradición católica. Su madre y sus abuelos asistían a la misa dominical. También ella lo hacía en su infancia, pero dejó a ir a misa hacia los 13 años. Desde entonces, ya solo acudió a la iglesia en celebraciones ocasionales y algunas fiestas locales.
Antes de los 30 años ya se había hecho un hueco en su profesión como arquitecto técnico. Tenía una buena situación laboral, una holgada posición económica, y un novio con el que convivía: “Tenía un buen trabajo. En ese momento, la construcción estaba en pleno auge. Yo era jefa de obra en una de las constructoras, bastante reconocida, de Madrid. El ritmo de trabajo era fuerte, estábamos en la obra a las ocho de la mañana y acabábamos hacia las nueve y media de la noche, y así, de lunes a viernes”. Pero el ritmo era estresante: “Mi vida era puramente trabajo”.
La muerte de un ser querido: un misterio que hace pensar
En 2004 falleció su abuela. Fue su primer encuentro con el misterio de la muerte, algo que golpeó su vida, aparentemente plena. “Había conseguido todo aquello que me habían dicho que me daría la felicidad. A nivel de profesión, tampoco aspiraba a llegar mucho más alto. Pero yo sentía que la muerte de mi abuela me hacía plantearme la vida”.
Vivir para trabajar... y luego morirse. ¿Qué sentido tiene? “Si esta vida es un levantarme pronto para ir a trabajar, ganar un sueldo y tener una hipoteca, tener una casa, tener quince días de vacaciones en verano, para que cuando llegue a los ochenta y cinco años, se acabe mi vida y muera, no tiene sentido”.
Perdió el gusto por la vida y por el trabajo. “Nada de lo que hacía tenía sentido. Me costaba levantarme por la mañana. Había perdido ese entusiasmo que me llevaba a la ambición profesional y caí en una crisis de ansiedad. Era un sentimiento de vacío profundo, de pérdida de felicidad”.
Buscando la paz... en la Nueva Era
Un familiar le invitó a experimentar con la relajación mental y el yoga. Buscando paz interior, entró en el laberinto de la Nueva Era: seminarios de coaching grupal para el "autoconocimiento", "Curso de Milagros", meditación trascendental, el mundo de las “energías” positivas y negativas de la cosmovisión oriental, feng shui, bioenergética, macrobiótica, y las terapias alternativas de la Nueva Era, la esotérica psicología energética, masaje metamórfico, reiki…
El seminario de coaching grupal Inside, "para autoconocerse", la atrapó con sus técnicas de enganche psico-emocional. “Buscan llegar al nivel emocional de la persona. Hay una exaltación emocional grande y tocan aspectos muy íntimos del inconsciente, de tu infancia, remueven cosas que, si no están bien gestionadas, pueden llevar a la persona a un gran desequilibrio”, señala.
En una sociedad individualista como la occidental, este tipo de seminarios “enganchan” con relaciones intensas. “Se juega con un sentimiento de pertenencia muy fuerte, empiezas a tener relaciones a nivel emocional con personas que nunca has tenido. Eso crea a veces un sentimiento de cercanía y complicidad con las personas con las que compartes esos aspectos de tu corazón y de tus vivencias”.
Las técnicas psicológicas de manipulación que utilizan, hacen creer al que las practica que está siendo liberado de su soledad y que pertenece a una comunidad especial de hombres y mujeres. También usan técnicas de pensamiento positivo que hacen pensar al que las sigue que su mente podrá cambiar su vida.
Pasado un tiempo, estas técnicas ponen en evidencia su engaño: “Durante un tiempo, crees que funciona, luego, te das cuenta de que el castillo se cae y que aquello no se sostiene”.
Fracaso de un matrimonio sin fe
Milagros se casó con su novio en una ceremonia católica pese a que ninguno de los dos tenía fe. Con el tiempo tampoco se sentía unida a su pareja. Cuatro meses después hizo el segundo nivel de esos seminarios Inside. “Me puse delante de la gran mentira en la que yo estaba viviendo mi vida, una vida de hipocresía. Mi vida de cara a los demás, a lo que los demás puedan esperar de mí”.
Vacía y rota interiormente, se separó de su marido. "Mi marido empezó a sentir que aquellos seminarios eran una secta, por la desestructuración que, a veces, generan”.
“Es tremendamente peligroso meterte en el inconsciente de una persona y querer sacarlo todo con la rapidez con que ahí te lo sacan. Puedes realmente hundirte. De hecho, hay personas que han tenido problemas serios”, añade ella.
Milagros Martín, más joven
La psicología esotérica y la energía universal
Desestabilizada por esos seminarios, buscó ayuda en la psicología. “Necesitaba una psicóloga, porque esos seminarios de Inside fueron como meterme en una centrifugadora. Desataron muchas cosas. Me encontré desbordada emocionalmente, no podía colocarlo todo, habíamos tocado muchos aspectos de mi infancia, de mi vida, y me sentía completamente desestructurada emocionalmente”.
Pero los entornos en los que buscó fueron los de la pseudopsicología esotérica de la Nueva Era.
“Entré con psicólogos que utilizaban técnicas de energías, que no son propias de la psicoterapia, que estaban dirigidas hacia ese mundo. Me dirigieron, enseguida, a una escuela de energía universal. Usábamos el masaje metamórfico, como técnica complementaria a la psicoterapia. Es un laberinto y una espiral y no sabes dónde paras, aunque crees estar bien dirigido”.
También experimentó con el feng shui, una disciplina oriental que al principio puede parecer un estilo de diseño armónico de espacios (despachos, viviendas, jardines, decoración del hogar, interiorismo), pero que enseguida se convierte en algo esotérico sobre gestión de energías positivas o negativas que fluyen por la casa. Como arquitecto, a Milagros le cautivó el feng shui: “Todo está muy mezclado: lo esotérico, lo energético, lo psicológico, la búsqueda espiritual, lo trascendente, las terapias alternativas”.
24 octubre 2016
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VER COMPLETO: http://www.religionenlibertad.com/presa-del-reiki-nueva-era-reincidente-salio-52711.htm
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lunes, 31 de octubre de 2016
sábado, 29 de octubre de 2016
El difunto, aunque esté incinerado, no es una posesión, ni un objeto
Con su nuevo documento Ad resurgendum cum Christo la Iglesia recuerda lo que venía enseñando desde hace décadas: que la cremación de lo fallecidos es admisible para los cristianos, pero siempre que las cenizas se traten como a un difunto,
es decir, enterrándolas o colocándolas en columbarios en lugar sagrado,
lugares que se van a proteger y donde pueden ser visitados y recibir
oración.
"Con mis cenizas... ¿hago lo que quiero?"
Se ha generado un cierto debate social, con personas que aunque dicen ser cristianas proclaman: “con mi cenizas -o las de mi difunto- hago lo que quiero, son mías”.
Pero la postura católica es clara: las cenizas del fallecido no son “un objeto”, igual que un cadáver no es “un objeto”, y mucho menos es una propiedad. Ni siquiera basta con decir que son “un recuerdo”, como sí lo sería una foto o un objeto cargado de memorias del pasado. Son mucho más.
ReL habla de ello con Fermín Labarga, director de departamento de Teología Histórica de la Universidad de Navarra y experto en religiosidad popular, iconografía y cofradías.
“Hay gente que habla del difunto como si fuera un objeto, que parece que diga ‘el difunto es mío’. Pero, no: el difunto cristiano es de Dios y de la comunidad cristiana, y no es un objeto ni es una posesión, ni tampoco es un mero recuerdo”, explica Labarga.
“Con un cadáver no es fácil hacer lo que quieras. Y tampoco te lo permiten. La realidad es que las autoridades y la sociedad no te dejan hacer cualquier cosa con los cadáveres de tus seres queridos”.
Al quemar el cadáver, el cuerpo en cenizas se hace más manejable, pero aún así surgen normas civiles. En España hay normativas que impiden tirar cenizas de difuntos en muchos lugares.
El individualismo… y aferrarse al difunto
El duelo no ha sido nunca un tema individual, sino social. En los pueblos, en las familias grandes, se ha vivido siempre comunalmente el proceso de despedirse del difunto, de aceptar su partida.
Pero una sociedad individualista que esconde la muerte y el duelo puede generar efectos psicológicos perjudiciales en la persona en proceso de duelo.
“No dejar marchar al difunto es un problema psicológico. Todos conocemos esas señoras que acuden a la tumba de su marido, que quieren dormir allí, sobre ella… y la autoridad se lo impide, y se les da tratamiento psicológico. Pasa más en muertes traumáticas, por accidentes, por ejemplo”.
¿Y si esa relación enfermiza pasa ahora en casa, donde quiere guardar la urna con cenizas, donde quizá nadie la vea ni le atienda? Es otra combinación de soledad y cultura individualista.
Los primeros cristianos… y las hermandades hoy
Cuando uno visita lugares como la cripta de Santa Eulalia en Mérida, contempla que las tumbas de los primeros cristianos hispanos, los del siglo IV y V, se apiñaban intentando estar cerca del sepulcro de la joven mártir.
“Jesús fue enterrado, los mártires fueron enterrados… la tradición cristiana es imitar a Jesús”. Ser enterrados como Él, para resucitar después como Él.
Pero hoy, por razones prácticas y económicas, el enterramiento puede ser difícil. Sin embargo, una solución a la vez práctica y hermosa se ve, por ejemplo, en algunas cofradías y hermandades, sobre todo en Andalucía.
“En Andalucía muchas Hermandades hacen columbarios preciosos para sus hermanos, en la cripta de su iglesia. Los que compartieron su fe como hermanos en vida, comparten después el reposo en la iglesia, unidos tras la muerte. Creo que es una magnífica solución”, propone Labarga. Hay cremación, pero la urna se guarda en un lugar sagrado, de oración, y lleno de significación. Hay comunidad y cercanía sacra entre vivos y muertos.
El sacerdote Fermín Labarga en un encuentro de cofradías y hermandades en Córdoba; muchas hermandades, con columbarios para urnas, ofrecen alternativas que entroncan bien con la comunidad de fe y el reposo en suelo sagrado
No es lo mismo cuando un equipo de fútbol presenta sus propios columbarios… en los que probablemente no habrá oración por los difuntos.
Un cementerio, o un columbario, con nichos con muchos difuntos, tienen otra ventaja: ayudan a rezar. Uno visita la tumba de su difunto, ve las de otros y reza no sólo por el suyo, sino por los demás. El cementerio, explica Labarga, “ayuda a hacerte ver que naces y mueres en una comunidad”.
Cuando sólo se incineraban masones y ateos
La norma eclesial que prohíbe las exequias a quien, según el texto, “hubiera dispuesto la cremación y la dispersión de sus cenizas en la naturaleza por razones contrarias a la fe cristiana”, es de toda la vida.
“Hay que tener en cuenta que antiguamente, en el siglo XIX por ejemplo, solo encargaban ser incinerados masones o personas activamente hostiles a la fe católica. Pedían ser quemadas para simbolizar que no creían en la Resurrección. Pero a Dios lo mismo le cuesta resucitar huesos que cenizas y hoy se incineran muchos cristianos por razones prácticas, que sí creen en la Resurrección. Así que esta norma de prohibir las exequias se dará sólo en casos aislados, ultraminoritarios”, explica Labarga.
Un sociedad que esconde la muerte
El documento explica que “la iglesia se opone a ocultar o privatizar el evento de la muerte”.
“Ocultar la muerte es propio de la sociedad actual”, explica Labarga. “Es curioso que hay padres que hoy no dejan al niño ir al cementerio o al funeral del abuelo pero después sí les dejan ir a Halloween con sus brujas. Hace pocas generaciones la muerte estaba muy integrada en la vida y los niños veían la muerte de los abuelos, que no era especialmente traumática –como sí lo es la de un padre de hijos pequeños-. Los niños veían que la vida tiene un final. Hoy los ancianos mueren en hospitales, o en geriátricos, lejos de su familia. La sociedad, además oculta la vejez y la enfermedad”.
Los ritmos de trabajo tampoco ayudan. “Los sacerdotes vemos que cada vez viene menos gente a los funerales. Hay que celebrarlos a las 20.30, después de la jornada laboral, para que parientes y amigos puedan acudir. Además, en las ciudades las funerarias han ido imponiendo la separación entre el funeral y el entierro, con la pérdida simbólica que significa que en el funeral no esté el cadáver”, constata Labarga.
Los pueblos y los marineros
Un caso peculiar es el de los españoles que, viviendo en una ciudad, se sienten más ligados espiritualmente a su pueblo. “Es esa gente que cuando va a su pueblo en verano, o en fiestas, acude a misa allí, pero que en la ciudad no va a misa. Y quiere su funeral y entierro en el pueblo, donde aún se vive el luto de otra manera”.
¿Y los marinos, cuyos cuerpos o cenizas se entregaban al mar? “Es algo que la Iglesia siempre permitió por su excepcionalidad y razones prácticas, igual que permitió las bodas marítimas. Sucedía cuando un cadáver iba a tardar mucho en llegar al hogar. Pero ahora los cadáveres se devuelven pronto”. La realidad es que cuando hay un accidente las familias reclaman insistentemente los cuerpos.
Vender (¿por error?) el cadáver de la abuela
El texto vaticano es rotundo contra la nueva moda (cara) de hacerse recuerdos o joyas con el cadáver incinerado del difunto y recuerda que, pasada la primera generación, con esos objetos, e incluso con las urnas, puede suceder de todo.
“¿Qué pasará con esa joya? ¿La venderán tus herederos, venderán el cadáver de tu abuela, quizá sin saberlo?”, plantea Labarga. Y si las cenizas o joyas son meras propiedades, ¿tendremos juicios por su propiedad en divorcios, o entre hermanos que se pelean, partes de herencia a dividir?
Labarga insiste en que la mera moral natural ya pide tratar con respeto a cualquier cadáver humano, pero un cadáver de bautizado es algo aún más especial: ¡ha sido templo del Espíritu Santo!
Una opción pastoral: esperar
¿Y qué hacer con esas personas, a menudo ancianas, que son cristianos piadosos pero se empeñan en tener en casa las urnas con las cenizas de su esposo o parientes fallecidos?
Una opción pastoral podría ser, simplemente, esperar acompañando, dar tiempo a esa persona, y en su momento recordarle que, cuando muera, puede pasar de todo con las urnas, y que es importante ponerlas a buen recaudo en tierra sagrada. Probablemente dará permiso para que se entierren tras su muerte.
Al final, la Iglesia lo que busca es el respeto para los restos humanos, acompañar a los que sufren en el dolor y evitar que se oculte esa realidad misteriosa que es el morir.
"Con mis cenizas... ¿hago lo que quiero?"
Se ha generado un cierto debate social, con personas que aunque dicen ser cristianas proclaman: “con mi cenizas -o las de mi difunto- hago lo que quiero, son mías”.
Pero la postura católica es clara: las cenizas del fallecido no son “un objeto”, igual que un cadáver no es “un objeto”, y mucho menos es una propiedad. Ni siquiera basta con decir que son “un recuerdo”, como sí lo sería una foto o un objeto cargado de memorias del pasado. Son mucho más.
ReL habla de ello con Fermín Labarga, director de departamento de Teología Histórica de la Universidad de Navarra y experto en religiosidad popular, iconografía y cofradías.
“Hay gente que habla del difunto como si fuera un objeto, que parece que diga ‘el difunto es mío’. Pero, no: el difunto cristiano es de Dios y de la comunidad cristiana, y no es un objeto ni es una posesión, ni tampoco es un mero recuerdo”, explica Labarga.
“Con un cadáver no es fácil hacer lo que quieras. Y tampoco te lo permiten. La realidad es que las autoridades y la sociedad no te dejan hacer cualquier cosa con los cadáveres de tus seres queridos”.
Al quemar el cadáver, el cuerpo en cenizas se hace más manejable, pero aún así surgen normas civiles. En España hay normativas que impiden tirar cenizas de difuntos en muchos lugares.
El individualismo… y aferrarse al difunto
El duelo no ha sido nunca un tema individual, sino social. En los pueblos, en las familias grandes, se ha vivido siempre comunalmente el proceso de despedirse del difunto, de aceptar su partida.
Pero una sociedad individualista que esconde la muerte y el duelo puede generar efectos psicológicos perjudiciales en la persona en proceso de duelo.
“No dejar marchar al difunto es un problema psicológico. Todos conocemos esas señoras que acuden a la tumba de su marido, que quieren dormir allí, sobre ella… y la autoridad se lo impide, y se les da tratamiento psicológico. Pasa más en muertes traumáticas, por accidentes, por ejemplo”.
¿Y si esa relación enfermiza pasa ahora en casa, donde quiere guardar la urna con cenizas, donde quizá nadie la vea ni le atienda? Es otra combinación de soledad y cultura individualista.
Los primeros cristianos… y las hermandades hoy
Cuando uno visita lugares como la cripta de Santa Eulalia en Mérida, contempla que las tumbas de los primeros cristianos hispanos, los del siglo IV y V, se apiñaban intentando estar cerca del sepulcro de la joven mártir.
“Jesús fue enterrado, los mártires fueron enterrados… la tradición cristiana es imitar a Jesús”. Ser enterrados como Él, para resucitar después como Él.
Pero hoy, por razones prácticas y económicas, el enterramiento puede ser difícil. Sin embargo, una solución a la vez práctica y hermosa se ve, por ejemplo, en algunas cofradías y hermandades, sobre todo en Andalucía.
“En Andalucía muchas Hermandades hacen columbarios preciosos para sus hermanos, en la cripta de su iglesia. Los que compartieron su fe como hermanos en vida, comparten después el reposo en la iglesia, unidos tras la muerte. Creo que es una magnífica solución”, propone Labarga. Hay cremación, pero la urna se guarda en un lugar sagrado, de oración, y lleno de significación. Hay comunidad y cercanía sacra entre vivos y muertos.
El sacerdote Fermín Labarga en un encuentro de cofradías y hermandades en Córdoba; muchas hermandades, con columbarios para urnas, ofrecen alternativas que entroncan bien con la comunidad de fe y el reposo en suelo sagrado
No es lo mismo cuando un equipo de fútbol presenta sus propios columbarios… en los que probablemente no habrá oración por los difuntos.
Un cementerio, o un columbario, con nichos con muchos difuntos, tienen otra ventaja: ayudan a rezar. Uno visita la tumba de su difunto, ve las de otros y reza no sólo por el suyo, sino por los demás. El cementerio, explica Labarga, “ayuda a hacerte ver que naces y mueres en una comunidad”.
Cuando sólo se incineraban masones y ateos
La norma eclesial que prohíbe las exequias a quien, según el texto, “hubiera dispuesto la cremación y la dispersión de sus cenizas en la naturaleza por razones contrarias a la fe cristiana”, es de toda la vida.
“Hay que tener en cuenta que antiguamente, en el siglo XIX por ejemplo, solo encargaban ser incinerados masones o personas activamente hostiles a la fe católica. Pedían ser quemadas para simbolizar que no creían en la Resurrección. Pero a Dios lo mismo le cuesta resucitar huesos que cenizas y hoy se incineran muchos cristianos por razones prácticas, que sí creen en la Resurrección. Así que esta norma de prohibir las exequias se dará sólo en casos aislados, ultraminoritarios”, explica Labarga.
Un sociedad que esconde la muerte
El documento explica que “la iglesia se opone a ocultar o privatizar el evento de la muerte”.
“Ocultar la muerte es propio de la sociedad actual”, explica Labarga. “Es curioso que hay padres que hoy no dejan al niño ir al cementerio o al funeral del abuelo pero después sí les dejan ir a Halloween con sus brujas. Hace pocas generaciones la muerte estaba muy integrada en la vida y los niños veían la muerte de los abuelos, que no era especialmente traumática –como sí lo es la de un padre de hijos pequeños-. Los niños veían que la vida tiene un final. Hoy los ancianos mueren en hospitales, o en geriátricos, lejos de su familia. La sociedad, además oculta la vejez y la enfermedad”.
Los ritmos de trabajo tampoco ayudan. “Los sacerdotes vemos que cada vez viene menos gente a los funerales. Hay que celebrarlos a las 20.30, después de la jornada laboral, para que parientes y amigos puedan acudir. Además, en las ciudades las funerarias han ido imponiendo la separación entre el funeral y el entierro, con la pérdida simbólica que significa que en el funeral no esté el cadáver”, constata Labarga.
Los pueblos y los marineros
Un caso peculiar es el de los españoles que, viviendo en una ciudad, se sienten más ligados espiritualmente a su pueblo. “Es esa gente que cuando va a su pueblo en verano, o en fiestas, acude a misa allí, pero que en la ciudad no va a misa. Y quiere su funeral y entierro en el pueblo, donde aún se vive el luto de otra manera”.
¿Y los marinos, cuyos cuerpos o cenizas se entregaban al mar? “Es algo que la Iglesia siempre permitió por su excepcionalidad y razones prácticas, igual que permitió las bodas marítimas. Sucedía cuando un cadáver iba a tardar mucho en llegar al hogar. Pero ahora los cadáveres se devuelven pronto”. La realidad es que cuando hay un accidente las familias reclaman insistentemente los cuerpos.
Vender (¿por error?) el cadáver de la abuela
El texto vaticano es rotundo contra la nueva moda (cara) de hacerse recuerdos o joyas con el cadáver incinerado del difunto y recuerda que, pasada la primera generación, con esos objetos, e incluso con las urnas, puede suceder de todo.
“¿Qué pasará con esa joya? ¿La venderán tus herederos, venderán el cadáver de tu abuela, quizá sin saberlo?”, plantea Labarga. Y si las cenizas o joyas son meras propiedades, ¿tendremos juicios por su propiedad en divorcios, o entre hermanos que se pelean, partes de herencia a dividir?
Labarga insiste en que la mera moral natural ya pide tratar con respeto a cualquier cadáver humano, pero un cadáver de bautizado es algo aún más especial: ¡ha sido templo del Espíritu Santo!
Una opción pastoral: esperar
¿Y qué hacer con esas personas, a menudo ancianas, que son cristianos piadosos pero se empeñan en tener en casa las urnas con las cenizas de su esposo o parientes fallecidos?
Una opción pastoral podría ser, simplemente, esperar acompañando, dar tiempo a esa persona, y en su momento recordarle que, cuando muera, puede pasar de todo con las urnas, y que es importante ponerlas a buen recaudo en tierra sagrada. Probablemente dará permiso para que se entierren tras su muerte.
Al final, la Iglesia lo que busca es el respeto para los restos humanos, acompañar a los que sufren en el dolor y evitar que se oculte esa realidad misteriosa que es el morir.
26 octubre 2016
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aunque esté incinerado,
El difunto,
ni un objeto,
no es una posesión
sábado, 22 de octubre de 2016
El gobierno holandés quiere ampliar la eutanasia a quienes se hayan cansado de vivir aunque no estén enfermos
El Gobierno de Holanda
pretende expandir la asistencia al suicidio para incluir a aquellas
«personas que sientan que su vida llegó a su fin y deseen morir»,
incluso si no están enfermos, han informado los ministros de Sanidad y
Justicia en una carta al Parlamento holandés.
(El Mundo) «Las personas que estén convencidas de que su vida terminó deberían poder ponerle fin de una forma digna, de acuerdo a unos criterios estrictos y cautos», han escrito ambos ministros en un comunicado.
Dado que el sentimiento de «vida realizada se presenta principalmente en las personas de edad», el nuevo sistema les estará reservado, afirmaron los dos ministros, sin precisar no obstante una edad específica. La ley holandesa de eutanasia de 2002 actualmente sólo permite la muerte voluntaria si el paciente padece una enfermedad incurable, sufre dolores insoportables y expresó claramente que desea morir.
El Gobierno de coalición holandés solicitó en 2014 un informe a un comité de especialistas que se encargó de valorar la viabilidad legal y los dilemas sociales que supondría despenalizar el suicidio asistido a personas que piensan que «su vida está completa», informa Efe
No se sabe cuándo se redactará el borrador de la nueva ley ni cuando se someterá a votación. Actualmente, un paciente debe cumplir ciertos requisitos para solicitar la eutanasia, entre los que se encuentra que al menos dos médicos confirmen que el enfermo padece de un sufrimiento inaguantable y sin perspectivas de mejora.
La propuesta será analizada por el Parlamento el próximo año, pero en marzo de 2017 se celebran elecciones en Holanda, de forma que estará en las manos del nuevo Ejecutivo aprobarla o rechazarla.
La nueva ley supondría la creación de una nueva profesión, una especie de «orientador» social con experiencia en el campo de la medicina que evaluaría la solicitud del suicidio asistido.
El demandante estaría obligado a poner por escrito que desea terminar con su vida y el orientador le haría entrevistas para confirmar que su sufrimiento es inaguantable, al menos una de ellas en persona y sin la presencia de sus familiares.
La aplicación de la eutanasia no sería automática, sino que se practicaría posteriormente en un tiempo aún no determinado y tras la supervisión del caso por un segundo experto especializado.
Holanda fue el primer país del mundo en legalizar la eutanasia en 2002. Pero para autorizar el procedimiento, el médico, en el centro del proceso, debe tener la convicción de que no existe otra solución razonable para el paciente y que el sufrimiento debe ser «insoportable y sin perspectivas de mejora».
Junto a Bélgica y Luxemburgo, Holanda es uno de los pocos países europeos en los que la eutanasia es legal.
En 2015, este país registró 5.516 casos de eutanasia, lo que representa el 3,9% de los fallecimientos en el país, contra 3.136 casos cinco años atrás. De estas personas, más del 70% sufría cáncer y 2,9% enfermedades psiquiátricas o demencia.
Dado que el sentimiento de «vida realizada se presenta principalmente en las personas de edad», el nuevo sistema les estará reservado, afirmaron los dos ministros, sin precisar no obstante una edad específica. La ley holandesa de eutanasia de 2002 actualmente sólo permite la muerte voluntaria si el paciente padece una enfermedad incurable, sufre dolores insoportables y expresó claramente que desea morir.
El Gobierno de coalición holandés solicitó en 2014 un informe a un comité de especialistas que se encargó de valorar la viabilidad legal y los dilemas sociales que supondría despenalizar el suicidio asistido a personas que piensan que «su vida está completa», informa Efe
No se sabe cuándo se redactará el borrador de la nueva ley ni cuando se someterá a votación. Actualmente, un paciente debe cumplir ciertos requisitos para solicitar la eutanasia, entre los que se encuentra que al menos dos médicos confirmen que el enfermo padece de un sufrimiento inaguantable y sin perspectivas de mejora.
La propuesta será analizada por el Parlamento el próximo año, pero en marzo de 2017 se celebran elecciones en Holanda, de forma que estará en las manos del nuevo Ejecutivo aprobarla o rechazarla.
Un «orientador» para evaluar el suicidio
El demandante estaría obligado a poner por escrito que desea terminar con su vida y el orientador le haría entrevistas para confirmar que su sufrimiento es inaguantable, al menos una de ellas en persona y sin la presencia de sus familiares.
La aplicación de la eutanasia no sería automática, sino que se practicaría posteriormente en un tiempo aún no determinado y tras la supervisión del caso por un segundo experto especializado.
Holanda fue el primer país del mundo en legalizar la eutanasia en 2002. Pero para autorizar el procedimiento, el médico, en el centro del proceso, debe tener la convicción de que no existe otra solución razonable para el paciente y que el sufrimiento debe ser «insoportable y sin perspectivas de mejora».
Junto a Bélgica y Luxemburgo, Holanda es uno de los pocos países europeos en los que la eutanasia es legal.
En 2015, este país registró 5.516 casos de eutanasia, lo que representa el 3,9% de los fallecimientos en el país, contra 3.136 casos cinco años atrás. De estas personas, más del 70% sufría cáncer y 2,9% enfermedades psiquiátricas o demencia.
sábado, 15 de octubre de 2016
Lo que necesitas saber sobre el supuesto "milagro eucarístico" ocurrido en Brasil
RIO DE JANEIRO, 17 Ago. 16 / 06:26 pm (ACI).-
En los últimos días han circulado en las redes sociales las fotos de un hecho extraño en Tangara da Serra, Brasil, donde una hostia habría "sangrado".
ACI Prensa se comunicó con la parroquia Sagrado Corazón de Jesús en Mato Grosso, donde ocurrió el polémico episodio.
Según James Marcal, secretario de la parroquia, los feligreses no están "hablando de milagros, sino de una manifestación, de una señal de Dios".
La versión de los parroquianos es que el P. Lincoln Comby puso la hostia consagrada en el cáliz para la comunión, y después de beber el vino consagrado, la hostia se pegó al cáliz y tomó la extraña forma que se ve en las fotos.
Según Marcal, el Obispo de Diamantino-Mato Grosso, Mons. Vital Chitolina, pidió al sacerdote que la historia no fuera compartida, dado que aún no se sabe qué fue lo que exactamente ocurrió.
Sin embargo, algunas personas compartieron las fotos antes de la indicación del Obispo y presentan en redes el hecho como milagro. Al cierre de esta publicación las imágenes han sido compartidas miles de veces en todo el mundo.
ACI Prensa se comunicó con la parroquia Sagrado Corazón de Jesús en Mato Grosso, donde ocurrió el polémico episodio.
Según James Marcal, secretario de la parroquia, los feligreses no están "hablando de milagros, sino de una manifestación, de una señal de Dios".
La versión de los parroquianos es que el P. Lincoln Comby puso la hostia consagrada en el cáliz para la comunión, y después de beber el vino consagrado, la hostia se pegó al cáliz y tomó la extraña forma que se ve en las fotos.
Según Marcal, el Obispo de Diamantino-Mato Grosso, Mons. Vital Chitolina, pidió al sacerdote que la historia no fuera compartida, dado que aún no se sabe qué fue lo que exactamente ocurrió.
Sin embargo, algunas personas compartieron las fotos antes de la indicación del Obispo y presentan en redes el hecho como milagro. Al cierre de esta publicación las imágenes han sido compartidas miles de veces en todo el mundo.
sábado, 8 de octubre de 2016
El arma de San Juan Pablo II - la consagración mariana
Es la total consagración a Jesús a través de la Santísima Virgen María.
Por: P. Evaristo Sada LC | Fuente: la-oracion.com
En el "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen", San Luis María Grignion de Montfort nos dice que el camino seguro, fácil y corto para acercarnos a Cristo y parecernos más a Él es la consagración a la Virgen María y propone 33 días de preparación para hacer la consagración Mariana.
Todos sabemos que el crecimiento espiritual, nuestra transformación en Cristo, no es cosa fácil. Entonces, es razonable que la oferta de Montfort levante sospechas... Pero hay muchas personas de fiar que lo aprueban y lo promueven. Por ejemplo, el Papa Pío IX dijo que esta devoción a María es la mejor y la más aceptable. El Papa Pío X promulgó que quien rezara la fórmula de la consagración Mariana de San Luis María recibiría indulgencia plenaria en perpetuidad. Él mismo experimentó la eficacia de esta devoción y por ello la promovió con tanta decisión en la encíclica Mariana Ad Diem Illum donde dice que "No hay camino más seguro y más fácil como María para unir a todos los hombres con Cristo." Y el promotor principal ha sido el Papa Juan Pablo II que declaró que la lectura del "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen", fue decisiva en su vida y tomó como lema papal una expresión que aparece en el texto breve de la consagración Mariana de San Luis María Grignon de Montfort:
Totus tuus ego sum et omnia mea tua sunt. Accipio te in mea omnia. Praebe mihi cor tuum Maria!
Soy todo tuyo y todo lo mío es tuyo. Te recibo como mi todo. ¡Dame tu corazón, oh María!
Todo tuyo.
¿En qué consiste la consagración Mariana?
Es la total consagración a Jesús a través de la Santísima Virgen María. Consiste en un acto libre y voluntario donde ofreces toda tu persona y tu vida, y te entregas todo entero, en cuerpo y alma, a la Madre de Jesús y Madre nuestra para que a través de ella el Espíritu Santo nos transforme conforme a la imagen de Jesús.
La misión que Jesús le dio a María
Jesús nos dio a su madre como nuestra madre espiritual para que Ella nos conciba a la vida cristiana por obra del Espíritu Santo, nos alimente, nos cuide y nos lleve a la plenitud de Cristo.
Cuando Jesús miró por última vez a su Madre antes de morir le dijo: "Mujer aquí tienes a tu hijo. Aquí tienes a tu Madre" (Jn 19, 26-27) ¿Qué quiso decirle Jesús a María? Fórmalos como me formaste a mí. ¿Qué quiso decirle a Juan? (él nos representaba a todos nosotros) Descansa en su regazo, confíate a sus manos maternales: Ella te va a santificar por el poder Espíritu Santo, Ella se encargará de modelarte y transformarte conforme a mi imagen.
San Luis María enuncia en su libro "los actos de caridad que la Virgen, como la mejor de todas las madres, hace para con sus fieles servidores": Ella los ama, los mantiene, los guía y dirige, los defiende y protege, intercede por ellos ante Dios. Y añade los frutos que esta devoción produce en el alma: alcanza luz del Espíritu Santo para crecer en humildad y conocimiento personal, la Sma. Virgen concederá parte de su fe, apartará del alma los escrúpulos y ensanchará y abrirá el corazón para correr "por el camino de los mandamientos de su Hijo" con gran libertad interior, los llenará de una gran confianza en Dios y en Ella misma, "el alma de la Sma. Virgen María se os comunicará para glorificar al Señor" y "Ella dará su fruto a su tiempo y este fruto suyo es Jesucristo".
Pertenecer a María
Por eso, cuando María nos ve a cada uno de nosotros, sus hijos, nos mira con amor, anhelando el momento en que libremente le digamos: Madre, soy todo tuyo, te pertenezco, fórmame como lo hiciste con Jesús, protégeme del Maligno, llévame al Paraíso.
Si Dios Omnipotente confió incondicionalmente en la Virgen María y puso a Su Hijo Unigénito en sus brazos maternales, ¿cómo no vamos a hacerlo nosotros?
Cuando le demos todo a María, Ella se hará cargo de nosotros y de nuestros seres queridos.
Cuando estemos como ciegos en las horas oscuras, María escuchará nuestro grito desesperado: "Señor, que vea" (Mc 10,51) y se encargará de decirle a Jesús: "Mira, no tienen vino" (Jn 2,3) y encontraremos una y otra vez la salida de las tinieblas para entrar en su luz maravillosa (cfr. 1 P 2,9)
A la hora del sufrimiento y de la cruz, María estará allí, de pie a nuestro lado, abrazándonos con ternura. (Jn 19,25)
En las decisiones importantes, María nos mostrará el Camino, la Luz, la Verdad, la Vida. Ella será la dulce y firme Pastora que nos conduzca por el buen Camino (Cfr. Jn 14,6). María nos lleva siempre por el mejor camino a Jesús.
En la vida cotidiana, María será nuestra educadora, la que nos forme en las virtudes cristianas.
María será nuestra maestra de oración. Nos conducirá siempre al Sagrario y nos mostrará el costado traspasado de Su Hijo, nos enseñará a entrar en la intimidad de Su Corazón traspasado.
Es un maravilloso intercambio: le damos nuestro corazón a María y Ella nos da su Corazón inmaculado. A María le gusta compartir, cuando le demos nuestro corazón con absoluto abandono, Ella nos abrirá la intimidad del suyo, conoceremos cómo es su amor a Jesús, cómo gusta Su palabra, cómo contempla los misterios de Su Hijo. Sentiremos como Ella siente, amaremos como Ella ama, dejaremos que Jesús encuentre consuelo y descanso en nosotros como lo encuentra en Ella.
A la hora de nuestra muerte, María será la que nos abra la puerta del hogar definitivo, nos abrace y nos lleve a la presencia del Padre para entrar en su intimidad y permanecer allí para siempre.
Les invito a leer el libro "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen", quiera Dios que su experiencia sea como la del Papa Juan Pablo II, cuya fórmula de consagración Mariana les comparto ahora:
Soy todo tuyo, María
Virgen María, Madre mía.
Me consagro a ti y confío en tus manos toda mi existencia.
Acepta mi pasado con todo lo que fue.
Acepta mi presente con todo lo que es.
Acepta mi futuro con todo lo que será.
Con esta total consagración, te confío cuanto tengo y cuanto soy, todo lo que he recibido de Dios.
Te confío mi inteligencia,
Mi voluntad, mi corazón.
Deposito en tus manos mi libertad;
mis ansias y mis temores;
mis esperanzas y mis deseos;
mis tristezas y mis alegrías.
Custodia mi vida y todos mis actos para que le sea más fiel al Señor,
y con tu ayuda alcance la salvación.
Te confío ¡Oh María!
Mi cuerpo y mis sentidos
para que se conserven puro
y me ayuden en el ejercicio de las virtudes.
Te confío mi alma para que Tú la preserves del mal.
Hazme partícipe de una santidad, igual a la tuya.
Hazme conforme a Cristo, ideal de mi vida.
Te confío mi entusiasmo
y el ardor de mi juventud,
Para que Tú me ayudes
a no envejecer en la fe.
Te confío mi capacidad y deseo de amar,
Enséñame y ayúdame a amar como Tú has amado
y como Jesús quiere que se ame.
Te confío mi incertidumbres y angustias,
para que en tu corazón yo encuentre
seguridad, sostén y luz,
en cada instante de mi vida.
Con esta consagración
me comprometo a imitar tu vida.
Acepto las renuncias y sacrificios
que esta elección comporta,
Y te prometo, con la gracia de Dios
y con tu ayuda,
ser fiel al compromiso asumido.
Oh María, soberana de mi vida
y de mi conducta
Dispón de mí y de todo lo que me pertenece,
para que camine siempre junto al Señor
bajo tu mirada de Madre.
¡Oh María!
Soy todo tuyo
y todo lo que poseo te pertenece
Ahora y siempre.
AMEN
Por: P. Evaristo Sada LC | Fuente: la-oracion.com
En el "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen", San Luis María Grignion de Montfort nos dice que el camino seguro, fácil y corto para acercarnos a Cristo y parecernos más a Él es la consagración a la Virgen María y propone 33 días de preparación para hacer la consagración Mariana.
Todos sabemos que el crecimiento espiritual, nuestra transformación en Cristo, no es cosa fácil. Entonces, es razonable que la oferta de Montfort levante sospechas... Pero hay muchas personas de fiar que lo aprueban y lo promueven. Por ejemplo, el Papa Pío IX dijo que esta devoción a María es la mejor y la más aceptable. El Papa Pío X promulgó que quien rezara la fórmula de la consagración Mariana de San Luis María recibiría indulgencia plenaria en perpetuidad. Él mismo experimentó la eficacia de esta devoción y por ello la promovió con tanta decisión en la encíclica Mariana Ad Diem Illum donde dice que "No hay camino más seguro y más fácil como María para unir a todos los hombres con Cristo." Y el promotor principal ha sido el Papa Juan Pablo II que declaró que la lectura del "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen", fue decisiva en su vida y tomó como lema papal una expresión que aparece en el texto breve de la consagración Mariana de San Luis María Grignon de Montfort:
Totus tuus ego sum et omnia mea tua sunt. Accipio te in mea omnia. Praebe mihi cor tuum Maria!
Soy todo tuyo y todo lo mío es tuyo. Te recibo como mi todo. ¡Dame tu corazón, oh María!
Todo tuyo.
¿En qué consiste la consagración Mariana?
Es la total consagración a Jesús a través de la Santísima Virgen María. Consiste en un acto libre y voluntario donde ofreces toda tu persona y tu vida, y te entregas todo entero, en cuerpo y alma, a la Madre de Jesús y Madre nuestra para que a través de ella el Espíritu Santo nos transforme conforme a la imagen de Jesús.
La misión que Jesús le dio a María
Jesús nos dio a su madre como nuestra madre espiritual para que Ella nos conciba a la vida cristiana por obra del Espíritu Santo, nos alimente, nos cuide y nos lleve a la plenitud de Cristo.
Cuando Jesús miró por última vez a su Madre antes de morir le dijo: "Mujer aquí tienes a tu hijo. Aquí tienes a tu Madre" (Jn 19, 26-27) ¿Qué quiso decirle Jesús a María? Fórmalos como me formaste a mí. ¿Qué quiso decirle a Juan? (él nos representaba a todos nosotros) Descansa en su regazo, confíate a sus manos maternales: Ella te va a santificar por el poder Espíritu Santo, Ella se encargará de modelarte y transformarte conforme a mi imagen.
San Luis María enuncia en su libro "los actos de caridad que la Virgen, como la mejor de todas las madres, hace para con sus fieles servidores": Ella los ama, los mantiene, los guía y dirige, los defiende y protege, intercede por ellos ante Dios. Y añade los frutos que esta devoción produce en el alma: alcanza luz del Espíritu Santo para crecer en humildad y conocimiento personal, la Sma. Virgen concederá parte de su fe, apartará del alma los escrúpulos y ensanchará y abrirá el corazón para correr "por el camino de los mandamientos de su Hijo" con gran libertad interior, los llenará de una gran confianza en Dios y en Ella misma, "el alma de la Sma. Virgen María se os comunicará para glorificar al Señor" y "Ella dará su fruto a su tiempo y este fruto suyo es Jesucristo".
Pertenecer a María
Por eso, cuando María nos ve a cada uno de nosotros, sus hijos, nos mira con amor, anhelando el momento en que libremente le digamos: Madre, soy todo tuyo, te pertenezco, fórmame como lo hiciste con Jesús, protégeme del Maligno, llévame al Paraíso.
Si Dios Omnipotente confió incondicionalmente en la Virgen María y puso a Su Hijo Unigénito en sus brazos maternales, ¿cómo no vamos a hacerlo nosotros?
Cuando le demos todo a María, Ella se hará cargo de nosotros y de nuestros seres queridos.
Cuando estemos como ciegos en las horas oscuras, María escuchará nuestro grito desesperado: "Señor, que vea" (Mc 10,51) y se encargará de decirle a Jesús: "Mira, no tienen vino" (Jn 2,3) y encontraremos una y otra vez la salida de las tinieblas para entrar en su luz maravillosa (cfr. 1 P 2,9)
A la hora del sufrimiento y de la cruz, María estará allí, de pie a nuestro lado, abrazándonos con ternura. (Jn 19,25)
En las decisiones importantes, María nos mostrará el Camino, la Luz, la Verdad, la Vida. Ella será la dulce y firme Pastora que nos conduzca por el buen Camino (Cfr. Jn 14,6). María nos lleva siempre por el mejor camino a Jesús.
En la vida cotidiana, María será nuestra educadora, la que nos forme en las virtudes cristianas.
María será nuestra maestra de oración. Nos conducirá siempre al Sagrario y nos mostrará el costado traspasado de Su Hijo, nos enseñará a entrar en la intimidad de Su Corazón traspasado.
Es un maravilloso intercambio: le damos nuestro corazón a María y Ella nos da su Corazón inmaculado. A María le gusta compartir, cuando le demos nuestro corazón con absoluto abandono, Ella nos abrirá la intimidad del suyo, conoceremos cómo es su amor a Jesús, cómo gusta Su palabra, cómo contempla los misterios de Su Hijo. Sentiremos como Ella siente, amaremos como Ella ama, dejaremos que Jesús encuentre consuelo y descanso en nosotros como lo encuentra en Ella.
A la hora de nuestra muerte, María será la que nos abra la puerta del hogar definitivo, nos abrace y nos lleve a la presencia del Padre para entrar en su intimidad y permanecer allí para siempre.
Les invito a leer el libro "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen", quiera Dios que su experiencia sea como la del Papa Juan Pablo II, cuya fórmula de consagración Mariana les comparto ahora:
Soy todo tuyo, María
Virgen María, Madre mía.
Me consagro a ti y confío en tus manos toda mi existencia.
Acepta mi pasado con todo lo que fue.
Acepta mi presente con todo lo que es.
Acepta mi futuro con todo lo que será.
Con esta total consagración, te confío cuanto tengo y cuanto soy, todo lo que he recibido de Dios.
Te confío mi inteligencia,
Mi voluntad, mi corazón.
Deposito en tus manos mi libertad;
mis ansias y mis temores;
mis esperanzas y mis deseos;
mis tristezas y mis alegrías.
Custodia mi vida y todos mis actos para que le sea más fiel al Señor,
y con tu ayuda alcance la salvación.
Te confío ¡Oh María!
Mi cuerpo y mis sentidos
para que se conserven puro
y me ayuden en el ejercicio de las virtudes.
Te confío mi alma para que Tú la preserves del mal.
Hazme partícipe de una santidad, igual a la tuya.
Hazme conforme a Cristo, ideal de mi vida.
Te confío mi entusiasmo
y el ardor de mi juventud,
Para que Tú me ayudes
a no envejecer en la fe.
Te confío mi capacidad y deseo de amar,
Enséñame y ayúdame a amar como Tú has amado
y como Jesús quiere que se ame.
Te confío mi incertidumbres y angustias,
para que en tu corazón yo encuentre
seguridad, sostén y luz,
en cada instante de mi vida.
Con esta consagración
me comprometo a imitar tu vida.
Acepto las renuncias y sacrificios
que esta elección comporta,
Y te prometo, con la gracia de Dios
y con tu ayuda,
ser fiel al compromiso asumido.
Oh María, soberana de mi vida
y de mi conducta
Dispón de mí y de todo lo que me pertenece,
para que camine siempre junto al Señor
bajo tu mirada de Madre.
¡Oh María!
Soy todo tuyo
y todo lo que poseo te pertenece
Ahora y siempre.
AMEN
sábado, 1 de octubre de 2016
Producir órganos humanos en quimeras animales plantea objetivos problemas médicos y éticos
Observatorio de bioética de la Universidad católica de Valencia
Adn (Wiki commons)
(Observatorio de Bioética – Universidad Católica de Valencia).- De
todos es conocido el importante problema médico y social que plantean
los trasplantes de órganos por la escasez cada día mayor de éstos. De
ahí la necesidad de ir buscando soluciones, que en un futuro, más o
menos próximo, puedan solventar el problema. Una de ellas es la producción de quimeras animales en las que se puedan desarrollar órganos cuasi-humanos.
Esto se ha intentado utilizando células madre embrionarias humanas para
inyectarlas en ratones (Nature 521; 316-321, 2015), pero esta práctica
plantea problemas importantes, tanto desde el punto de vista médico como
ético. En relación con los primeros, la principal dificultad es que al
tratarse de un material alógenico puede ocasionar problemas de rechazo
inmunológico todavía no solventados. Por otro lado, desde un punto de
vista ético, por
requerir la obtención de este tipo de células la destrucción de
embriones humanos, su uso conlleva dificultades éticas, yo diría que
insalvables.
Además las células humanas trasplantadas pueden colonizar los órganos
del animal receptor, por lo que se pueden generar animales con órganos
prácticamente humanos, lo que implica nuevos y grandes desafíos éticos.
Pero
al margen del uso de células madre embrionarias humanas, ahora se abren
nuevas posibilidades para este tipo de experiencias al ponerse a punto
la reprogramación de células somáticas adultas de las que se pueden derivar las denominadas células iPS,
que por poder obtenerse de células somáticas del individuo que requiere
el trasplante minimizan el rechazo inmunológico. Una atractiva
posibilidad terapéutica que tiene visos de poderse poner en marcha en
futuro más o menos próximo.
En relación con ello se publica en Journal Medical Ethics (41; 970-974, 2015), un interesante artículo que comentamos.
Comienza dicho artículo haciendo una amplia referencia a los problemas que se les pueden plantear a los pacientes que están esperando ser trasplantados, que además de restarles calidad de vida, puede en ocasiones, conducirlos a la muerte.
También
se hace referencia a los intentos de diversos países por solucionar
este problema, especialmente con políticas que estimulen la donación, y
otras acciones médicas, como pueden ser los xenotrasplantes, la creación
de órganos bioartificiales y la construcción de órganos biónicos. Pero
las tres posibilidades presentan problemas técnicos aun sin solucionar,
aunque ello se está intentando. Por ello, la posibilidad de producir
órganos en animales utilizando células iPS humanas (hiPS) ofrece
importantes ventajas.
Continúa
el articulo haciendo referencia las potencialidades médicas de las
células pluripotentes, y a que desde 2006 estas células se pueden
producir en el laboratorio reprogramando células somáticas adultas, son
las ya mencionadas células iPS (ver AQUÍ).
En
relación con ello, estudios japoneses recientes han demostrado la
posibilidad de producir órganos (timo y páncreas) en quimeras animales,
utilizando células iPS obtenidas de células somáticas de ratas e
inyectándolas en blastocitos de ratones mutados, comprobando que estas
células se integran con los embriones murinos y pueden desarrollar los
tejidos y órganos deseados.
Valoración ética de la producción de órganos humanos en animales
Sin embargo, este tipo de experiencias presentan importantes problemas que deben ser resueltos (ver “Quimeras humano-animales para su uso en la medicina regenerativa”).
Uno de ellos pudiera ser el riesgo de zoonosis, es decir la posibilidad
de que un virus animal mutado pudiera transferirse a seres humanos, con
la posibilidad de producir una pandemia, aunque el riesgo de que ello
ocurriera es menor que en el caso de los xenotrasplantes, ya que los
órganos producidos serían cuasi- humanos. Pero aunque el riesgo de
zoonosis fuera mínimo, es necesario tener en cuenta esta posibilidad por
la magnitud del problema que se podría producir.
Concluyendo,
se puede afirmar que, aunque producir órganos cuasi-humanos en animales
ofrece unas enormes posibilidades de cara a solventar la escasez de
órganos para trasplantes, antes de utilizar estas técnicas en la clínica
humana habría que solucionar todos los problemas médicos y éticos que
éstas conllevan.
Justo Aznar, OBSERVATORIO DE BIOETICA – UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALENCIA
sábado, 24 de septiembre de 2016
El matrimonio…Es para siempre
¿Dar la vida por los hijos? Sí, pero no por sacrifico mortal, sino
como vida diaria en familia, por ellos. Esto sí es dar la vida por
los hijos
En el plano civil, el divorcio es un trámite que anula un contrato, pero en el plano de Jesús, es un compromiso irrenunciable. Por eso los cónyuges que tienen conflictos entre ellos deben buscar la superación, no la destrucción de su vida matrimonial.
La superación de conflictos matrimoniales es crítica, tanto para los cónyuges como para las familias de ambos, y de aquellas personas que de alguna forma son afectadas por ese matrimonio. Pero lo más importante son los hijos.
Los padres de familia suelen decir que darían hasta la vida por ellos, pero es rarísimo que tengan que tomar esa opción, como lo es el tener que dar la vida por Cristo. Pero lo que sí es asunto de vida diaria, es el VIVIR LA VIDA POR LOS HIJOS. No es el martirio lo que se nos exige, sino la vivencia familiar diaria.
Los hijos merecen un matrimonio vívido entre sus padres., no verlos a cada uno por su lado. Merecen vivir en la familia compuesta conforme al deseo manifestado por Dios, con un padre, una madre, los hijos y en su caso hasta los nietos.
Si se está pues dispuesto a dar la vida por los hijos, antes hay que estar dispuesto a VIVIR LA VIDA por ellos, día a día, en familia. Por ellos hay que superar conflictos matrimoniales; no podemos recurrir a la huida de esa responsabilidad, aun estando enojados o frustrados. Es cuestión de amor, de escoger entre al amor a sí mismo, que puede ser egoísta, y el amor debido a quienes se les ha dado la vida, y a quien se le ofreció amar hasta que la muerte los separe, al otro cónyuge.
El divorcio es un trámite de Derecho civil, pero para el cristiano no existe para acabar con un compromiso de vida ante Dios. En algunos casos la separación de cuerpos es una triste solución a fallas o problemas diversos, pero ello no rompe ni acaba con el compromiso adquirido de por vida. El matrimonio sigue vigente.
Por ese compromiso vital adquirido conscientemente ante Dios, y por un amor real y responsable hacia los hijos, el matrimonio debe conservarse, salvando, con ayuda pedida al Señor, las diferencias y conflictos interconyugales, perdonando ofensas y faltas cometidas, y con propósito de enmienda, claro.
El matrimonio cristiano es para siempre, y obedece al amor debido a Dios, al cónyuge y a los hijos, y hasta debido a la familia ampliada de ambos.
¿Dar la vida por los hijos? Sí, pero no por sacrifico mortal, sino como vida diaria en familia, por ellos. Esto sí es “dar la vida” por los hijos.
—
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sábado, 17 de septiembre de 2016
Inicio / Personajes Sus propias palabras, la mejor forma de conocer sus experiencias y anécdotas ¿Qué ha supuesto el padre Amorth para la Iglesia? El exorcista más conocido del mundo en diez puntos
Este viernes falleció el que quizá pueda ser considerado el exorcista más experimentado con el que contaba la Iglesia. El padre Gabriele Amorth murió a los 91 años tras haber realizado más de 80.000 exorcismos.
Durante todos esos años se convirtió en el azote de Satanás e incluso en una ocasión cuando fue preguntado si temía al demonio, este sacerdote respondió: “Es el demonio, por la gracia de Dios, el que se echa a temblar cuando me ve aparecer”.
Su papel ha sido clave en la Iglesia pues ha perseverado en su intento de mostrar al mundo y también a la Iglesia que el mayor éxito de Satanás ha sido hacer creer que no existía.
Gracias a sus libros, entrevistas y declaraciones ha ido concienciando sobre la creciente influencia del demonio, algo que se ha confirmado pues ya son numerosos obispos los que están nombrando exorcistas en sus diócesis. Esta perseverancia es probablemente el mejor legado junto a las miles de almas que ha logrado arrancar al diablo para llevarlas a Dios.
Para conocer mejor al padre Amorth, Religión en Libertad ha recogido palabras textuales de este insigne exorcista que permitirán al lector hacerse una idea de quién fue, qué hizo y cuál ha sido la experiencia de alguien que ha sido un pilar de la Iglesia durante las últimas décadas:
1. ¿Cómo nos protegemos del demonio?
En una entrevista con Jesús García en Religión en Libertad daba la clave: “El mejor remedio contra el demonio es la oración y la confianza en la Misericordia. Con oración y siendo fieles a los regalos infinitos de la Iglesia: los Sacramentos. Dios jamás abandona a un hijo fiel. Lo protege, lo ama con locura, lo mima con sus regalos. ¡No debéis tener miedo jamás!”.
2. Breve guía para luchar contra el demonio
Del mismo modo indicaba que "las tentaciones del demonio son vencidas primero que nada evitando las ocasiones, porque el demonio siempre busca nuestros puntos más débiles. Y luego, con la oración. Nosotros los cristianos tenemos una ventaja porque tenemos la Palabra de Dios, tenemos la oración y podemos rezarle al Señor".
3. El pavor de Satanás a la Virgen
En otra ocasión explicaba…"Una vez le pregunté a Satanás. ‘¿pero por qué te asustas más cuando invoco a Nuestra Señora que cuando invoco a Jesucristo?’ Me contestó ‘porque me humilla más ser derrotado por una criatura humana que ser derrotado por Él".
4. Quién teme a quién, ¿Amorth a Satanás o viceversa?
Igualmente, el sacerdote hablaba del miedo al demonio: El mismo día que me nombraron exorcista me encomendé a la Santísima Virgen. Le pedí que me arropase y me protegiese cada día con su manto materno. Además, tengo una profunda devoción a mi ángel de la guarda, al que me encomiendo cada día y antes de cada exorcismo. Por lo tanto, creo que es el demonio, por la gracia de Dios, el que se echa a temblar cuando me ve aparecer y empiezo a rezar.
5. El odio a los Papas y a los sacerdotes
En su libro, El último exorcista afirmaba: "Satanás ataca sobre todo al Papa. Su odio por el sucesor de Pedro es feroz. Lo he experimentado en mis exorcismos. Cuando nombro a Juan Pablo II los demonios escupen rabia. Otros tiemblan. Otros lloran y suplican que no lo nombre más. Y esto también sucede con Benedicto XVI. Cada gesto de Joseph Ratzinger, su liturgia, son un poderoso exorcismo contra la furia del demonio. Después del Papa, Satanás ataca a los cardenales, obispos y a todos los sacerdotes y religiosos. Es normal que sea así. Ninguno se debería escandalizar”.
6. Quiénes son el principal objetivo de Satanás
También en este libro, el padre Amorth explicaba: “El ataque de Satanás está destinado principalmente a quienes ostentan puestos de poder en el mundo. Porque atacar a los hombres que tienen grandes responsabilidades equivale a atacar en cascada a muchísimas personas. Y después, los más atacados son los hombres de la Iglesia".
Durante todos esos años se convirtió en el azote de Satanás e incluso en una ocasión cuando fue preguntado si temía al demonio, este sacerdote respondió: “Es el demonio, por la gracia de Dios, el que se echa a temblar cuando me ve aparecer”.
Su papel ha sido clave en la Iglesia pues ha perseverado en su intento de mostrar al mundo y también a la Iglesia que el mayor éxito de Satanás ha sido hacer creer que no existía.
Gracias a sus libros, entrevistas y declaraciones ha ido concienciando sobre la creciente influencia del demonio, algo que se ha confirmado pues ya son numerosos obispos los que están nombrando exorcistas en sus diócesis. Esta perseverancia es probablemente el mejor legado junto a las miles de almas que ha logrado arrancar al diablo para llevarlas a Dios.
Para conocer mejor al padre Amorth, Religión en Libertad ha recogido palabras textuales de este insigne exorcista que permitirán al lector hacerse una idea de quién fue, qué hizo y cuál ha sido la experiencia de alguien que ha sido un pilar de la Iglesia durante las últimas décadas:
1. ¿Cómo nos protegemos del demonio?
En una entrevista con Jesús García en Religión en Libertad daba la clave: “El mejor remedio contra el demonio es la oración y la confianza en la Misericordia. Con oración y siendo fieles a los regalos infinitos de la Iglesia: los Sacramentos. Dios jamás abandona a un hijo fiel. Lo protege, lo ama con locura, lo mima con sus regalos. ¡No debéis tener miedo jamás!”.
2. Breve guía para luchar contra el demonio
Del mismo modo indicaba que "las tentaciones del demonio son vencidas primero que nada evitando las ocasiones, porque el demonio siempre busca nuestros puntos más débiles. Y luego, con la oración. Nosotros los cristianos tenemos una ventaja porque tenemos la Palabra de Dios, tenemos la oración y podemos rezarle al Señor".
3. El pavor de Satanás a la Virgen
En otra ocasión explicaba…"Una vez le pregunté a Satanás. ‘¿pero por qué te asustas más cuando invoco a Nuestra Señora que cuando invoco a Jesucristo?’ Me contestó ‘porque me humilla más ser derrotado por una criatura humana que ser derrotado por Él".
4. Quién teme a quién, ¿Amorth a Satanás o viceversa?
Igualmente, el sacerdote hablaba del miedo al demonio: El mismo día que me nombraron exorcista me encomendé a la Santísima Virgen. Le pedí que me arropase y me protegiese cada día con su manto materno. Además, tengo una profunda devoción a mi ángel de la guarda, al que me encomiendo cada día y antes de cada exorcismo. Por lo tanto, creo que es el demonio, por la gracia de Dios, el que se echa a temblar cuando me ve aparecer y empiezo a rezar.
5. El odio a los Papas y a los sacerdotes
En su libro, El último exorcista afirmaba: "Satanás ataca sobre todo al Papa. Su odio por el sucesor de Pedro es feroz. Lo he experimentado en mis exorcismos. Cuando nombro a Juan Pablo II los demonios escupen rabia. Otros tiemblan. Otros lloran y suplican que no lo nombre más. Y esto también sucede con Benedicto XVI. Cada gesto de Joseph Ratzinger, su liturgia, son un poderoso exorcismo contra la furia del demonio. Después del Papa, Satanás ataca a los cardenales, obispos y a todos los sacerdotes y religiosos. Es normal que sea así. Ninguno se debería escandalizar”.
6. Quiénes son el principal objetivo de Satanás
También en este libro, el padre Amorth explicaba: “El ataque de Satanás está destinado principalmente a quienes ostentan puestos de poder en el mundo. Porque atacar a los hombres que tienen grandes responsabilidades equivale a atacar en cascada a muchísimas personas. Y después, los más atacados son los hombres de la Iglesia".
7. El demonio también se ha colado en la Iglesia
En declaraciones al diario italiano Il Foglio, el padre Amorth alertaba: “Muchos prelados no creen en el demonio e incluso llegan a decir en público que el infierno y el demonio no existen. ¡Y sin embargo, Jesús, en el Evangelio, habla de ello abundantemente, por lo cual cabría preguntarse si no han leído el Evangelio o no creen en él en absoluto!”. ¿Satanistas dentro del Vaticano? Así respondía el exorcista: “Sacerdotes, monseñores y también cardenales. Lo sé por personas que lo han conocido directamente. Y además es una cosa ‘confesada’ en otras ocasiones por el mismo demonio, bajo obediencia, durante los exorcismos”.
8. ¿Por qué hay más casos de posesión?
En la televisión EWTN este sacerdote también afirmaba: “Cuando disminuye la fe, aumenta la superstición. En el lenguaje bíblico, puedo decir que la gente está abandonando a Dios, y entregándose al ocultismo. La terrible desaparición de la fe en toda la Europa Católica, hace que la gente se ponga en manos de hechiceros y adivinos, y así, las sectas satánicas prosperan”.
9. ¿Quién es realmente Satanás?
A Zenit explicaba el exorcista la naturaleza de Satanás: Es un ángel caído, a la cabeza de otros seres parecidos a él. En su acción ordinaria intenta empujar a las personas al pecado, para conquistar sus almas. Su acción extraordinaria es ciertamente más misteriosa. Con el permiso de Dios, realiza acciones contra las personas, llegando, en algunos casos, hasta la posesión (la cual sin embargo no pueden tocar el alma). Los exorcistas, con las oraciones del ritual y el uso de los sacramentos, intentan liberar a las víctimas de esta acción negativa.
10. Por qué se creó la figura del exorcista
Por últrimo, el padre Amorth aseguraba que "Jesucristo dio mandato a sus discípulos de predicar el Evangelio, curar a los enfermos y expulsar a los demonios. Durante varios siglos en la cristiandad no existía la figura del exorcista: todo cristiano podía hacerse soldado en esta batalla. Y aún hoy cristianos sencillos pueden decir, y dicen, oraciones de liberación. Y algunos santos – padre Pío, por ejemplo – sin ser exorcistas liberaban a las personas víctimas de la influencia demoníaca. Hay que decir que en los últimos años, evidentemente en respuesta a una necesidad creciente, cada vez más obispos se ven obligados a nombrar sacerdotes para este tipo de trabajo pastoral".
17 septiembre 2016
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sábado, 10 de septiembre de 2016
Fue pastor luterano 15 años, rezaba la liturgia de las horas con monjes y estudiaba la Eucaristía
El nuevo capellán de la Saint Thomas University (www.stthomas.edu), la universidad católica de Minnesotta, es peculiar: tiene mujer y tres hijos.
Se trata del padre Larry Blake, el primer hombre casado en ser ordenado como sacerdote católico en la diócesis de Minneapolis.
Sucedió en diciembre de 1999, acogiéndose a una normativa especial que permite a clérigos llegados de otras denominaciones cristianas y conversos al catolicismo pedir un permiso directo a Roma para ser ordenados sacerdotes. El caso se estudió durante tres años y finalmente se concedió. En esa época había unos 70 sacerdotes católicos casados en EEUU, antiguos pastores protestantes. Hoy, con la nueva normativa de los ordinariatos anglocatólicos, son muchos más
Quince años de pastor luterano
Larry Blake fue pastor luterano 15 años, en tres congregaciones distintas, de 1978 a 1993. Se había criado en una familia luterana muy devota. "Éramos seis hermanos y hermanas, yo era el mayor, y siempre hacíamos bromas acerca de que pasábamos más tiempo en la iglesia que los hijos del pastor".
Desde jovencito quiso ser pastor, y estudió para ello en una universidad protestante. Allí conoció a su esposa, Diana, una joven que cantaba y tocaba la guitarra. Se casaron en junio de 1974.
El entonces reverendo Blake se sintió atraido al catolicismo por tres causas: la Eucaristía, la unidad y la vida de oración.
La "eucaristía" luterana no era bastante
En las congregaciones en las que sirvió se celebraba cada quince días un "memorial de la cena de Cristo" que a veces se llamaba también "eucaristía". "No era algo central, sino una especie de añadido...recuerdo que mi papá decía: hoy el servicio será más largo, que habrá también eucaristía".
"Como pastor quise saber más de la Eucaristía, estudiarla... y lo hice en un curso de Sacramentos del seminario católico. Yo me sentía raro cuando guardábamos en el servicio luterano el pan de la eucaristía sobrante, ya bendecido, apilado en cualquier sitio, para reutilizarlo dos semanas después. No me encajaba. Yo lo que veía estudiando a los cristianos antiguos es que la eucaristía no era para ellos un añadido, sino el motivo central de su reunión cada domingo por la mañana. La razón de juntarse era la Eucaristía".
Liturgia de las horas con franciscanos
Blake conocía a varios sacerdotes católicos, y eran hombres de oración y fe. Empezó a acudir a la liturgia de las horas de unos franciscanos. Además, su congregación luterana había adoptado, de siempre, algunas tradiciones devocionales como el Viacrucis.
Por último, sintió que la unidad era importante: no podía ser que una comunidad luterana, o cristiana, enseñase una doctrina y la vecina la contraria, algo incompatible. Era necesaria una unidad, un Magisterio. Y estudiando descubrió que muchos prejuicios protestantes contra las doctrinas católicas no tenían base y eran fruto de malentendidos.
"Estudié mucho en 1992 y 1993 y llegué a la conclusión de que no podía seguir predicando como pastor luterano. Tenía que hacerme católico". Ese año él y su esposa, con la que compatió sus investigaciones, se hicieron católicos.
Seis años después, cuando fue ordenado sacerdote, su hijo mayor, de 8 años entonces, se le acercó para decirle que estaba muy orgulloso. Acudieron amigos de otras comunidades cristianos, incluyendo el pastor que los había casado en 1974.
"Cada protestante está en comunión con la Iglesia", recuerda, aunque matiza que "lo que pasa es que no es una comunión plena, pero reconocemos que son comunidades de fe legítimas. Tenemos el mismo bautismo".
La primera vocación es la familia
El día de su ordenación, el arzobispo le insistió en que su primera misión era su familia, su mujer e hijos. "Ellos son tu vocación primaria: intégralo todo en el sacramento del matrimonio que ya es vuestro y responded ante mí. Va a ser un reto, ¿verdad? Pero podemos hacerlo", le animó el arzobispo. Su mujer a veces tiene que recordárselo.
Larry Blake como capellán (con rango de capitán) en la
934ª compañía aerotransportada en 2013
Larry Blake ha sido sacerdote ya durante más de 15 años. Ha colaborado en varias parroquias.
También ha sido capellán en diversas bases militares en EEUU, y con experiencias en Oriente Medio. "Siempre quise servir a mi país de alguna manera. Tanto mi padre como mi suegro fueron veteranos de la Segunda Guerra Mundial. Unos contactos en las Fuerzas Aéreas me dijeron que estaban muy cortos de sacerdotes y les encantaría contar conmigo". Sirvió como capellán militar agregado desde 2005.
Y ahora acude a la universidad, como capellán y responsable del Ministerio del Campus. Recuerda que su madre, ya mayor, había insistido en apuntarse a la universidad a sacar un título en historia, e incluso investigó en Alemania acerca de los efectos de la Reforma protestante entre los pobres, su tema de investigación para la tesis doctoral. No la terminó porque murió de cáncer. Pero le enseñó que nunca es tarde para volver a empezar. Lo ha hecho varias veces.
Se trata del padre Larry Blake, el primer hombre casado en ser ordenado como sacerdote católico en la diócesis de Minneapolis.
Sucedió en diciembre de 1999, acogiéndose a una normativa especial que permite a clérigos llegados de otras denominaciones cristianas y conversos al catolicismo pedir un permiso directo a Roma para ser ordenados sacerdotes. El caso se estudió durante tres años y finalmente se concedió. En esa época había unos 70 sacerdotes católicos casados en EEUU, antiguos pastores protestantes. Hoy, con la nueva normativa de los ordinariatos anglocatólicos, son muchos más
Quince años de pastor luterano
Larry Blake fue pastor luterano 15 años, en tres congregaciones distintas, de 1978 a 1993. Se había criado en una familia luterana muy devota. "Éramos seis hermanos y hermanas, yo era el mayor, y siempre hacíamos bromas acerca de que pasábamos más tiempo en la iglesia que los hijos del pastor".
Desde jovencito quiso ser pastor, y estudió para ello en una universidad protestante. Allí conoció a su esposa, Diana, una joven que cantaba y tocaba la guitarra. Se casaron en junio de 1974.
El entonces reverendo Blake se sintió atraido al catolicismo por tres causas: la Eucaristía, la unidad y la vida de oración.
La "eucaristía" luterana no era bastante
En las congregaciones en las que sirvió se celebraba cada quince días un "memorial de la cena de Cristo" que a veces se llamaba también "eucaristía". "No era algo central, sino una especie de añadido...recuerdo que mi papá decía: hoy el servicio será más largo, que habrá también eucaristía".
"Como pastor quise saber más de la Eucaristía, estudiarla... y lo hice en un curso de Sacramentos del seminario católico. Yo me sentía raro cuando guardábamos en el servicio luterano el pan de la eucaristía sobrante, ya bendecido, apilado en cualquier sitio, para reutilizarlo dos semanas después. No me encajaba. Yo lo que veía estudiando a los cristianos antiguos es que la eucaristía no era para ellos un añadido, sino el motivo central de su reunión cada domingo por la mañana. La razón de juntarse era la Eucaristía".
Liturgia de las horas con franciscanos
Blake conocía a varios sacerdotes católicos, y eran hombres de oración y fe. Empezó a acudir a la liturgia de las horas de unos franciscanos. Además, su congregación luterana había adoptado, de siempre, algunas tradiciones devocionales como el Viacrucis.
Por último, sintió que la unidad era importante: no podía ser que una comunidad luterana, o cristiana, enseñase una doctrina y la vecina la contraria, algo incompatible. Era necesaria una unidad, un Magisterio. Y estudiando descubrió que muchos prejuicios protestantes contra las doctrinas católicas no tenían base y eran fruto de malentendidos.
"Estudié mucho en 1992 y 1993 y llegué a la conclusión de que no podía seguir predicando como pastor luterano. Tenía que hacerme católico". Ese año él y su esposa, con la que compatió sus investigaciones, se hicieron católicos.
Seis años después, cuando fue ordenado sacerdote, su hijo mayor, de 8 años entonces, se le acercó para decirle que estaba muy orgulloso. Acudieron amigos de otras comunidades cristianos, incluyendo el pastor que los había casado en 1974.
"Cada protestante está en comunión con la Iglesia", recuerda, aunque matiza que "lo que pasa es que no es una comunión plena, pero reconocemos que son comunidades de fe legítimas. Tenemos el mismo bautismo".
La primera vocación es la familia
El día de su ordenación, el arzobispo le insistió en que su primera misión era su familia, su mujer e hijos. "Ellos son tu vocación primaria: intégralo todo en el sacramento del matrimonio que ya es vuestro y responded ante mí. Va a ser un reto, ¿verdad? Pero podemos hacerlo", le animó el arzobispo. Su mujer a veces tiene que recordárselo.
Larry Blake como capellán (con rango de capitán) en la
934ª compañía aerotransportada en 2013
Larry Blake ha sido sacerdote ya durante más de 15 años. Ha colaborado en varias parroquias.
También ha sido capellán en diversas bases militares en EEUU, y con experiencias en Oriente Medio. "Siempre quise servir a mi país de alguna manera. Tanto mi padre como mi suegro fueron veteranos de la Segunda Guerra Mundial. Unos contactos en las Fuerzas Aéreas me dijeron que estaban muy cortos de sacerdotes y les encantaría contar conmigo". Sirvió como capellán militar agregado desde 2005.
Y ahora acude a la universidad, como capellán y responsable del Ministerio del Campus. Recuerda que su madre, ya mayor, había insistido en apuntarse a la universidad a sacar un título en historia, e incluso investigó en Alemania acerca de los efectos de la Reforma protestante entre los pobres, su tema de investigación para la tesis doctoral. No la terminó porque murió de cáncer. Pero le enseñó que nunca es tarde para volver a empezar. Lo ha hecho varias veces.
8 septiembre 2016
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sábado, 3 de septiembre de 2016
«La Madre Teresa hizo un pacto con Jesús"
El padre Brian Kolodiejchuk, postulador de la causa de canonización de la Madre Teresa de Calcuta,
sintió el peso de la responsabilidad y afirma sin dudarlo que los años
de investigación consagrados al proceso cambiaron su vida. Este domingo
verá la coronación de esos esfuerzos, y así explicó sus sentimientos y
recuerdos a Aleteia:
En su nuevo libro basado en los escritos de la Madre Teresa de Calcuta, el padre Brian Kolodiejchuk sigue el ejemplo del Papa Francisco y explica el profundo significado de la palabra “misericordia”.
“El Papa Francisco nos dice que el significado etimológico de la palabra misericordia, de origen latino, es ‘miseris cor dare’, es decir, ‘dar el corazón a los miserables’, a los necesitados, a los que sufren”, escribe el sacerdote Kolodiejchuk en la introducción de A Call to Mercy: Hearts to Love, Hands to Serve [Una llamada a la misericordia: corazones para amar, manos para servir]. “Esto fue lo que hizo Jesús: abrió Su corazón a la miseria del hombre”.
Tal vez no exista una descripción que se ajuste mejor a la monja que será canonizada este domingo: la descripción como alguien que entregó su corazón a los desdichados y los miserables.
Desde su base en la parte más mísera de una ciudad en la India, la Madre Teresa de Calcuta pasó toda su vida adulta intentando atender a las necesidades más profundas de “los más pobres entre los pobres” de todo el mundo.
El libro A Call to Mercy surge en vísperas de la canonización de la Madre Teresa el 4 de septiembre, cuya causa lleva coordinando como postulador el padre Kolodiejchuk los últimos 17 años.
Este sacerdote de origen canadiense es también superior de los Padres Misioneros de la Caridad, organización que fundó la misma Madre Teresa junto a las hermanas Misioneras de la Caridad.
La Madre Teresa de Calcuta presenta a Juan Pablo II al padre Kolodiejchuk.
Estuvo asociado con la Madre Teresa desde 1977 hasta su muerte en 1997. El libro reúne los escritos de la santa además de testimonios de personas que cercanas a ella.
El padre Kolodiejchuk conversó con Aleteia el lunes.
-Al editar este libro, ¿descubrió usted alguna cosa nueva y sorprendente sobre la Madre Teresa?
-Mientras repasábamos sus escritos, nos hizo bien recordar todas las cosas que logró. Trabajó mucho en esos 87 años de vida.
»Algunos ejemplos de su obra son extraordinarios, por ejemplo, como cuando habiendo conflicto entre hindúes y musulmanes, va al aeropuerto y se cruza con un grupo que está peleando.
»La mayoría de las personas diría: “Me marcho de aquí porque es peligroso”, pero ella se detiene y sale e intenta crear paz, y les dice: “¿No os dais cuenta de que sois hermanos? Así que dejad de pelear”. Es una muestra de un valor extraordinario.
»Pero de la mayoría de los ejemplos que hay en el libro, si consideras las acciones individuales, la mayoría son cosas que cualquiera puede hacer: pequeñas acciones ordinarias, como visitar un hospital, visitar a un paciente o sostener un bebé. Hay todo tipo de acciones diferentes que podemos hacer nosotros mismos.
»La Madre Teresa diría “Calcuta está en todas partes”. No tenemos que ir a Calcuta necesariamente para encontrar a los pobres. Están justo a nuestro alrededor, en nuestro propio barrio, en nuestra parroquia, en nuestra comunidad, incluso en nuestra propia familia.
»¿Quién puede necesitar una pequeña sonrisa o un pequeño gesto de amor, una flor, o que le lean el periódico (a un preso) o visitar a alguien que se sienta solo? Si prestamos atención, si miramos buscando estas oportunidades, están a nuestro alrededor, nos diría ella.
En su nuevo libro basado en los escritos de la Madre Teresa de Calcuta, el padre Brian Kolodiejchuk sigue el ejemplo del Papa Francisco y explica el profundo significado de la palabra “misericordia”.
“El Papa Francisco nos dice que el significado etimológico de la palabra misericordia, de origen latino, es ‘miseris cor dare’, es decir, ‘dar el corazón a los miserables’, a los necesitados, a los que sufren”, escribe el sacerdote Kolodiejchuk en la introducción de A Call to Mercy: Hearts to Love, Hands to Serve [Una llamada a la misericordia: corazones para amar, manos para servir]. “Esto fue lo que hizo Jesús: abrió Su corazón a la miseria del hombre”.
Tal vez no exista una descripción que se ajuste mejor a la monja que será canonizada este domingo: la descripción como alguien que entregó su corazón a los desdichados y los miserables.
Desde su base en la parte más mísera de una ciudad en la India, la Madre Teresa de Calcuta pasó toda su vida adulta intentando atender a las necesidades más profundas de “los más pobres entre los pobres” de todo el mundo.
El libro A Call to Mercy surge en vísperas de la canonización de la Madre Teresa el 4 de septiembre, cuya causa lleva coordinando como postulador el padre Kolodiejchuk los últimos 17 años.
Este sacerdote de origen canadiense es también superior de los Padres Misioneros de la Caridad, organización que fundó la misma Madre Teresa junto a las hermanas Misioneras de la Caridad.
La Madre Teresa de Calcuta presenta a Juan Pablo II al padre Kolodiejchuk.
Estuvo asociado con la Madre Teresa desde 1977 hasta su muerte en 1997. El libro reúne los escritos de la santa además de testimonios de personas que cercanas a ella.
El padre Kolodiejchuk conversó con Aleteia el lunes.
-Al editar este libro, ¿descubrió usted alguna cosa nueva y sorprendente sobre la Madre Teresa?
-Mientras repasábamos sus escritos, nos hizo bien recordar todas las cosas que logró. Trabajó mucho en esos 87 años de vida.
»Algunos ejemplos de su obra son extraordinarios, por ejemplo, como cuando habiendo conflicto entre hindúes y musulmanes, va al aeropuerto y se cruza con un grupo que está peleando.
»La mayoría de las personas diría: “Me marcho de aquí porque es peligroso”, pero ella se detiene y sale e intenta crear paz, y les dice: “¿No os dais cuenta de que sois hermanos? Así que dejad de pelear”. Es una muestra de un valor extraordinario.
»Pero de la mayoría de los ejemplos que hay en el libro, si consideras las acciones individuales, la mayoría son cosas que cualquiera puede hacer: pequeñas acciones ordinarias, como visitar un hospital, visitar a un paciente o sostener un bebé. Hay todo tipo de acciones diferentes que podemos hacer nosotros mismos.
»La Madre Teresa diría “Calcuta está en todas partes”. No tenemos que ir a Calcuta necesariamente para encontrar a los pobres. Están justo a nuestro alrededor, en nuestro propio barrio, en nuestra parroquia, en nuestra comunidad, incluso en nuestra propia familia.
»¿Quién puede necesitar una pequeña sonrisa o un pequeño gesto de amor, una flor, o que le lean el periódico (a un preso) o visitar a alguien que se sienta solo? Si prestamos atención, si miramos buscando estas oportunidades, están a nuestro alrededor, nos diría ella.
-Y cuando usa usted el término “los pobres”, para ella incluiría no sólo a los pobres materialmente sino también a los espiritual y emocionalmente pobres, y los que no se sienten suficientemente amados.
-Cuando ella habla en esos términos, sí, es en un sentido amplio.
El padre Brien confiesa que los 17 años que ha pasado investigando la vida de la Madre Teresa, con quien trató habitualmente durante 20, le han descubierto un retrato impresionante de amor a Dios y al prójimo.
-La Madre Teresa va a ser declarada santa solamente 19 años después de su muerte. ¿Está sorprendido de que el proceso de canonización haya sido tan rápido?
-Es interesante que lo preguntes, porque desde la beatificación la gente se preguntaba “¿por qué están tardando tanto?”. A lo que yo respondía, “bueno, cuando sea el momento apropiado para la Iglesia, entonces tendremos un milagro y luego vendrá la canonización”.
»Y efectivamente, el milagro sucedió en 2008, aunque yo no oí hablar de él hasta septiembre de 2013, y eso condujo a la aprobación el año pasado. Así que el momento propicio para la Iglesia es el Año Jubileo de la Misericordia.
-¿Cómo ha sido la experiencia de participar en esta causa?
-Sin duda ha cambiado mi vida. Habría estado haciendo otras cosas estos últimos 17 años. Ha sido una oportunidad para descubrir más sobre la Madre Teresa. Recuerdo que después de completar la Positio [el caso escrito que examina de qué forma vivió la Madre Teresa su vida de cristiana], y en especial aquel primer volumen, que presenta cómo vivió sus virtudes cristianas y su prestigio para la santidad, recuerdo pensar para mis adentros: “De hecho,conozco ahora mejor a la Madre Teresa que cuando estaba con ella en vida”.
»Porque yo tengo mi propia y limitada experiencia y otros tienen la suya, pero cuando lo juntas todo y lo contemplas, es algo impresionante.
-Usted la conocía bien. Como discípulo de Cristo, ¿cómo le afectó su relación con ella?
-Justo haciendo este proceso [de canonización], recuerdo pensar que si hubiera intentado ver la amplitud este asunto al principio, habría pensado: “¿Cómo puede ser posible? ¿Cómo voy a conseguirlo? Es tan abrumador, es tanta la responsabilidad...”.
»Pero una de las cosas [en las que pensé era] lo que la Madre llamó “el espíritu de la sociedad”, que es “confianza en el amor, total entrega”, que es precisamente el “Caminito de Infancia Espiritual” [atribuido a santa Teresa de Lisieux], porque Santa Teresa utilizaba la “confianza y la entrega”.
Y la Madre Teresa era siempre práctica, así que añadió un tercer elemento a esos dos, que es la alegría: una forma externa de indicar lo bien que te sientes viviendo la confianza y la entrega.
»Así que con respecto al proceso, si hubiera podido contemplarlo todo desde un principio, habría sido aterrador: “¿Cómo voy a hacer esto y qué pasa si cometo un error y toda la Iglesia me observa?”.
»Pero luego me dije: “Paso a paso, con confianza y entrega, y Dios se encargará de todo, y Nuestra Señora está ahí, y la misma Madre también intercede, así que adelante”.
Y así llegamos hasta este punto.
-Al final de su vida, la Madre Teresa había llegado a ser una celebridad. ¿Cree usted que quería eso? ¿Cómo se sentía ella al respecto?
-Fue uno de los mayores sufrimientos, estar en los medios de comunicación, hablar con ellos, las fotografías… Probablemente la escuchó hablar usted del acuerdo que hizo con Jesús: “Por cada fotografía, un alma fuera del purgatorio”.
Con Diana de Gales y Ronald y Nancy Reagan: la Madre Teresa nunca rechazó ningún contacto que pudiese servir a los pobres a quienes atendía su congregación.
»Así que era casi una auténtica cruz, y debido a ese juramento que hizo en 1942 de no negarle nada al Señor, de ofrecerle a Él todo lo que pidiera, por difícil que fuera, aceptó su situación como parte de la vida, por el bien de dar a conocer mejor a los pobres.
»Así que los premios que recibió los aceptó en nombre de los pobres, para poder atraer más la atención hacia los pobres, para tener una oportunidad de hablar sobre Dios. Por ellos estaba dispuesta a pasar por todo aquello.
»Y sabía que si tenía que hacer una entrevista o que si alguien escribía un libro sobre su obra, eso ayudaría a la misión. Así que en última instancia todo era por el bien y por el beneficio de los pobres.
-¿Qué puede decirnos su vida a nosotros?
-A nivel espiritual y no a nivel práctico: en relación a la política no se pronunciaría, pero a nivel de principios o a nivel de valores cristianos, diría “hermano mío, hermana mía”, sin importar su religión.
»En la película Mother Teresa, de las hermanas Petrie, hay una escena durante el conflicto en Beirut, Líbano, donde la Madre se entera de que había unos niños musulmanes que pasaban verdaderas penurias, famélicos, así que quiso ir allí y rescatarles.
»Las personas que la aconsejaban le dijeron: “No, Madre, no puede ir allí, hay un conflicto, hay combates, no es seguro”. Y la Madre dijo: “No, tenemos que ir allí, debemos que hacer algo. Voy a rezar a nuestra Señora por el alto el fuego”.
»Y luego en la siguiente escena, encontramos el alto el fuego: el 15 de agosto (Fiesta de la Asunción de María).
»Así que va al lugar y trae a esos niños musulmanes para cuidar de ellos. Uno de los niños está traumatizado, literalmente no para de temblar, así que una hermana lo sostiene en brazos, hasta que se calma.
»Después de eso, la Madre habla con un médico, que es judío. Así que tenemos a un médico judío ayudando a una monja católica a cuidar de un niño musulmán.
»O cuando abrió un hogar en Sudáfrica en tiempos del apartheid. Eligió deliberadamente a una hermana blanca, otra negra, otra de piel marrón, es decir de la India, y una cuarta.
»Ella insistía en esto de que todos son mis hermanos y hermanas, y que desde un nivel humano todos tienen dignidad. Y que todos somos hijos de Dios.
»Y está el aspecto de la fe, que ella veía que todas las personas —presidente, reina, rey, primer ministro, un mendigo en la calle o en un comedor benéfico, un agonizante en una casa para los moribundos—, cada uno es Jesús.
»Así que estos eran sus principios, la visión de la fe que ella seguía, y depende de las personas el coger esos principios y hacer leyes con ellos.
3 septiembre 2016
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Etiquetas:
«La Madre Teresa hizo un pacto con Jesús"
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