© Jennifer Balaska
Desde los tiempos apostólicos, la Iglesia ha observado un periodo de oración, ayuno y limosna, aunque la Cuaresma como hoy la conocemos ha evolucionado a lo largo de los siglos.
En los idiomas de origen germánico, incluido el inglés (Lent) el nombre dado a la Cuaresma deriva del término anglosajón "Lencten," que significa "primavera".
El sacerdote australiano del Opus Dei John Flader, en su libro "Question Time: 140 Questions and Answer on the Catholic Faith" (Tiempo de preguntas: 140 preguntas sobre la fe católica) escribe que el término “Cuaresma” se refiere a la estación en que el Hemisferio Norte se prepara para la Pascua, y que tiene lugar en primavera.
Aunque esto no corresponde en el Hemisferio Sour, donde vive este sacerdote australiano, éste observa que “este sigue siendo sin embargo un término apropiado, pues si la Cuaresma se vive bien, representa una verdadera primavera, un nuevo crecimiento en la vida espiritual".
"San Agustín", añade, "escribió que el tiempo de la Cuaresma simboliza esta presente vida en la tierra, con sus adversidades y tribulaciones, y que el tiempo de la Pascua simboliza el gozo de la vida futura".
La observancia de un periodo de oración, ayuno y limosna en preparación para la Pascua se remonta a los tiempos de los apóstoles, aunque durante los primeros siglos se limitaba sólo a unos pocos días.
2. El padre Flader observa que san León Magno (reinó entre el 440 y el 461) decía sobre la Cuaresma que “había sido instituida por los Apóstoles”, y que la Tradición sostiene que “siempre se ha vivido con una mayor atención a la vida de oración, ayuno y limosna”.
"En los primeros tres siglos, el tiempo de ayuno se limitaba a uno o dos días, o una semana como mucho”, observa el sacerdote. "La primera mención a cuarenta días fue en el Concilio Ecuménico de Nicea (325), pero hacia el final del siglo IV la costumbre se había extendido ampliamente tanto en Oriente como en Occidente".
Respecto a la fijación del número de días de Cuaresma a 40, el sacerdote explica que se refiere a los “cuarenta días de ayuno u oración que Cristo pasó antes del comienzo de su vida pública".
La forma en que las Iglesias de Oriente y las Iglesias de Occidente contaban los días de la Cuaresma eran diferentes, pues en Oriente los fieles estaban eximidos de ayunar los sábados y los domingos.
Además, la Cuaresma duraba un total de siete semanas.
En Occidente, en cambio, sólo los domingos estaban exentos, y la Cuaresma sólo duraba seis semanas. Sin embargo, así los días de ayuno sumaban sólo 36, y no 40. “Fue en el siglo VII”, explica el padre Flader, “cuando la Cuaresma comenzó a iniciarse cuatro días antes, con el Miércoles de Ceniza, de manera que había 40 días de ayuno, como es en la actualidad”.
“Los domingos no se incluyen en los 40 días”, aclara.
La Iglesia siempre ha mantenido la tradición de ayunar y hacer abstinencia durante la Cuaresma, pero las normas han evolucionado a lo largo de los siglos.
3. Según la investigación del padre Flader, las reglas del ayuno se hicieron muy estrictas en el siglo V: “Sólo se permitía una comida, hacia la tarde-noche. La carne no se permitía, ni siquiera los domingos. Las carne y el pescado, y en muchos lugares los huevos y los productos lácteos estaban absolutamente prohibidos".
Observa que en las Iglesias orientales se siguen aún reglas similares: "no se pueden comer vertebrados o productos de vertebrados, es decir, ni carne, ni pescado, ni huevos, ni queso, ni leche”.
En Occidente, sin embargo, las normas han cambiado. Al principio, se permitía un tentempié, y después se aceptó que se comiera pescado, y finalmente se aceptó la abstinencia de carne sólo el Miércoles de Ceniza y los viernes. Además, las reglas sobre los productos lácteos también se han relajado.
Actualmente, los católicos están obligados a ayunar el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, y a abstenerse de carne esos días y todos los viernes de Cuaresma. El ayuno, como lo definen los obispos de Estados Unidos, consiste en comer una comida completa y dos tentempiés.
Esta pregunta y respuesta está basada en la pregunta 143 del libro "Question Time: 140 Questions and Answer on the Catholic Faith" del padre John Flader, sacerdote del Opus Dei y anterior director del Catholic Adult Education Centre en Sydney, Australia.
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