sábado, 9 de septiembre de 2017

“Ya no hay pobres”, por Mons. Felipe Arizmendi

Analizar los índices que se toman en cuenta para calificar la pobre


Archivo Zenit
Archivo Zenit

YA NO HAY POBRES 

+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo de San Cristóbal de Las Casas



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Estando de vacaciones en mi pueblo natal, Chiltepec, un sobrino me dijo que, después de las fiestas patronales a la Virgen de Belén, habían sobrado más de doscientos mil pesos, y que habían pensado, junto con el párroco, destinarlos a renovar el decorado del templo, cosa que, en mi concepto, no hace tanta falta. Le dije que a la Virgen le gustaría mucho que, en vez de eso, se le hiciera una casita a una persona pobre del pueblo, o se ayudara de alguna forma a los pobres.
Para mi sorpresa, me dijo que en el pueblo ya no había pobres… Me hizo ver que un buen número de familias recibe remesas de quienes emigraron a los Estados Unidos, y regularmente envían dinero a los suyos. Los hermanos de un sacerdote del lugar han implementado una importante empresa de flores, también para exportación, y dan trabajo a cientos de personas, tanto que escasea la mano de obra. Otros se han dedicado a cultivar jitomates bajo invernaderos, chiles manzanos para exportación, aguacates, etc. Ciertamente ha mejorado mucho la vida de la comunidad. Sin embargo, buscando y buscando, dimos con una persona muy pobre; la visitamos y le ofrecimos construirle una casita sencilla. No quiso; sólo nos aceptó que le construyéramos un baño, cosa que hicimos no con el dinero del templo, sino con aportaciones voluntarias nuestras.

¿Ya no hay pobres? ¡Claro que los hay, y demasiados! Sólo hace falta corazón y cercanía para descubrirlos y ver qué podemos hacer por ellos y con ellos.
En el reciente informe del gobierno federal, se afirma que, en el país, han disminuido más de dos millones las personas en pobreza extrema. Pero se reconoce que más de cincuenta millones de mexicanos viven aún en pobreza.

Hay que analizar los índices que se toman en cuenta para calificar la pobreza. Porque, por ejemplo, Chiapas ocupa uno de los lugares altos de pobreza, sobre todo en poblaciones indígenas. Pero en mis casi 27 años que llevo aquí, he visto cambios muy notables: hay más carreteras, más electrificación, más escuelas, incluso de nivel medio y superior, más clínicas, aunque no suficientemente dotadas, más agua entubada en las casas, piso firme en casi todos los hogares, televisión, radio y electrodomésticos en muchísimos domicilios, mejores construcciones domésticas, con sus servicios.

Miles de chiapanecos, incluso los calificados en pobreza extrema, cuentan con teléfonos celulares, y sostenerlos cuesta dinero, que buscan y tienen. Es decir, que ha mejorado el nivel general de vida, es claro y notorio; pero afirmar que ya no hay pobres, sería una aberración y un desconocimiento total de la realidad. Los hay y sumamente pobres. Son una constante llamada de atención a nuestro corazón.



PENSAR


El Papa Francisco, al establecer la Jornada Mundial de los Pobres, que este año será el 19 de noviembre, nos dice: “No pensemos sólo en los pobres como los destinatarios de una buena obra de voluntariado para hacer una vez a la semana, y menos aún de gestos improvisados de buena voluntad para tranquilizar la conciencia. Estas experiencias, aunque son válidas y útiles para sensibilizarnos acerca de las necesidades de muchos hermanos y de las injusticias que a menudo las provocan, deberían introducirnos a un verdadero encuentro con los pobres y dar lugar a un compartir que se convierta en un estilo de vida. En efecto, la oración, el camino del discipulado y la conversión encuentran en la caridad, que se transforma en compartir, la prueba de su autenticidad evangélica. Y esta forma de vida produce alegría y serenidad espiritual, porque se toca con la mano la carne de Cristo. Si realmente queremos encontrar a Cristo, es necesario que toquemos su cuerpo en el cuerpo llagado de los pobres, como confirmación de la comunión sacramental recibida en la Eucaristía. El Cuerpo de Cristo, partido en la sagrada liturgia, se deja encontrar por la caridad compartida en los rostros y en las personas de los hermanos y hermanas más débiles. Son siempre actuales las palabras del santo Obispo Crisóstomo: «Si queréis honrar el cuerpo de Cristo, no lo despreciéis cuando está desnudo; no honréis al Cristo eucarístico con ornamentos de seda, mientras que fuera del templo descuidáis a ese otro Cristo que sufre por frío y desnudez». Estamos llamados, por lo tanto, a tender la mano a los pobres, a encontrarlos, a mirarlos a los ojos, a abrazarlos, para hacerles sentir el calor del amor que rompe el círculo de soledad. Su mano extendida hacia nosotros es también una llamada a salir de nuestras certezas y comodidades, y a reconocer el valor que tiene la pobreza en sí misma”.



ACTUAR


Hay muchos pobres entre nosotros, y a veces ni cuenta nos damos. Olvidados y menospreciados, incluso en el propio hogar. Abramos el corazón hacia ellos y pidamos al Espíritu Santo que nos convierta, para que seamos misericordiosos, al estilo de Jesús.

sábado, 2 de septiembre de 2017

Mientras el Mundo Gira–Adorarás al Señor tu Dios, y le Servirás • 29 | Agosto | 2017





Adorarás al Señor tu Dios, y le Servirás es el primer mandamiento. El Padre Willie nos recuerda que Dios es todo, así que no podemos estar fuera de Él. Amar al prójimo es amar a Dios. Este primer mandamiento es una necesidad del hombre; necesidad de creer, esperar y amar. Lo que le agrada a Dios es la oración, el sacrificio, el culto/eucaristía, etc. Lo contrario a esto es el ateísmo, gnosticismo, idolatría, supersticiones, etc.

El Papa: El cuidado que tenemos por el planeta es indicador de nuestro amor a Dios

Mensaje del Santo Padre a la Expo 2017 de Astana sobre energía renovable



Expo 2017 en Astana


(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 2 Set. 2017).- “El modo en el que usamos los recursos energéticos son un indicador de cómo estamos cumpliendo la tarea que de acuerdo a muchas tradiciones religiosas, nos fue confiado por Dios de cuidar el planeta en el que vivimos y de nuestros hermanos en la humanidad”.

Lo indicó este sábado el papa Francisco en el mensaje enviado en ocasión del ‘National Day‘ de la Santa Sede en la Exposición Internacional Expo 2017 en Astana, capital de Kazajistán, dedicada al tema ‘Future Energy’, que inició el pasado 9 de junio y concluye este próximo 10 de septiembre.

Y precisó que “si usamos la energía de manera solidaria, entonces estamos desarrollando bien dicha tarea. Contrariamente, no”.

“Es muy importante –precisó el Santo Padre– reflexionar con seriedad y responsabilidad sobre las modalidades con las cuales en los próximos años la humanidad empleará, también mediante las nuevas e innovadoras tecnologías, los recursos energéticos que ha recibido en don, como herencia común”.


Señaló además que “todos somos conscientes” que de tal modalidad dependen “sea la salud del planeta que el bienestar de nuestras sociedades”, un bienestar que es necesario entender “de manera integral y no solamente como prosperidad económica o capacidad de consumo”.


El Santo Padre advirtió por lo tanto que los recursos energéticos “no tienen que ser dejados a la merced de la especulación, ni volverse fuente de conflictos. Por este motivo es necesario “un amplio y sincero diálogo en todos los niveles, entre los diversos sectores de nuestra sociedad”.


La energía del futuro “no es solamente una tarea para los investigadores, técnicos o inversores: también el mundo de la cultura, de la política, de la educación y el religioso son interpelados”, dijo.

El Pontífice invita por todo ello a que “cada uno descubra en su propia fe, las motivaciones y los principios que vuelven posible o que de todos modos favorecen el empeño, el coraje de mejorar y perseverar y vivir juntos la hermandad”.

“Está en juego nuestra propia dignidad, está en juego –asegura el sucesor de Pedro– la justicia y la paz”. Y explica que conscientes de ello, la Santa Sede hizo su pabellón en la Expo de Astana, con el título ‘Energía para el bien común: Custodiar nuestra casa común’.

El Papa concluye pidiendo “al Omnipotente Dios Creador, que nos ayude a sacar de la Expo 2017 enseñanzas que duren mucho tiempo y bendiga nuestro empeño común para realizarlas”.

sábado, 19 de agosto de 2017

Tú decides si el trabajo es fuente de felicidad o de desdicha

 
Humphery | Shutterstock





La actitud positiva, sea cual sea la tarea, consigue la mejora de la salud y el contento

“Cuando nada parece ayudar, voy adonde el cantero y lo miro martillar su roca, tal vez unas cien veces sin que siquiera se note una grieta en ella. Sin embargo, al centésimo primer martilleo, esta se partirá en dos y sé que no será debido al último golpe sino a todos los que vinieron antes…¨
Jacob Riis. Fotoperiodista y filántropo danés

El trabajo puede ser fuente de crecimiento personal o de enfermedad, depende de la actitud con que lo encaremos. Si ponemos amor y entusiasmo, no importa el tipo de tarea que ejecutemos. Nos daremos cuenta de que haciéndola podemos enriquecer nuestra vida y la de nuestra comunidad.

La riqueza del trabajo

El trabajo es inherente al ser humano. Ya en el Génesis aparece la sentencia “Ganarás el pan con el sudor de tu frente”. Durante toda su existencia el hombre debió trabajar para subsistir y también para construir, producir arte y mejorar su forma de vida.
En el mundo laboral hoy nos enfrentamos a trabajos monótonos, en serie, repetitivos y desmotivantes. Se ha destruido el arte y el oficio. Todo lo que se espera de los empleados es que sean buenos operadores de máquinas. La mayoría, tanto ejecutivos como empleados, sufre estrés a causa del trabajo y las licencias por enfermedades ligadas a ese estrés ocasionan grandes pérdidas de dinero. Hemos llegado a pensar en el trabajo como en una tarea que no podemos evitar y que nos consume la vida, pero si aprendemos a encararlo podemos descubrir y usar nuestras energías sabiamente para que todas nuestras acciones sean ricas y fructíferas.
A primera vista parece sencillo trabajar cuando todo marcha sobre ruedas y ya conocemos la forma de movernos, pero si lo pensamos resulta mucho más productivo hacerlo cuando se presentan problemas como, por ejemplo, tener que aprender nuevas cosas, manejar nuevas tecnologías, hacerse cargo de mayores responsabilidades porque de estas situaciones podemos extraer enseñanzas.

Su poder transformador

La riqueza inherente al trabajo se siente cuando se insta a la gente a que se apoye en su propia experiencia y asuma responsabilidades, valorándola y desafiándola a participar en la toma de decisiones para desarrollar el sentimiento de poder personal, pues es sabido que si se aprende a usar las propias habilidades en lo que se hace se transforma la existencia cotidiana en una fuente de goce y cumplimiento.

Cambiar para mejorar

Muchas veces nos aferramos a la idea de que no somos capaces de adaptarnos a las exigencias que se nos imponen o quizás pensemos que no hemos hecho los suficientes cambios para producir el resultado esperado. Es fácil pasar la vida de este modo, lamentándonos y negándonos a asumir la responsabilidad del propio crecimiento. Todos tenemos más control sobre nuestra vida de lo que creemos. Entonces, cuando el trabajo no nos permite expresar nuestras aptitudes y alegría, hay opciones:
-usar la propia creatividad para encontrar formas de cambiar el sistema en el que estamos.
-tener paciencia y persistir hasta ver si se dan mejores posibilidades.
-abandonar el trabajo y buscar otro que nos permita ser lo que somos y tener una existencia más feliz.

Los hábitos pueden cambiar

A veces gana el desaliento, se desea abandonar todo esfuerzo o se cree que es demasiado tarde para iniciar algo nuevo. Lo importante en esos momentos es no detenerse allí, seguir adelante y mantener el impulso hacia el cambio que queremos. De esta manera, gracias a la confianza que vamos ganando en nosotros mismos también nos transformamos en ejemplo para quienes nos rodean. Pensar en cómo llevamos nuestra vida actual en relación a cómo proyectamos el futuro puede ser útil. Cabe preguntarse entonces: “Mis acciones actuales ¿mejorarán mi vida futura, la enriquecerán aportándole experiencias positivas, me harán sentir más feliz?”.

El padecimiento laboral nos enferma

Si no estamos contentos, lo más seguro es que continuemos con nuestra infelicidad fuera de las horas de trabajo. Estaremos más propensos a las enfermedades y al deterioro físico, nos llenaremos de hostilidad, resentimiento y frustración. No es raro desahogar el mal humor fumando, bebiendo, comiendo en exceso o riñendo con los que tenemos cerca.
El padecimiento laboral nos enferma más que cuando trabajamos duro pero somos felices con lo que realizamos. “Estoy tan ocupado que no tengo tiempo de enfermarme”, solemos decir. La actividad, la utilidad y el progreso en sí son los grandes secretos de la longevidad y la salud. La gente que se siente útil retarda su deterioro y las enfermedades.
La felicidad es condición de nuestra existencia que se elige y se defiende. Se puede ser feliz a pesar de las circunstancias. El trabajo también puede ser fuente de felicidad siempre que se haga con intención y con un propósito: tratar de integrar nuestras preferencias con nuestros valores.
Los valores tienen que ver con qué importancia le asignamos a lo que hacemos. Muchas veces lo que realizamos está lejos de satisfacernos, pero nos motiva a continuar nuestros propósitos: mantener a la familia, hacer que los hijos puedan estudiar, pagarse una carrera, ayudar a algún miembro de la familia. En estos casos, los sacrificios que hagamos nos compensan largamente.

A la hora de comenzar a trabajar

Un aspecto importante a tener en cuenta para renovar nuestra práctica laboral es prestar atención a la preparación previa del trabajo. Primero, poner al alcance todas las cosas que la tarea requiere, ya sea la agenda, la computadora, los ficheros, el material y los instrumentos que vamos a usar. Como el pintor que antes de comenzar a pintar despliega el lienzo sobre el caballete, dispone los pinceles, la paleta, los pomos de colores, y se prepara teniendo presente en su mente la obra que quiere ejecutar. El arte de comenzar la tarea es hacer verdaderamente lo que se está haciendo mientras se está haciendo, desligándose de todo lo demás.
La atención permite estar plenamente presente en la labor. Estar atentos a los problemas que se nos presentan nos permite tratarlos de manera inmediata y efectiva, eliminando la confusión y evitando complicaciones que terminan produciendo estrés. Los riesgos se reducen mediante la planificación y la preparación. Cada vez que nos distraigamos, tomémonos un momento para volver la atención al momento presente y seguir trabajando.
Otro aspecto de la buena práctica laboral es el silencio, cosa casi imposible de lograr en la actualidad. No significa no hablar cuando es necesario, no contestar el teléfono o no dar instrucciones sino eliminar la charla improductiva. No solo callar sino hacer silencio tanto en el espacio exterior como en el diálogo interno. De esta manera podemos concentrarnos en lo que hacemos. Sabemos lo difícil que resulta hoy desconectarse de todos los aparatos que nos rodean y nos estimulan constantemente, pero lograr ponerlos a una cierta distancia produce un cambio increíble.
Recordemos cómo enseñaban los maestros artesanos: el trabajo es estar al servicio de algo superior, de Dios. Es un servicio y no un fin en sí mismo. Santo Tomás afirmaba que “no puede haber alegría de vivir sin alegría de trabajar. La pereza es la tristeza del alma”. Triste del hombre o de la mujer que no tiene trabajo, pero es más triste el que lo tiene y solo se lamenta por tenerlo. Siempre es posible que con una actitud positiva transformemos nuestro trabajo en una fuente de salud y alegría.

Cecilia Barone

Artículo originalmente publicado por Familia Cristiana

sábado, 12 de agosto de 2017

«Los milagros de Lourdes son algo inexplicable», confiesa un Nobel de Medicina y declarado agnóstico

«Los milagros de Lourdes son algo inexplicable», confiesa un Nobel de Medicina y declarado agnóstico

Luc Montagnier descubrió el virus del VIH

Danila Castelli es una mujer italiana que sufría una grave hipertensión y que tras visitar Lourdes en 1989 quedó totalmente sanada. Este caso supuso el milagro oficial número 69 que ha reconocido la Iglesia Católica en este santuario mariano desde la aparición de la Virgen a la joven Santa Bernadette en 1858.
 
Desde aquel momento se han registrado más de 7.000 curaciones "inexplicables" en Lourdes aunque sólo unas decenas se han considerado milagros. Y ello es debido a las rigurosas condiciones establecidas para el estudio de estas curaciones.
 
Sin embargo, el debate sobre las apariciones y las curaciones en Lourdes lleva décadas produciéndose y las burlas y críticas de los ateos más beligerantes contrastan con el respeto y consideración de profesionales de reconocido prestigio ante un fenómeno religioso que no deja indiferente a nadie.
 
Es el caso del Premio Nobel en Medicina y Príncipe de Asturias, Luc Montagnier. Este médico francés es conocido por haber descubierto el virus del VIH así como por otras importantes aportaciones a la ciencia.
 
Y resulta muy interesante conocer la opinión de este reconocido científico y exdirector del Instituto Pasteur precisamente sobre Lourdes, un lugar que exige tener una gran fe. Este hecho quedó acreditado en un libro que recogía los diálogos entre Montagnier y el monje cisterciense, Michel Niassaut, titulado el Le Moine et le Nobel.
 
"No hay necesidad de negar nada"
 
En un momento dado de la conversación salió a relucir las curaciones inexplicables en Lourdes. ¿Qué opinaría un Nobel de Medicina no creyente sobre este asunto? Su respuesta significaría un ejemplo de coherencia para el mundo de la ciencia. "Cuando un fenómeno es inexplicable, si realmente existe, no hay necesidad de negar nada", afirmaba de manera tajante Luc Montagnier. En este sentido, el Nobel de Medicina aseguraba que "en los milagros de Lourdes hay algo inexplicable".
 
Además, Montagnier afeaba la conducta de algunos compañeros suyos y decía en este libro que "muchos científicos cometen el error de rechazar lo que no entienden. No me gusta esta actitud. A menudo cito esta frase del astrofísico Carl Sagan: ´la ausencia de prueba, no es prueba de ausencia´".
 
"Los milagros son inexplicables"
 
En este sentido, agregó que "en cuanto a los milagros de Lourdes que estudié, creo en realidad que es algo inexplicable (…) No me explico estos milagros pero reconozco que hay curaciones que no están incluidos en el estado actual de la ciencia".
 
Como descubridor del virus del VIH, Montagnier ha tenido una relevancia muy importante en la segunda mitad del siglo XX y pese a las tradicionales críticas del mundo anticatólico por el posicionamiento de la Iglesia en cuanto al SIDA, este científico alaba el papel del mundo católico ante estos dramas.
 
Su colaboración con la Iglesia
 
De hecho, relata que "con mi colega estadounidense Robert Gallo obtuve una audiencia con el Papa (Juan Pablo II) sobre la forma en la que podíamos aumentar nuestra colaboración con el personal que trabaja en la sombra en las misiones católicas en África. Ellos tratan a las personas afectadas por el SIDA y hacen prevención contra la propagación del virus".
 
Esta importante, y muchas veces olvidada labor, es muy destacada por este Premio Nobel. "Las órdenes religiosas cristianas han jugado un papel muy positivo en el cuidado de los enfermos. Reconozco que, en el ámbito de la atención hospitalaria, la Iglesia ha sido pionera".
 
La vital labor de la Iglesia contra el SIDA
 
"Pude ver de cerca en mis largos años de investigación del SIDA, sobre todo al principio, cada día a pacientes condenados a una muerte inevitable. A menudo la fe y la cercanía de la Iglesia les ayudaron a hacer frente a la enfermedad y a que no se sintieran abandonados. Es a través de esta experiencia por lo que siempre he reconocido la contribución pionera e inestimable de la Iglesia en el campo de la atención hospitalaria", afirmaba este científico francés
 
La estima del agnóstico Montagnier por la Iglesia es grande. Incluso se ofreció, y ayudó a Juan Pablo II a la hora de frenar el avance del Parkinson que sufría. En su opinión si los valores del cristianismo prevalecieran en el mundo, el planeta ganaría mucho. "Hay 2.000 millones de cristianos, de los cuales 1.100 son católicos. Sus buenos sentimientos están presentes" pero no son los que gobiernan el mundo. Ojalá, considera, el amor al prójimo condujera el mundo.
 
La relación de otro premio Nobel con Lourdes
 
Sin embargo, Montagnier no es el único Premio Nobel que tiene una relación con Lourdes. Mucha más profunda fue la de Alexis Carrel, Nobel en Medicina en 1912. De hecho, su relación con estas curaciones le llevó incluso a la conversión al catolicismo.
 
En 1903 Carrel era un joven médico ateo. Un compañero que iba a acompañar como doctor a un grupo que peregrinaba a Lourdes no pudo asistir y le pidió que fuera él quien le sustituyera. Accedió a ir para comprobar personalmente la falsedad de los milagros que se atribuían a aquel lugar. Pero allí justamente asistió personalmente a uno de ellos, hecho que le cambió la vida.
 
Visitó a una mujer moribunda a causa de la tuberculosis. Observó y analizó todos los síntomas. Sin duda, moriría pronto. El milagro se produjo ante sus ojos. Salió de las piscinas y todo había desaparecido. Ese hecho produjo su conversión, la cual narró en un libro que supuso un escándalo para el naturalismo escéptico dominante en aquel momento en Francia.
 
 
10 octubre 2013

sábado, 5 de agosto de 2017

Sed fuertes, no temáis. Jóvenes con fe








"Proyecto Despierta" quiere animar a todos los jóvenes del mundo a unirse a un llamado que retumba en toda alma cristiana: "Sed fuertes, no temáis" (Is. 35,4). Con ocasión de la primera JMJ de jóvenes católicos maronitas en El Líbano, queremos lanzar un reto a toda alma dispuesta a ser valiente por la causa de Cristo. Únete a nuestros hermanos de todo el mundo y grita tu fe con valentía y no con miedo.