sábado, 13 de septiembre de 2008

La oración impulsa la «barca del ecumenismo», recuerda Benedicto XVI

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Al clausurar la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos

CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 24 enero 2008 (ZENIT.org).-

La oración es el elemento que hace que salga del puerto «la barca del ecumenismo», explicó Benedicto XVI este viernes en la tarde en la Basílica de San Pablo Extramuros.

En las vísperas, al concluir la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, participaron representantes de las diferentes Iglesias y comunidades eclesiales, así como el doctor Samuel Kobia, secretario general del Consejo Mundial de Iglesias.

En la celebración, que sirvió para conmemorar los cien años de este octavario ecuménico, estaba también presente el padre James Puglisi, sucesor de Paul Wattson, pionero de esta iniciativa, y fundador de la Sociedad franciscana del «Atonement».

Recordando el lema de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, «No ceséis de orar», el Papa se preguntó: «¿Qué sería del movimiento ecuménico sin la oración personal o común para que "todos sean una sola cosa, como tú; Padre, está en mí y yo en ti"», que elevó Jesús en la última cena?

«¿Dónde encontrar el empuje de fe, de caridad y de esperanza del que hoy tiene particular necesidad nuestra búsqueda de la unidad?», preguntó.

«El camino de la oración ha abierto el camino al movimiento ecuménico tal y como hoy es conocido», añadió.

De hecho, reconoció, «la unidad con Dios y con nuestros hermanos y hermanas es un don que procede de lo Alto, que surge de la comunión de amor entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y en ella crece y se perfecciona».

«No está en nuestras posibilidades decidir cuándo y cómo se realizará plenamente esta unidad -reconoció el Papa--. ¡Sólo Dios puede hacerlo!».

Por este motivo, dio gracias a Dios «por el gran movimiento de oración que, desde hace cien años acompaña y apoya a los creyentes en Cristo en su búsqueda de unidad. La barca del ecumenismo no habría podido salir nunca del puerto si no estuviera movida por esta amplia corriente de oración y empujada por el soplo del Espíritu Santo».

Benedicto XVI concluyó su intervención recordando que en la Basílica de San Pablo Extramuros, el 29 de junio, se inaugurará el Año de San Pablo.

«Que su incansable fervor en la edificación del Cuerpo de Cristo en la unidad nos ayude a rezar incesantemente por la plena unidad de todos los cristianos», deseó.


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