Con
el Año Santo de la Misericordia, que inició el pasado 8 de diciembre en
la solemnidad de la Inmaculada Concepción, el Santo Padre Francisco ha
hecho una especial invitación para que se reflexione y se pongan en
práctica las Obras de Misericordia.
Así
está escrito en la Bula ‘Misericordiae Vultus' con la que el Santo
Padre convocó el Jubileo Extraordinario: "Es mi vivo deseo que el pueblo
cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia
corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra
conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para
entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los
privilegiados de la misericordia divina. La predicación de Jesús nos
presenta estas obras de misericordia para que podamos darnos cuenta si
vivimos o no como discípulos suyos".
Y... ¿Qué son las Obras de Misericordia?
De
acuerdo con el Catecismo de la Iglesia Católica, las Obras de
Misericordia "son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a
nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales. Instruir,
aconsejar, consolar, confortar, son obras espirituales de misericordia,
como también lo son perdonar y sufrir con paciencia. Las obras de
misericordia corporales consisten especialmente en dar de comer al
hambriento, dar techo a quien no lo tiene, vestir al desnudo, visitar a
los enfermos y a los presos, enterrar a los muertos".
"Entre
estas obras -sigue el Catecismo-, la limosna hecha a los pobres es uno
de los principales testimonios de la caridad fraterna; es también una
práctica de justicia que agrada a Dios".
Las 14 Obras de Misericordia
Siendo así, existen 14 Obras de Misericordia: siete corporales y siete espirituales.
Las
obras de misericordia corporales son: visitar a los enfermos, dar de
comer al hambriento, dar de beber al sediento, dar posada al peregrino,
vestir al desnudo, visitar a los presos y enterrar a los difuntos.
Mientras
que las obras de misericordia espirituales son: enseñar al que no sabe,
dar buen consejo al que lo necesita, corregir al que se equivoca,
perdonar al que nos ofende, consolar al triste, sufrir con paciencia los
defectos del prójimo y rezar a Dios por los vivos y los difuntos.
"En el ocaso de nuestras vidas seremos juzgados en el amor"
El
Papa Francisco en la Bula de convocación del Jubileo extraordinario
habla también del efecto de las obras de misericordia en quien las
practica, recordando que no se puede escapar a las Palabras de Jesús, ya
que con base a ellas seremos juzgados: "si dimos de comer al hambriento
y de beber al sediento. Si acogimos al extranjero y vestimos al
desnudo. Si dedicamos tiempo para acompañar al que estaba enfermo o
prisionero. Igualmente se nos preguntará si ayudamos a superar la duda,
que hace caer en el miedo y en ocasiones es fuente de soledad; si fuimos
capaces de vencer la ignorancia en la que viven millones de personas,
sobre todo los niños privados de la ayuda necesaria para ser rescatados
de la pobreza; si fuimos capaces de ser cercanos a quien estaba solo y
afligido; si perdonamos a quien nos ofendió y rechazamos cualquier forma
de rencor o de odio que conduce a la violencia; si tuvimos paciencia
siguiendo el ejemplo de Dios que es tan paciente con nosotros;
finalmente, si encomendamos al Señor en la oración nuestros hermanos y
hermanas".
El
Papa concluye: "En cada uno de estos ‘más pequeños' está presente
Cristo mismo. Su carne se hace de nuevo visible como cuerpo martirizado,
llagado, flagelado, desnutrido, en fuga (...) para que nosotros los
reconozcamos, lo toquemos y lo asistamos con cuidado. No olvidemos las
palabras de san Juan de la Cruz: ‘En el ocaso de nuestras vidas, seremos
juzgados en el amor'".
Por: Varios | Fuente: es.gaudiumpress.org / Catholic.net
EL PENSAMIENTO DE LA IGLESIA CATOLICA SOBRE TEMAS RELACIONADOS CON LA PERSONA HUMANA, LA FAMILIA, LA SOCIEDAD, EL ESTADO Y LA COMUNIDAD INTERNACIONAL.
sábado, 30 de enero de 2016
sábado, 23 de enero de 2016
Un exseminarista cuenta el infierno que pasó a causa de la atracción al mismo sexo, y cómo se liberó
¿Se pueden superar los sentimientos homosexuales? ¿Una persona es capaz de pasar de sentir atracción al mismo sexo a enamorarse de forma heterosexual? ¿Se nace homosexual o "se hace" por
ciertas circunstancias familiares? Pepe, un chico español de 30 años,
contesta a todas esas respuestas a través de su doloroso testimonio
vital.
Una cruz que ha durado muchos años «Han pasado tres meses desde que terminé la terapia con Elena Lorenzo y todavía me cuesta creerme que aquello que tanto sufrimiento me había provocado haya desaparecido. »Me llamo Pepe, tengo treinta años y hasta hace bien poco me sentía atraído por otros hombres, lo que en la terapia llamamos AMS (Atracción por el mismo sexo). Fue en mi adolescencia cuando empecé a experimentar que ciertos compañeros y sobretodo adultos me atraían sexualmente. Esto no lo lograba entender porque a mí me gustaban las chicas, era bastante ligón (ahora no tanto porque los años no perdonan), y me sentía sexualmente atraído por ellas (vamos que no tenía ningún problema físico para estar con ellas). Aunque ciertos hombres con características concretas me atraían también. Consumo de pornografía »Nunca cedí en esa etapa a esta atracción homosexual. Estaba seguro de que era pasajero o que el despertar sexual había explotado demasiado. En aquella época veía mucha pornografía. Mi concepción de la sexualidad era bastante liberal así que tarde o temprano hubiera quitado el cartel de prohibido de mi conciencia y me hubiera dado a todo aquel o aquella que me diera algo de placer. Nadie, absolutamente nadie, me había explicado el sentido auténtico de la sexualidad y yo la había reducido a algo puramente físico. Es la visión que ofrecen los medios de comunicación y la sociedad, ¿por qué iba a pensar algo distinto? Encontrarse con Cristo y con la Iglesia »Pero cerca de mis veinte años, sin buscarlo conscientemente, conocí la Iglesia, sobretodo me encontré con Cristo en la Iglesia católica. La última vez que había puesto un pie en una parroquia fue el día de mi Primera Comunión. ¡Era verdad lo que me contaban de pequeño! El atractivo que ejercía Cristo sobre mí hizo que mi vida empezara a centrarse en Él: cambié hábitos, formas de entender la vida, nuevas amistades, me inundó la esperanza y la certeza de que la vida es algo espectacular. ¡Todo era nuevo! Pero yo seguía con esta atracción homosexual que cada vez iba in crecendo en personas y fuerza. Como empecé a llevar bien la castidad en este tiempo, pensé que podía controlarlo. Pero no fue así. "Con AMS no podía ser sacerdote" »A los pocos años de mi conversión entré en un seminario. Yo le quería dar todo a Jesús y a la Iglesia. Me fui de allí porque todo el afecto lo volqué hacia un compañero del seminario y cada día que pasaba era peor que el anterior. Al principio me decía que era una tentación del Maligno y que tenía que rezar más y hacer penitencias, pero esto no se iba. Me sentía muy atraído por él y sin que ninguno de mis superiores me lo aconsejara yo entendí que con AMS no podía ser sacerdote. Un tema tabú en el seminario »La homosexualidad era un tema tabú en el seminario, como si nadie quisiera entrar en ello para clarificar y ayudar. ¡Jamás he llorado tanto! A partir de ese día empecé a ver el AMS como una maldición, una injusticia. Enfado con Dios... »Increpaba a Dios y le acusaba de haberme hecho defectuoso. ¿Por qué a mí? ¿Qué había hecho mal? Con resignación en mi fuero interno me dije que ésta era la cruz que el Señor me mandaba, que tenía que tirar hacia delante con ello y resignarme a no casarme o no ser sacerdote. Como si una dimensión de la existencia me fuera privada por algo que yo no había elegido. Sin posibilidad de hablar con nadie de este tema »No hablaba de esto con nadie y menos con sacerdotes porque había escuchado a alguno de ellos hacer chistes sobre "gays" y, aunque yo no me identificaba con la vida gay, veía que tenía el mismo problema de atracción hacia los hombres. Tampoco tenía el valor de corregir a estos sacerdotes ni a amigos de la parroquia porque pensaba que si decía algo sabrían que yo era homosexual. ¡La misma Iglesia parecía que no me abrazaba tal y como era! Esto era muy doloroso para mí. No sabía a quién acudir. La ayuda de un sacerdote... »Pude finalmente decírselo a un sacerdote y me ayudó bastante pero no lo necesario. Me dijo que me confesara siempre de estos pecados, que rezara mucho y que me apartara de todo lo que pudiera llevarme a esto. Así desaparecería la homosexualidad. Lo primero cuesta mucho, lo segundo, rezar, ya lo hacía y lo tercero… ¡cómo me voy a apartar de mí mismo, de mis sentimientos! Una relación homosexual... falsa »Al final, a pesar de mis luchas, conocí a un chico más mayor que yo y tuve relaciones con él. ¡El dolor de mi corazón era aún más agudo! En el mismo momento de dar el paso sabía que toda esta relación era falsa y que lo que hacíamos no respondía a las expectativas de felicidad, plenitud y belleza que pensaba alcanzaría con una relación homosexual. "Sentía mucha atracción y a la vez... repulsión" »¿Acaso no nos venden esto en los medios de comunicación cuando aparecen parejas homosexuales que son aún más felices que las heterosexuales? Estuvimos juntos unos tres meses aunque desde el primer día yo no quería esa forma de vida. Sentía mucha atracción y a la vez repulsión. Sabía que me estaba destruyendo a mí y a él. Pero cuando uno está insatisfecho de la vida, cualquier cosa le vale. Finalmente hui de él. No había nacido gay... pero las circunstancias... »Había tocado fondo y me juré que nunca lo repetiría pero había mordido la manzana y el AMS ahora era el protagonista en mi vida. Vivía con miedo a que la gente lo descubriera o a que cediera definitivamente a algo que en el fondo sabía que no era auténtico. Probé de todo para poder eliminar el AMS. Acudí a un psiquiatra que me ayudó a ver el origen de mi homosexualidad: sufrí un abuso por parte de una mujer cuando era pequeño, mi padre estaba ausente siempre y no tengo recuerdos cariñosos de él, mi madre era superprotectora hacia mí, era un chico muy sensible… pero no fue suficiente. Vi que no había nacido así sino que las circunstancias habían perturbado mi desarrollo afectivo-sexual. Pero el saberlo no eliminaba el hecho de mi AMS. Dejé de visitar a este psiquiatra porque en el fondo no me ayudaba. Grupos católicos de sanación y liberación »Escuché que había grupos católicos de oración de sanación y liberación. ¡Eso es, Dios es quien me va a quitar esto! Fui a todos ellos y más. Fue una ayuda para no perder la esperanza y mantenerme firme en la lucha pero no fue suficiente. Algún sacerdote que conocí aquí me decía que esto era lo que me iba a «curar», que Dios lo puede todo y que lo tenía que pedir con insistencia, como el ciego de Jericó. Lo pedía día y noche pero el Señor quería actuar conmigo del mismo modo como Él ha venido a salvarnos, a través de la Encarnación, es decir, a través del saber hacer de una persona. Sería absurdo decirle a alguien que sufre de obsesiones que no vaya al especialista y se dedique a rezar el Rosario. ¡Usted rece, por supuesto, pero no deje de acudir a aquel que puede ayudarle humanamente! Y comencé con la terapia del cambio... »Gracias a un sacerdote lleno de sensatez conocí a Elena. (Recordar el inicio de este proceso que he hecho con Elena hace que se me salten las lágrimas de agradecimiento). Fui un poco incrédulo porque había probado ya otras cosas y no funcionaron, pero me fie de mi cura y de ella. ¡Dios había escuchado mis oraciones poniéndome a Elena en el camino! Yo pensaba que me haría un psicoanálisis y que volveríamos a ver el origen de todo esto, pero no consistió en eso. El trabajo que he ido haciendo con ella ha sido un trabajo humano, de maduración y crecimiento personal en y desde todas las dimensiones de mi persona. También este trabajo hubiera sido insuficiente sin el Grupo de Apoyo al que acudía una vez al mes. Nos reuníamos varios chicos con AMS, dirigidos por Elena, y allí poníamos sobre la mesa nuestros avances, miedos, obstáculos… El saber que no eres el único y que otros que te han precedido han salido victoriosos era un aliento para seguir adelante porque a veces el día a día es muy duro. La AMS no es el problema, sólo la expresión »Gracias a la terapia entendí con claridad que la AMS no es el problema, sino la expresión de algo más grave que está por debajo y que la atracción hacia los hombres era el modo como se manifestaba. En mi caso, por el abuso que sufrí de pequeño por parte de una mujer muy cercana a mi familia y en la que confiaba mucho, las barreras entre el afecto y el sexo estaban rotas. Aprendí inconscientemente que todo afecto se expresaba a través de lo sexual. Por otro lado estaba excedido de afecto de mi madre y necesitado del afecto de mi padre. Por un lado no necesitaba nada de las mujeres y tenía cierta sospecha siempre hacia ellas pensando que me traicionarían en cualquier momento (como me traicionó aquella mujer), y por otro buscaba esa seguridad, protección y autoestima que un padre puede dar. Anhelaba ser abrazado por un hombre »Empecé a ver que lo que anhelaba no eran relaciones sexuales con hombres sino que anhelaba ser abrazado por un hombre, acurrucarme en su regazo, sentirme protegido. No es casualidad que mi atracción fuera hacia hombres grandes, corpulentos, varoniles y más mayores que yo. La AMS iba disminuyendo al avanzar con la terapia »Asombrosamente, según iba trabajando la autoestima, la mirada que tenía hacia mí, las falsas concepciones, las barreras y muros, mis miedos, la forma de relacionarme con hombres y mujeres…, la AMS iba disminuyendo hasta que poco a poco empezaba a formar parte de mi pasado. La terapia y el Grupo de Apoyo estaban reconstruyendo mi persona. Antes había situaciones concretas en las que la AMS se disparaba irremediablemente (con algunas personas en particular) y ya no sucedía esto. ¡Podía relacionarme con estas personas con libertad y sin sentirme atraído hacia ellos! ¡Hasta me paraba a mirar descaradamente para ver si la atracción volvía o no! ¡Se estaba yendo! Agradecimiento a Dios... »Cuando ya todo estaba asentado y vimos que mi proceso de terapia había terminado, exploté de alegría y agradecimiento a Dios, a Elena, a mi director espiritual, a la Iglesia… La Iglesia siempre me ha dicho la verdad sobre la AMS aunque algunos sacerdotes y laicos no se enteren y hagan daño con sus comentarios y cortedad de miras. ¡No saben hasta qué punto hay palabras que te derrumban y espiritualismos que no te liberan sino que te alienan! Partiendo de mi experiencia pido a los sacerdotes y personas dedicadas a la pastoral que se informen bien sobre estos temas y que si alguna persona está en esta situación que les remitan a los profesionales que le pueden ayudar. Si al primer sacerdote que le confesé mi AMS me hubiera puesto en las manos adecuadas me habría ahorrado muchos años de sufrimiento. De resignado a vivir soltero a querer formar una familia »Si hace unos años me había resignado a vivir soltero por mi incapacidad afectiva, hoy el matrimonio se me presenta como una necesidad real y humana. Todavía no me he encontrado con la mujer idónea pero sí que he conocido a algunas y es sorprendente cómo los miedos y reparos que tenía (a nivel psíquico y físico) ya no están. Ahora, os confieso, que me tengo que frenar un poco porque parece que quiero recuperar el tiempo perdido y tampoco es plan, ¿no?». |
sábado, 16 de enero de 2016
¿Cómo se puede conseguir la indulgencia plenaria del Jubileo?
Publicado el 11 ene. 2016
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sábado, 9 de enero de 2016
El eneagrama: una técnica esotérica que penetra en la Iglesia y en la formación profesional
Luis Santamaría, el 7.01.16 a las 10:41 AM
A los practicantes y adeptos del eneagrama no les gusta que se les recuerde la sulfurosa historia de Gurdjieff, su promotor en occidente. Y sin embargo, la génesis de una historia explica con frecuencia su desarrollo y su finalidad.
Según explica Bertran Chaudet (diácono permanente que fue responsable de la oficina de la Conferencia de Obispos de Francia para las nuevas creencias y derivas sectarias), en un artículo que ha sido publicado por la revista francesa Bulles (publicada por la UNADFI, Unión Nacional de Asociaciones de Defensa de las Familias y del Individuo víctimas de sectas) G.I. Gurdjieff probablemente era analfabeto, pero era un hombre astuto y oportunista que practicaba el arte de subyugar y de hechizar a las personas que lo rodeaban.
Se nutría de todas las doctrinas esotéricas y “ciencias ocultas” de sus adeptos y elaboraba una síntesis con su aderezo personal, que utilizaba con una elocuencia persuasiva. Proponía a sus adeptos esfuerzos permanentes de introspección para conocerse mejor, vaciándose de todo lo que habían pensado, sabido, creído o creído pensar antes.
Ningún aval científico según un protocolo riguroso confirma la eficacia de las afirmaciones del eneagrama en cuanto a los nueve tipos o bases, que pueden evolucionar o retroceder según los criterios propios de este método. Por lo tanto, los expertos en materia del eneagrama sugieren a sus alumnos unas orientaciones concretas, psicológicas y espirituales, basadas en este método.
El hombre perfecto, según la perspectiva gurdjieffiana, es el que ha tomado conciencia y eliminado en sí mismo el dualismo de los valores del bien y del mal, haciéndose tolerante con todo, indiferente en el nivel moral y tibio en lo religioso. Todo debe caber en la lógica previa del eneagrama, cima del conocimiento de uno mismo y del mundo. Sólo la fe en el concepto salva y hace que todo encaje. Por otra parte, no se duda de su eficacia, por un efecto inductivo y sugestivo casi hipnótico. ¿No funcionan de forma idéntica los procesos mágicos?
Impulsada por su fundador, Ephraïm, la controvertida Comunidad de las Bienaventuranzas (Communauté des Béatitudes) ha vivido bajo la influencia del eneagrama. Sus empleados, llamados pastores, recibían esa formación. Hoy, a pesar de numerosos avisos de alerta, el eneagrama es propuesto en centros espirituales católicos, centros de formación como el CLER Amour et Famille (movimiento reconocido por la Iglesia en Francia), y dentro de comunidades religiosas.
En 2013 la diócesis de Saint Étienne organizó, en colaboración con el Centro de Estudios del Eneagrama (CEE) de Eric Salmon, los primeros encuentros cristianos del eneagrama, donde convivían y compartían en torno a talleres, mesas redondas y danzas sagradas de Gurdjieff, formadores cristianos en eneagrama, antiguos pastores de la Comunidad de las Bienaventuranzas y profesores de la Universidad Libre de Samadeva.
Basta con escribir eneagrama en el motor de búsqueda oficial de la Iglesia católica francesa, dependiente directamente de la Conferencia de Obispos de Francia, para obtener información sobre gran parte de estas formaciones o sesiones.
A los practicantes y adeptos del eneagrama no les gusta que se les recuerde la sulfurosa historia de Gurdjieff, su promotor en occidente. Y sin embargo, la génesis de una historia explica con frecuencia su desarrollo y su finalidad.
Según explica Bertran Chaudet (diácono permanente que fue responsable de la oficina de la Conferencia de Obispos de Francia para las nuevas creencias y derivas sectarias), en un artículo que ha sido publicado por la revista francesa Bulles (publicada por la UNADFI, Unión Nacional de Asociaciones de Defensa de las Familias y del Individuo víctimas de sectas) G.I. Gurdjieff probablemente era analfabeto, pero era un hombre astuto y oportunista que practicaba el arte de subyugar y de hechizar a las personas que lo rodeaban.
Se nutría de todas las doctrinas esotéricas y “ciencias ocultas” de sus adeptos y elaboraba una síntesis con su aderezo personal, que utilizaba con una elocuencia persuasiva. Proponía a sus adeptos esfuerzos permanentes de introspección para conocerse mejor, vaciándose de todo lo que habían pensado, sabido, creído o creído pensar antes.
Ningún aval científico según un protocolo riguroso confirma la eficacia de las afirmaciones del eneagrama en cuanto a los nueve tipos o bases, que pueden evolucionar o retroceder según los criterios propios de este método. Por lo tanto, los expertos en materia del eneagrama sugieren a sus alumnos unas orientaciones concretas, psicológicas y espirituales, basadas en este método.
El hombre perfecto, según la perspectiva gurdjieffiana, es el que ha tomado conciencia y eliminado en sí mismo el dualismo de los valores del bien y del mal, haciéndose tolerante con todo, indiferente en el nivel moral y tibio en lo religioso. Todo debe caber en la lógica previa del eneagrama, cima del conocimiento de uno mismo y del mundo. Sólo la fe en el concepto salva y hace que todo encaje. Por otra parte, no se duda de su eficacia, por un efecto inductivo y sugestivo casi hipnótico. ¿No funcionan de forma idéntica los procesos mágicos?
En la formación profesional
El eneagrama es propuesto en el marco de formación profesional, a veces asociado a otras técnicas como la programación neurolingüística (PNL), el análisis transaccional o la hipnosis ériksoniana. Esta formación no busca mejorar una competencia profesional, sino permitir conocerse mejor y conocer a los otros. Ahí está la ambivalencia de estas formaciones que prometen a los trabajadores un desarrollo personal en un marco profesional.En la Iglesia católica
El padre Pacwa, jesuita, después de haber sido iniciado en el eneagrama, ha visto en él los peligros tanto en el plano teológico como en el pastoral, y los ha denunciado en importantes artículos. Las personas que entran en este sistema aceptan sus principios y ajustan después a él su vida espiritual y psicológica. Lo que se pide es una adhesión sin crítica. Es peligroso considerar que nuestros actos no son libres, sino que resultan de compulsiones ocultas reveladas por el eneagrama.Impulsada por su fundador, Ephraïm, la controvertida Comunidad de las Bienaventuranzas (Communauté des Béatitudes) ha vivido bajo la influencia del eneagrama. Sus empleados, llamados pastores, recibían esa formación. Hoy, a pesar de numerosos avisos de alerta, el eneagrama es propuesto en centros espirituales católicos, centros de formación como el CLER Amour et Famille (movimiento reconocido por la Iglesia en Francia), y dentro de comunidades religiosas.
En 2013 la diócesis de Saint Étienne organizó, en colaboración con el Centro de Estudios del Eneagrama (CEE) de Eric Salmon, los primeros encuentros cristianos del eneagrama, donde convivían y compartían en torno a talleres, mesas redondas y danzas sagradas de Gurdjieff, formadores cristianos en eneagrama, antiguos pastores de la Comunidad de las Bienaventuranzas y profesores de la Universidad Libre de Samadeva.
Basta con escribir eneagrama en el motor de búsqueda oficial de la Iglesia católica francesa, dependiente directamente de la Conferencia de Obispos de Francia, para obtener información sobre gran parte de estas formaciones o sesiones.
Reflexión conclusiva
El narcisismo que caracteriza al hombre postmoderno occidental, replegado en su bienestar, su autosuficiencia y sus performances, hace necesaria para los animadores de la sociedad y de la Iglesia una formación específica en las temáticas de la New Age, de las nuevas terapias y de los métodos de desarrollo personal. Sin lo cual, ellos no podrán rastrear las derivas puestas en marcha por manipuladores conscientes o inconscientes, pero decididos. Y lo que es más grave aún, los responsables de la sociedad y de la Iglesia podrían dejarse cazar convirtiéndose en cómplices.sábado, 2 de enero de 2016
Una hermosa NAVIDAD 2015
Hoy la Iglesia presenta a todo el mundo su grande y único tesoro: Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, como un niño indefenso. Todos tenemos urgencia de encontrarnos con Él. Las generaciones lo esperaban con ansia. Grandes signos acompañaban su venida. En torno a su cuna se dan cita las virtudes de la humildad, de la sencillez y de la pureza. La riqueza y la pompa del mundo, sin embargo, no lo descubrieron. Por eso, su nacimiento es una fiesta vivida entre contradicciones.
Al hacerse hombre, el Hijo de Dios manifiesta su inmenso amor hacia nosotros, ¡verdaderamente sus planes son grandiosos! Esa grandiosidad no la puede descubrir el mundo con sus criterios de placeres fáciles, sus sueños de honra y de poder.
Porque todo parece suceder en contra de los cálculos humanos: La virginidad de María, en vez de condenarla a una vida estéril, la hace fecunda. Los auxilios especiales de Dios salvan a José de sus dudas al respecto. Imprevisiblemente María y José se tienen que ir a Belén, ciudad natal de José. A pesar de estas circunstancias tan desagradables, que además no les permiten encontrar lugar en el mesón, se va cumpliendo el plan de Dios - como si nada lo pudiera detener: el Hijo de Dios quiere nacer entre la paja y las bestias del campo; su comité de ingreso lo forman algunos pastores.
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