EL PENSAMIENTO DE LA IGLESIA CATOLICA SOBRE TEMAS RELACIONADOS CON LA PERSONA HUMANA, LA FAMILIA, LA SOCIEDAD, EL ESTADO Y LA COMUNIDAD INTERNACIONAL.
sábado, 26 de enero de 2019
Papa Francisco - Panamá - Recepción y ceremonia de apertura de la JMJ 2019-01-24
Ceremonia de bienvenida y apertura de la JMJ en el Campo Santa María La Antigua
sábado, 19 de enero de 2019
Internet: crítica filosófica, aportes y desafíos
Gracias al Internet es posible ampliar los horizontes de la evangelización en los cinco continentes.
Por: Mauricio Ochoa Urioste | Fuente: Catholic.net
Por: Mauricio Ochoa Urioste | Fuente: Catholic.net
El
Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales, difundió el
documento titulado "La Iglesia e Internet" el año 2002, en los inicios
del así llamado ciberespacio. Allí la Iglesia llama a los jóvenes a usar
adecuadamente el Internet, y hacerlo, con discernimiento, educación,
formación, y fuerza de espíritu.
Han transcurrido ya muchos años desde aquél documento y cabe mencionar el interés que ha suscitado en la filosofía contemporánea el uso de Internet y más extensamente las nuevas tecnologías. El profesor Armando Segura Naya, bajo cuya dirección se publicó la obra "Historia Universal del Pensamiento Filosófico", indica que el progreso tecnológico, en la medida que facilita la vida humana, la debilita. Segura, además argumenta que un progreso tecnológico sin fortaleza moral de la personalidad y de la responsabilidad, pilares de la libertad, se convierte en "tecnoadicción". Preocupa al precitado autor el hecho de una creciente deshumanización tecnológica y la desvitalización tanto física como psicológica de los individuos.
Sin embargo, Internet ha hecho posible un abanico inmenso de posibilidades de conocimiento antes impensadas, como son las Bibliotecas Virtuales, los estudios en línea, la visita guiada a museos del mundo, y un largo etcétera. En la dimensión de discernimiento, antes anotada, cabe mencionar, como lo hace Segura, que el desafío de las futuras generaciones y la actual presenta un reto de formación moral de todos, o sea, a formar en criterios para seleccionar información, filtrar lo conveniente y volcar todos los datos en el mundo real y para provecho de la gente.
Ni duda cabe, además, que en esta faceta positiva es posible ampliar los horizontes de la evangelización en los cinco continentes. La Iglesia, consciente de la importancia que reviste el uso de las nuevas tecnologías promueve de igual manera portales, medios de comunicación, y acceso a educación teológica y religiosa de enorme valor para el mundo actual y las nuevas generaciones.
Quizás las críticas y los desafíos planteados desde la filosofía con valores cristianos sobre las nuevas tecnologías e Internet, se constituyen en un aporte indispensable para la educación que es preciso enseñar en las escuelas, las parroquias, los equipos pastorales, el diálogo ecuménico e interreligioso, etc.
Han transcurrido ya muchos años desde aquél documento y cabe mencionar el interés que ha suscitado en la filosofía contemporánea el uso de Internet y más extensamente las nuevas tecnologías. El profesor Armando Segura Naya, bajo cuya dirección se publicó la obra "Historia Universal del Pensamiento Filosófico", indica que el progreso tecnológico, en la medida que facilita la vida humana, la debilita. Segura, además argumenta que un progreso tecnológico sin fortaleza moral de la personalidad y de la responsabilidad, pilares de la libertad, se convierte en "tecnoadicción". Preocupa al precitado autor el hecho de una creciente deshumanización tecnológica y la desvitalización tanto física como psicológica de los individuos.
Sin embargo, Internet ha hecho posible un abanico inmenso de posibilidades de conocimiento antes impensadas, como son las Bibliotecas Virtuales, los estudios en línea, la visita guiada a museos del mundo, y un largo etcétera. En la dimensión de discernimiento, antes anotada, cabe mencionar, como lo hace Segura, que el desafío de las futuras generaciones y la actual presenta un reto de formación moral de todos, o sea, a formar en criterios para seleccionar información, filtrar lo conveniente y volcar todos los datos en el mundo real y para provecho de la gente.
Ni duda cabe, además, que en esta faceta positiva es posible ampliar los horizontes de la evangelización en los cinco continentes. La Iglesia, consciente de la importancia que reviste el uso de las nuevas tecnologías promueve de igual manera portales, medios de comunicación, y acceso a educación teológica y religiosa de enorme valor para el mundo actual y las nuevas generaciones.
Quizás las críticas y los desafíos planteados desde la filosofía con valores cristianos sobre las nuevas tecnologías e Internet, se constituyen en un aporte indispensable para la educación que es preciso enseñar en las escuelas, las parroquias, los equipos pastorales, el diálogo ecuménico e interreligioso, etc.
sábado, 12 de enero de 2019
El Síndrome FOMO
aquí estoy", "existo", "por favor mírenme, estoy publicando"
Por: Martín Michel Rojas Rojas | Fuente: Catholic.net
Por: Martín Michel Rojas Rojas | Fuente: Catholic.net
“La curiosidad mató al gato”,
y en este caso, el morbo por estar informado segundo a segundo del
mundo y de la vida privada de los amigos, mató la tranquilidad de toda
persona conectada a la red, que en la mayoría de los casos, surge de la
necesidad desenfrenada de gritarle a la sociedad, “aquí estoy”,
“existo”, “por favor mírenme, estoy publicando”.
FOMO por su significado en ingles "Fear Of Missing Out"
es el fenómeno social y patología en potencia que los usuarios del
smartphone tienden a desarrollar por el miedo a quedarse fuera del flujo
de información constante y en tiempo real que va surgiendo en el mundo
virtual, además de poder sentirse a la vanguardia y manejar sus vidas a
la velocidad con la que funcionan las adictivas redes sociales como
whatsapp, Facebook, twitter e instagram.
Sin
embargo, el hombre tiende a olvidar que la palabra “ansiedad” significa
“malestar”, y que sus vidas guiadas al ritmo del internet y su
información merman su salud visual, afectiva y fisiológica. En primer
lugar el daño a la vista ante el exagerado tiempo que pasa en la
pantalla, ya sea laptop, tableta o celular, la retina se ve expuesta a
una intensa cantidad de luz y al esfuerzo constante que realiza al
adaptarse al tamaño de las tipografías de los mensajes, sin mencionar la
radiación que indirectamente provocan las nuevas tecnologías.
En un
segundo lugar, la afectividad se ve afectada por el aislamiento social
que detona en la persona, ya que ahora lo único que le importa es el
universo virtual e idóneo que construyó, llenando vacíos de una forma
errónea, evitando la interacción y conversaciones cara a cara, fenómeno
que se le conoce popularmente como el ningunfoneo o phubbing,
que es el acto de ignorar a una persona y al propio entorno por
concentrarse en la tecnología móvil. Y en tercer lugar, la deformación
fisiológica que se va generando en el cuello al agacharlo de manera
prolongada a causa de escribir innumerables mensajes y mirar el teléfono
inteligente de esta forma, a esto también se le conoce como el Síndrome del Text Neck.
Un
estudio realizado por el Centro de Estudios Especializados en
Trastornos de Ansiedad en España, arrojó que el 56% de los usuarios de
las redes sociales padecen a menor o mayor grado el FOMO,
lo que los hace propensos a otro tipo de adicciones que se vinculan,
las cuales tendrán que ser tratadas por la profesión del siglo, “la psicología”,
ya que resulta ser una dependencia de 24 horas al celular, en donde
este permanece encendido en todo momento, satisfaciendo la necesidad de
sentirse conectado full-time, evidencia de nomofobia, el miedo irracional a dejar el celular en casa y esta sin el, malestar que se manifiesta con mayor frecuencia en jóvenes.
Actualmente
han surgido iniciativas que intentan ayudar a ir dejando de forma
gradual el origen de todas las adicciones, las cuales en su mayoría
inician en la interacción con las redes sociales, una de ellas es la
aplicación “Binky”, que funciona al igual que la interfaz de instagram
pero con la única finalidad de pasar el tiempo alejado de todo tipo de
noticias y fotos que puedan generar algún sentimiento que enganche al
usuario.
En
fin, tal parece que en un mundo de vacíos existenciales que llenar, la
respuesta fácil ha sido la tecnología mal empleada, la facultad por
“contar historias” falsas de una vida que no existe y una curiosidad que
antes de matar al gato, lo vuelve chismoso y adicto de su propia vida.
sábado, 5 de enero de 2019
Incómoda entrevista al ateo más famoso: Richard Dawkins
El problema no es la ciencia en sí misma, sino el querer forzarla y sacarla del lugar que le corresponde
Por: Daniel Bonifaz | Fuente: Catholic-link.com
Uno
de los elementos apostólicos más interesantes del video es la necesidad
que encuentra Dawkins de decir que el origen tiene que ser “explicable”,
es decir, someterse a un esquema racional humano. Él cree que esa
“inteligencia superior” tiene que ser un ser dentro del cosmos y que
pueda entrar en en los parámetros de nuestra razón. Desde esa
perspectiva, Dawkins no se está abriendo a la posibilidad de la
existencia de un Dios.
Aquí
voy a entrar a un tema muy complejo que viene desde el pasado y que ha
afectado nuestra cultura de manera muy decisiva. La idea que quiero
resaltar es que el problema no es la ciencia en sí misma, sino el querer forzarla y sacarla del lugar que le corresponde.
En
la época del Renacimiento, época de grandes conmociones en casi todos
los ámbitos de la vida europea, no parece exagerado decir que la
revolución de más largo alcance e influencia ha sido la revolución
científica o galileana.
La trascendencia del pensamiento de Galileo va
más allá de su teoría del heliocentrismo ya propuesto por Copérnico. El
explicar toda la realidad sensible desde una estructura matemática
provocó una vuelta del timón que dirigió a la cultura occidental hacia
la técnica y el dominio de la naturaleza con todas sus consecuencias
favorables y desfavorables.
Existen muchas leyendas negras sobre el caso de Galileo,
que por la extensión del texto, no vale la pena abordar aquí, solo me
parece interesante destacar que, en ese tiempo, había una cierta
maravilla por las ciencias naturales, pero a veces, salida de su foco.
Existía una afán de querer controlar la realidad sensible. Los hombres
utilizaban la ciencia para explicar incluso lo que va más allá de lo
físico, lo que no le correspondía, sino a una ciencia divina: la
teología. La naturaleza deja de ser un espejo de Dios que invita a su
contemplación y pasa a ser un objeto frente a un sujeto; una cosa que el
hombre puede dominar para utilizarla en provecho propio. Es decir, se
desacraliza la naturaleza (pierde el carácter de sagrado).
En
este sentido, al creer que se podía comprender todo el cosmos desde la
ciencia, se cambió de rumbo y se creyó que ésta era todopoderosa y que
podía manejarse en cualquier ámbito que desafíe lo racional. Y aquí
viene el siguiente punto que me parece interesante.
La creencia, paradójicamente casi religiosa, de que todo debe ser explicado por la ciencia.
Afirmación que no es para nada científica. ¿Qué evidencia tenemos en la
realidad de que todo lo real debe ser medible, verificable y someterse
al método científico? Justamente aquí hay una contradicción que Dawkins
no ha tomado conciencia. El tiene a la ciencia como una religión o
creencia: papel que no le corresponde.
La ciencia tiene su recta
autonomía, pero no podemos pretender que lo explique absolutamente todo
como si fuera una dios.
Finalmente,
quiero mencionar la cita que dijo Dawkins de Bertrand Russell: “Señor,
por qué te esfuerzas tanto para esconderte?”. Me parece muy interesante
que termine con imágenes de la naturaleza. La naturaleza no se opone a
lo divino, es puente hacia Él. Sin embargo, es necesario comprender la
relación estrecha y complementaria que ocupa la razón y la fe.
El hombre tiene necesidad de conocimiento, tiene necesidad de verdad,
porque sin ella no puede subsistir, no va adelante. La fe, sin verdad,
no salva, no da seguridad a nuestros pasos. Se queda en una bella
fábula, proyección de nuestros deseos de felicidad, algo que nos
satisface únicamente en la medida que queramos hacernos una ilusión. Y
la razón sin fe se queda incapaz de ofrecer una luz que nos abra el
misterio, estancado en meros cálculos, que explican el ¿cómo? el
¿dónde?, el ¿cuando? pero no explican el ¿por qué? ni el ¿Quien?
Ambas,
ciencia y fe, se necesitan mutuamente y son como dos alas que nos
llevan al conocimiento de la verdad como decía Juan Pablo II.
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