sábado, 31 de enero de 2009

Los salesianos celebran los 150 años de su fundación


El aniversario se inaugura este sábado



ROMA, viernes 30 de enero de 2009 (ZENIT.org).-

Los miembros de la "Sociedad de San Francisco de Sales", o "Sociedad Salesiana de San Juan Bosco", más conocidos como salesianos, se preparan a dar comienzo a las celebraciones del 150 aniversario de su fundación.

Nacida oficialmente el 18 de diciembre de 1859 en Turín, Italia, por iniciativa de san Juan Bosco, la Congregación Salesiana está presente hoy en 129 naciones con 16.092 salesianos (10.669 sacerdotes, 2.025 coadjutores, 2.765 seminaristas, 515 novicios y 118 obispos, entre los cuales 5 cardenales).

El aniversario recuerda la reunión que tuvo lugar el 18 de diciembre de 1859 en las habitaciones de Don Bosco en el Oratorio de San Francisco de Sales de Valdocco, en Turín, donde 18 jóvenes, según se señala en la histórica acta, decidieron "erigirse como Sociedad o Congregación que, teniendo como objetivo el ayudarse mutuamente para la propia santificación, se propusiera promover la gloria de Dios y la salvación de las almas, especialmente de las más necesitadas de instrucción y de educación".

El rector mayor de los salesianos, don Pascual Chávez Villanueva, en la carta de convocatoria del 150 aniversario, dirigida a todos los salesianos del mundo, definió el año 2009 como "un año de gracia" que debe ayudar a los hijos de Don Bosco a recordar sus propios orígenes y las finalidades a las que están llamados.

Son diversas las iniciativas y actos programados por las 93 provincias (inspectorías) en que está organizada la Congregación. El año de celebraciones comenzará oficialmente mañana, sábado 31 de enero, fiesta litúrgica de san Juan Bosco. Ese día el rector mayor, don Chávez, presidirá en la basílica de María Auxiliadora en Valdocco (Turín), una celebración eucarística que se transmitirá en directo por el canal italiano Telepace a las 18 (hora de Roma). En dicha Eucaristía el IX sucesor de Don Bosco dará el tradicional mensaje a los jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano presentes en todo el mundo.

En la misma fecha se espera la publicación del contenido del "Proyecto Europa" de la Congregación Salesiana que, buscando responder a los nuevos desafíos que el viejo continente propone a la vida religiosa, a la educación y a la formación de los jóvenes, se compromete a relanzar su propia presencia en Europa.

Este "año de gracia" se distinguirá por la celebración de algunas fechas especiales: el 25 de mayo, en proximidad con la fiesta de María Auxiliadora; el 24 de junio, día onomástico de Don Bosco, fiesta del Rector Mayor; el 16 de agosto, día del nacimiento de Don Bosco; y el 18 de diciembre, día en que los salesianos del mundo están invitados a renovar su profesión religiosa.

Un acontecimiento relevante será la peregrinación de una urna que contiene una reliquia insigne de Don Bosco que recorrerá las distintas naciones en que están presentes los salesianos. El largo itinerario comenzará en julio de este año en Chile y concluirá en 2015, año en que se celebrará el bicentenario del nacimiento de Don Bosco.



domingo, 25 de enero de 2009

Homero y Brad Pitt


José Ramón Aillón

http://www.jrayllon.es

Homero imprescindible

Es posible que, gracias a Brad Pitt, nuestros bachilleres ya no confundan a Homero con Homer, el de los Simpson. Gracias a Pitt sabrán que Homero es griego y escribió la Ilíada y la Odisea. Lo que no se imaginan, porque no lo van a ver en la pantalla ni en los libros de texto, es que sin Homero no estaríamos aquí: ni los españoles, ni los franceses, ni los polacos, ni los rusos, ni los lectores de esta columna, ni Brad Pitt. Por su crónica de la guerra de Troya –la Ilíada–, Homero es el primer periodista del mundo, el primer cronista de guerra. Pero es mucho más que eso. Por una de las consecuencias de esa guerra –el accidentado regreso de Ulises contado en la Odisea– Europa y América existen. Ya sé que es una afirmación muy contundente, pero puede ser argumentada.

Se dice que la diferencia entre el tercer mundo y el primero no la determinan las materias primas. Más bien, parece una diferencia marcada por la diversa concepción del ser humano. En concreto, por la forma de entender qué tipo de conducta es capaz de construir una sociedad donde sean posibles la justicia, la paz y el progreso. Si no se da con esa clave, la superlativa complejidad de la vida social no logra salir del caos, de la ley de la selva. Homero es el primero en entender a fondo esa complejidad y en descubrir las líneas maestras que debe trazar la lógica de la libertad inteligente. Su gran creación se llama Ulises. Mucho más que Aquiles o Héctor, Ulises es la respuesta de Homero a la más urgente de las preguntas: qué significa ser hombre. Una respuesta articulada sobre cuatro rasgos fundamentales: la justicia, la prudencia, la templanza y la fortaleza.

Ante todo orden

Justicia porque el ser humano es social por naturaleza, y la conviviencia necesita el respeto a unas normas de circulación: las leyes. Prudencia porque el mejor uso de la razón es llevar las riendas de la propia conducta, conducirse y acertar en cada caso concreto. Templanza porque nuestra animalidad constitutiva tiende naturalmente al placer, y ese resorte debe ser siempre moderado por la razón, como explica Platón en el célebre mito del carro alado. Las tres virtudes mencionadas no se ponen en práctica de forma espontánea y fácil, sino que necesitan la presencia de una cuarta: la fortaleza, que consiste en aceptar el sacrificio y el sufrimiento por conquistar o defender lo que merece la pena.

Este planteamiento, que discurre por Grecia y Roma y se suma al modelo cristiano, es la triple herencia que constituye la civilización occidental. El tercer mundo es, sobre todo, esa triple carencia. Sospecho que si Homero hubiera sido director de cine, no hubiera filmado la trepidante y anecdótica guerra de Troya, sino el periplo humanísimo e inolvidable del rey de Ítaca. Entre el Aquiles de la Ilíada y el Ulises de la Odisea hay una gran diferencia. El héroe de los pies ligeros es también el guerrero caprichoso y vengativo, capaz de cualquier desmesura irresponsable. Ulises, en cambio, es otra cosa. Tiene la fuerza y el poder de Aquiles, pero ambos resortes están ordenados por la prudencia y un sentido irrenunciable de la justicia. De paso, Homero lo presenta más atractivo que Brad Pitt y lo maquilla con un toque de sensibilidad que le lleva a ponderar su islote abrupto y pedregoso –eso es Ítaca– como una isla "hermosa al atardecer".

La pluma blanca


Alfredo Ortega-Rrillo

Una difusión impredecible

Se cuenta que S. Felipe Neri (1515-1595) imponía a los novicios culpables de difundir rumores maliciosos la penitencia de llevar una almohada de plumas a la parte alta del campanario en un día de vendaval y soltar las plumas al viento. Luego debían bajar de la torre y recoger todas las plumas regadas por la campiña para volverlas a poner en la almohada. Tarea de antemano imposible, con que Felipe quería ilustrar los daños irreparables producidos por el escándalo de una calumnia o de la deformación de un hecho.

En muchas ocasiones noticias de pederastia de ministros de algunas diócesis de la Iglesia católica norteamericana no han sido calumnias ni deformación de hechos, y las autoridades civiles junto con la jerarquía de la Iglesia se han avocado al tema con la debida gravedad del caso, pero el huracán que hicieron los medios de comunicación de estas noticias desprestigian injustamente la vida sacerdotal de otros hombres, muchísimos, que han buscado con entrega absoluta el camino a la santidad siguiendo la imitación a Cristo. Desinflado el huracán, y con tantas plumas dispersas no ha correspondido a este virtuoso regimiento de hombres llamados al sacerdocio recogerlas teniendo tanto trabajo en altares y confesionarios. Más que defender la honra tienen por modelo poner la otra mejilla. Nos toca a otros con vocación de sanpedros recoger las plumas y de paso cortar algunas orejas.

Se equivocan los ministros católicos estadounidenses que proponen la abolición del celibato como medida para reducir los casos de pederastia. Ni siquiera hay correlación entre la forma elegida de vida y la incidencia de esa podredumbre. Los casos de abusos sexuales a menores es cuatro veces más alta entre ministros de otros cultos fuera del régimen del celibato y aún mayor tratándose de hombres padres de familia; pero sobre todo se equivocan porque no entienden el sentido del celibato ni parecen estar a la altura de la santidad para vivirlo.

El celibato no es gracia ni virtud de la mayoría sino de una minoría selecta, dotada de una estructura personal propia, a la que esta gracia, esta virtud, no hace violencia. Si el reino de Dios no es de este mundo, tampoco lo son, de alguna manera, sus embajadores. A ellos concierne dar testimonio de aquel reino precisamente con su forma desprendida de vivir esta vida.

El sacerdote por darse entero a Dios y a sus hermanos los hombres renuncia todos los días a sí mismo; renuncia a hacer una familia que distraiga su atención de esa otra gran familia que él adopta para salvar a través de la administración de los sacramentos, de su consejo y del testimonio de su vida, y que significativamente lo acoge con el cariñoso mote de "padre". Que muchos no puedan entender esta vida en permanente donación del sacerdote célibe se explica fácil: el mundo en que vivimos, orgulloso de las humanas conquistas está privado de la sensibilidad para entender las sublimes conquistas del espíritu. Tampoco pueden entender el lado dócil del celibato en gozosa donación a Dios, castidad vivida y no por desprecio del don de esta vida sino por el aprecio superior a otra de mayor calibre. No se esperaba que lo entendieran todos sino precisamente aquellos que necesitaban entenderlo.

Dejando todo

Interpretar el celibato como una imposición arbitraria de la institución de la Iglesia sobre sus sacerdotes es desconocer la autoridad de esta institución para definir qué decide exigir a sus miembros para el desempeño idóneo de sus funciones al servicio espiritual y pastoral del pueblo de Dios, y es también ignorar que el celibato, antes de asumirse como una imposición desde fuera, se vive de manera interiorizada, integrada en el conjunto de la vida espiritual de quien la vive, con la íntima alegría de una elección hecha por amor a Cristo.

Quienes pugnan por abolir el celibato han argumentado también sobre la conveniencia de que los sacerdotes tengan la experiencia de la vida matrimonial para saber aconsejar matrimonios, lo que es tanto como suponer que el médico deba haber padecido cada enfermedad para saber curarla. El sacerdote no necesita estar casado para predicar la palabra de Dios que enseña el amor, la caridad, la entrega, el sacrificio y el perdón, conceptos fundamentales de un matrimonio cristiano, como tampoco necesita estar casado para conocer la sustancia del amor.

El ministerio del sacerdocio tiene en Jesucristo el modelo directo y el supremo ideal. Jesucristo, en plena armonía con su misión, permaneció toda su vida en estado célibe para dedicarse absoluta y totalmente al servicio del Padre y de los hombres, estado que Jesús mismo exigió de los pescadores que reclutó para hacerlos sus apóstoles al pedirles que dejaran todo y lo siguieran y así se hicieran pescadores de hombres.

La profecía de la "Fides et ratio" de Juan Pablo II

Entrevista con el filósofo dominico Mauricio Beuchot Puente.

Recientemente se han cumplido diez años de la publicación de la encíclica Fides et ratio (Fe y razón) de Juan Pablo II, donde el recordado pontífice reflexiona sobre esas "dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad".

QUERÉTARO, domingo 9 noviembre 2008 (ZENIT.org-El Observador)
En este contexto se inscribe esta entrevista con Mauricio Beuchot Puente, sacerdote dominico, reconocido como uno de los principales filósofos de Iberoamérica, y que se ha distinguido por sus trabajos historiográficos en el área de la filosofía y la teología novohispanas.

Es fundador de la propuesta llamada Hermenéutica analógica, avalada hoy en día como una propuesta original y novedosa en el campo de la hermenéutica filosófica. Desde 1985 es investigador de tiempo completo del Centro de Estudios Clásicos del Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFL) de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Juan Pablo II publicó la encíclica Fides et ratio, ¿Es un escrito para especialistas? ¿Qué ofrece concretamente el Papa Wojtyla en sus reflexiones sobre la relación entre la fe y la razón?

La encíclica no es sólo para especialistas. Lleva la intención de que todos los intelectuales interesados en la fe encuentren un camino por donde discurrir. Juan Pablo II nos ofrece allí sus reflexiones sobre la relación de la fe y la razón. Están dentro de una larga tradición, que pasa por san Agustín, san Anselmo y santo Tomás, de santificar la razón desde la fe.

A diez años de la publicación de Fides et ratio ¿es actual la doctrina ahí contenida? ¿En dónde radica esa actualidad?

La doctrina de Fides et ratio sigue siendo actual. Lo más actual puede ser la apertura con la que el Papa trata la razón y sus conquistas. No se trata de rechazarlas, sino de incorporarlas al acervo del pensamiento cristiano.

Asistimos a una época donde a algunos grupos influyentes en la vida social les parece que apelar a la fe es de "retrógrados"; pero, por otra parte, muchas veces se recurre a la fe de modo fundamentalista, ¿Cómo se pueden conciliar ambos polos? ¿Es verdaderamente la razón la única que puede ayudar a "comprender" la realidad y comprometerse con ella?

No hay que acudir a la fe ni con una actitud fundamentalista ni con una actitud de menosprecio hacia ella. Hay muchos límites que ha encontrado la razón, cada vez le son señalados más, y es donde nos queda el refugio de la fe. Más aún, el intelectual honesto y sin prejuicios contra la religión guarda una actitud modesta ante la razón; no la endiosa ni piensa que puede resolver todo en cuestión de tiempo; se da cuenta de que hay cosas que en principio no hallan respuesta racional. Sobre todo en filosofía.

Es conocida la sentencia philosophia ancilla theologiae (La filosofía-razón es sierva de la teología-fe), ¿es válida esta afirmación hoy en día? ¿Cuáles son los límites y los avatares de esta sentencia? ¿Necesita la fe realmente de la filosofía, o la fe es completamente independiente de la existencia o no existencia de una filosofía abierta en relación a ella?

Ciertamente la filosofía ayuda a la teología, pero ya no como una sierva, sino como una compañera. Desde mi punto de vista, la teología necesita acudir a la filosofía, so pena de quedarse en ese fundamentalismo al que hemos aludido y del que hemos dicho que se tiene que evitar.

Para los hombres y mujeres de hoy, preocupados "en cosas más prácticas", como la supervivencia diaria ¿dice algo este dilema de encuentro y desencuentro de fe y razón? En términos llanos, ¿En qué le afecta? ¿Cómo le ayuda a ser más humano y feliz?

Todo ser humano, por más que tenga que afanarse en las cosas de la vida diaria, tiene una vocación filosófica. Todos buscamos, nos planteamos preguntas que van más allá de las necesidades cotidianas. Aun asediados por esas necesidades, siempre nos llegan momentos para reflexionar sobre asuntos trascendentales. Y no todo se puede resolver con una creencia cómoda, con una fe establecida; hay que pensar, cuestionarse. Allí es donde cobra sentido ver la relación que guardan entre sí la fe y la razón.

sábado, 24 de enero de 2009

Los centros María de Nazaret, evangelización planetaria creativa


Entrevista con Olivier Bonnassies, director de esta iniciativa en Tierra Santa

NAZARET, jueves, 8 enero 2009 (ZENIT.org).-

La realización del Centro Internacional María de Nazaret es la primera etapa de un gran proyecto de evangelización que tiene como fin dar a conocer al gran público la grandeza del misterio de la Madre de Dios, en particular con las nuevas tecnologías de la comunicación, explica Olivier Bonnassies, director del proyecto.

En Nazaret, "la ciudad donde todo comenzó", explica en esta entrevista concedida a ZENIT, comienza también un proyecto de evangelización que se extenderá a través de "centros marianos asociados" por el planeta.

--¿Qué es el proyecto María de Nazaret?

--O. Bonnassies: El 25 de marzo de 2007, en la fiesta de la Anunciación, en Nazaret, se puso la primera piedra del Centro Internacional "María de Nazaret". El patriarca latino de Jerusalén Michel Sabbah, acompañado de obispos de todas las Iglesias cristianas tradicionales en Tierra Santa, presidió esta conmovedora ceremonia, durante la cual el nuncio apostólico transmitió la bendición de Benedicto XVI.

"Nunca las Iglesias cristianas de Tierra Santa, católicas, ortodoxas y protestantes se habían unido de esta manera para apoyar un proyecto. ¡Es un pequeño milagro!", decía monseñor Marcuzzo, obispo de Nazaret, delegado por la Conferencia Episcopal de Tierra Santa, para acompañar el proyecto.

Y añadía: "¡Me hace muy feliz esta iniciativa que será útil a la Iglesia en Tierra Santa, a los peregrinos y también a la Iglesia universal, porque nos va a impulsar de manera muy práctica a remitirnos al gran misterio de la Encarnación, y al lugar sublime de María en el corazón de la comunidad cristiana!".

Los trabajos de realización del Centro --que ofrecerá a peregrinos, turistas y habitantes de Tierra Santa un lugar único, con varios módulos, para descubrir no sólo a María sino también los fundamentos de la fe cristiana-- están en curso. Acabarán en poco más de un año, lo que permite prever la inauguración en 2010.

--¿Cuál es el objetivo del proyecto?

--O. Bonnassies: La realización del Centro de Nazaret es la primera etapa de un gran proyecto de evangelización que busca hacer descubrir al gran público la grandeza del misterio de la Madre de Dios, así como toda la belleza, verdad y profundidad de la fe cristiana, usando sobre todo los diversos medios de comunicación.

En el espíritu de san Luis María Grignon de Monfort, queremos dar a conocer y promover el amor a la Virgen María, para que, a través de ella, Jesús sea mejor conocido y amado. "A través de la Santísima Virgen María, Jesucristo vino al mundo y también por ella debe reinar en el mundo", decía el santo en el "Tratado de la Verdadera Devoción" (n°1).

En una segunda fase, el proyecto María de Nazaret se desplegará en el mundo entero, mediante la creación de centros marianos asociados, que usarán los contenidos realizados para el centro de Nazaret. Hay ya tres programados, en el Líbano, en Brasil y en Polonia, con una creciente financiación local, por la multiplicación de producciones multimedia distribuidas en estos centros marianos, por los medios de comunicación tradicionales, y el despliegue de páginas web de referencia sobre la Virgen María y el conjunto de la fe cristiana, en asociación con otros movimientos.

--¿Han logrado ya la financiación de todo el proyecto?

--O. Bonnassies: Todavía no, lamentablemente. El conjunto del proyecto costará 9,5 millones de euros; hemos ya conseguido 6,5, pero faltan todavía 3 millones para poder acabar las obras en los cinco edificios que hemos comprado y financiar la realización de una primera serie de contenidos multimedia de gran calidad, que están ya en marcha.

--¿Piensa que este proyecto responde a una necesidad actual?

--O. Bonnassies: Sí, porque este mundo necesita redescubrir a María. Nos encontramos hoy en una situación paradójica: la mayor parte de la gente no conoce los fundamentos de la fe cristiana, pero el mundo tiene una gran sed de verdad. Ha perdido la brújula y no sabe dónde encontrarla. Los cristianos, que tienen verdaderamente cosas que decir, tesoros magníficos que transmitir para mostrar hasta qué punto su fe está fundada, es verdadera y fuerte, bella, deben buscar todos los medios para hacerse oír por el gran público.

El proyecto María de Nazaret nació de la necesidad de dotarse de medios nuevos y adaptados para dar a conocer y amar de una manera renovada a la mujer que lleva a Cristo.

--¿Cuáles son los puntos fuertes con lo que cuentan para el futuro?

--O. Bonnassies: Hay varios, gracias a Dios. El primer punto fuerte es que la piedra angular de este proyecto se ha colocado en Nazaret, justo frente a la basílica de la Anunciación, allí donde empezó todo, en el lugar santo de la Encarnación, allí donde el Eterno entró en el tiempo y allí donde Jesús, María y José vivieron treinta años de vida oculta. El hecho de que este proyecto parta de Nazaret es una oportunidad y un privilegio porque aquí vienen medio millón de peregrinos al año, para irradiar a continuación al mundo entero. Las Iglesias locales desearon ardientemente una iniciativa como ésta tras su Sínodo del año 2000, que definió la "pastoral de los Santos Lugares" como la gran prioridad.

Juan Pablo II y Benedicto XVI suplicaron repetidas veces que se haga todo lo posible por ayudar a los cristianos de Tierra Santa. Este proyecto de paz, que ha sido bien recibido por todas las comunidades cristianas, e incluso por los musulmanes, y los judíos locales, permitirá también ofrecer empleos, crear relaciones con numerosos países y dar a todos nuestros hermanos de Tierra Santa nuevas razones para permanecer, según su vocación.

Este gran proyecto de reunión en torno a María, apoyado por tres patriarcas, nueve cardenales, los obispos de los mayores santuarios marianos (Loreto, Lourdes, Guadalupe, Czestochowa, Aparecida, etc.), por muchas personalidades, por 25.000 donantes, dos mil orantes y por 50.000 suscriptores que reciben cada día nuestro informativo gratuito en internet "Un minuto con María".

El proyecto María de Nazaret se desarrollará cada vez más en una lógica de apertura y de asociación con todos los movimientos y los productores cristianos que comparten los mismos fines y el mismo deseo de evangelización a través de los medios de comunicación.

--¿Qué es un centro mariano asociado a María de Nazaret?

--O. Bonnassies: El centro mariano asociado es un concepto muy sencillo: es un lugar al que el gran público puede venir para descubrir de un modo nuevo e intenso a la Virgen María y al conjunto de la fe cristiana, a partir de producciones multimedia que serán, si es posible, constantemente renovadas.

--¿Cuáles son los lugares donde se podrían desarrollar centros marianos asociados en el futuro?

--O. Bonnassies: Los proyectos se harán siempre a petición del obispo de lugar, con el compromiso de una comunidad religiosa, para la animación diaria. Los lugares de implantación podrán encontrarse prácticamente en los numerosos santuarios existentes, pequeños o grandes, o en otros lugares oportunos: sobre todo habrá necesidad de que la fe se anuncie de una manera fuerte, moderna y atrayente, para tocar de otra manera a la gente a la que la Iglesia no logra llegar.

Además de las estructuras de importantes dimensiones de los centros marianos asociados, que reciben a miles o millones de fieles, será también posible presentar todos o parte de los audiovisuales de evangelización desarrollados por los centros marianos en salas especiales, puestas a disposición por los santuarios o los lugares de evangelización ya existentes.

--¿Cómo y por quién serán gestionados estos centros marianos, asociados al Centro Mariano Internacional de Nazaret que ustedes multiplicarán en el mundo?

--O. Bonnassies: Los centros marianos asociados, que se creen en el futuro serán siempre gestionados y financiados localmente por aquellos que los tomen a su cargo. Puede tratarse de comunidades, congregaciones o movimientos animados y apoyados por sus obispos.

Estos centros marianos funcionarán como una "franquicia", lo que quiere decir que pondremos a su disposición sin cargo todas las producciones audiovisuales desarrolladas en el marco de nuestro proyecto. Como intercambio, los centros devolverán el 9% de sus ganancias generadas por las entradas al centro y por estas actividades (entrada, tienda, restaurante, etc).

Hay que precisar que este proyecto, que responde a una estructura comercial clásica, no tiene afán de lucro, y que todos los directivos de la asociación María de Nazaret son desde siempre voluntarios, y que lo seguirán siendo en el futuro, y que los ingresos que recibirá nuestra Asociación --que esperamos cada vez más importantes a medida que crezca el número de los centros marianos asociados--, sólo serán usados para dos fines: producir sin cesar nuevos contenidos multimedia de gran calidad al servicio del Evangelio y sostener los centros marianos que estén en dificultad, sobre todo en los países donde es más difícil la evangelización. Estos principios sencillos pueden permitir que muchos se unan a este proyecto desinteresado, totalmente al servicio de la evangelización, y que se encuentren así los medios para su desarrollo.

--¿A cuántas personas esperan llegar de este modo?

--O. Bonnassies: Trabajamos actualmente en los planos de un "centro mariano modelo" que costaría unos dos millones de euros y que podría acoger a 250.000 personas al año. Pensamos que este tipo de centro podría encontrar una solución financiera, en todas las zonas desarrolladas que reúnen a varios millones de personas. Esperamos que podría haber en los próximos años varias decenas de centros de este tipo, que en conjunto serían visitados por varios millones de personas al año.

Si llegamos a conseguirlo, si esto ayuda a numerosas personas de todo el mundo a descubrir a María, y por ella y con ella, a Jesús nuestro salvador, y que los sitios en internet asociados tengan también una gran audiencia, será formidable.

Esto cambiará también muchas cosas, porque querrá decir que hemos creado una importante red de distribución propia cristiana que no existe actualmente, y que beneficiará a todos. Porque todos los productores cristianos que lo deseen podrán contemplar la posibilidad de desarrollar proyectos de mayor envergadura, ya que tendrán la posibilidad de encontrar con más facilidad un público amplio y poder, por tanto, obtener una rentabilidad. Multiplicar los centros marianos podría también ser una fantástica oportunidad para llevar a descubrir la belleza, profundidad y verdad de la fe cristiana.

--¿Está usted buscando actualmente asociados para todo esto?

--O. Bonnassies: Es un proyecto que, evidentemente, es difícil de construir, y todas las buenas voluntades serán bienvenidas. Quienes tengan la posibilidad de prever la creación de un centro mariano asociado al de Nazaret en su país o su región, pueden empezar a reflexionar sobre ello, en conexión con su obispo. Este proyecto se hará en asociación con todos aquellos que aman a la Virgen María y que tienen el anhelo de Tierra Santa, de la unidad de los cristianos y de la evangelización del mundo.

En siglos pasados, nuestros padres construían catedrales, en este principio del tercer milenio, ¡esperamos construir los centros marianos que irradiarán la fe al mundo de hoy! Es un privilegio y una alegría profunda participar en tal proyecto; todos los voluntarios y beneactores lo vivimos así. Los años transcurridos demuestran que la Providencia lo quiere. En el mundo, miles de seres humanos esperan el Evangelio. La participación de todos aquellos que se sientan llamados a este proyecto es verdaderamente necesaria.

Más información en: http://www.mariedenazareth.com

Por Jesús Colina, traducido del francés por Nieves San Martín

sábado, 17 de enero de 2009

Indulgencia plenaria las familias que se unan en la oración con México


Así como a los participantes en el Encuentro Mundial del 13 al 18 de enero

CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 11 de enero de 2009 (ZENIT.org).-

Benedicto XVI ha establecido que puedan alcanzar la indulgencia plenaria los participantes en el VI Encuentro Mundial de las Familias, así como las familias que, al no poder estar presentes, se unan al acontecimiento en oración.

Así lo explica un decreto de emitido por la Penitenciaría Apostólica, hecho público por la Santa Sede el 10 de enero, en preparación de ese acontecimiento que acogerá en la Ciudad de México del 13 al 18 de enero a más de un millón de personas.

El documento, firmado por el cardenal James Francis Stafford, penitenciario mayor, y por el obispo Gianfranco Girotti, o.f.m. Conv., anuncia que "el Santo Padre concede a los fieles la indulgencia plenaria, que debe alcanzarse con las condiciones acostumbradas (confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del mismo sumo pontífice), excluido cualquier apego al pecado, en los días en los que participarán devotamente al IV Encuentro Mundial de las Familias".

Por otra parte, sigue diciendo, "los fieles que, verdaderamente arrepentidos, no puedan participar en este evento, alcanzarán la indulgencia plenaria, con las mismas condiciones, si, unidos en espíritu y pensamiento a los fieles presentes en la Ciudad de México, recitan en familia el Padrenuestro, el Credo, y otras oraciones para invocar de la Divina Misericordia las finalidades antes indicadas, en particular, en los momentos en los que las palabras y mensajes del pontífice sean transmitidos por la televisión y la radio".

El documento subraya la importancia decisiva que este Encuentro tiene para la Iglesia, pues de la familia depende la educación espiritual y moral de las futuras generaciones.

El documento vaticano espera que la cita de México "infunda en las familias cristianas la fuerza para transmitir santamente a las futuras generaciones los rectos principios de conciencia que deben ser cultivados con la ayuda de la gracia de Dios".

El Código de derecho canónico (c. 992) y el Catecismo de la Iglesia católica (n. 1.471) explican que "la indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos".

Creado por Juan Pablo II, el Encuentro Mundial de las Familias es una gran convocatoria que cada tres años hace el Papa para celebrar el don divino de la familia.

sábado, 10 de enero de 2009

España: “San Pablo fue un campeón de la Filosofía”


El austríaco Josef Seifert abrió el curso del Instituto Edith Stein de Granada

GRANADA, martes, 7 octubre 2008 (ZENIT.org).-

Josef Seifert, austríano y rector de la Academia Internacional de Filosofía, con sede en Liechtenstein y Santiago de Chile, dictó la lección inaugural en la apertura de curso del Instituto de Filosofía Edith Stein (IFES) de la Diócesis de Granada, España.

Ayer 6 de octubre tuvo lugar el acto inaugural del curso académico 2008/2009 del Instituto, informa a Zenit el Instituto Edith Stein.

Este centro de investigación y formación superior nació hace tres años con la intención de buscar la verdad desde el camino de la filosofía. Para el IFES, “no existe una separación tajante entre Filosofía y Teología, de tal manera que un cristiano no puede dejar de serlo o simular que no lo es cuando utiliza la razón, sino que la utiliza desde la iluminación de la fe y dentro de la tradición cristiana de la que forma parte”.

El acto comenzó con la celebración de la Eucaristía en La Cartuja, y continuó con unas palabras del arzobispo, Javier Martínez.

La lección inaugural del profesor Josef Seifert, titulada “Fe y Razón: ¿Fue san Pablo el mayor crítico o el más firme defensor de la filosofía?”, se inscribe en el marco del Año Paulino y del 10º aniversario de la encíclica de Juan Pablo II Fides et Ratio.

El profesor Seifert analizó los textos paulinos para concluir que san Pablo fue un firme defensor de la razón, “un campeón de la filosofía”, que distinguía con claridad entre la auténtica búsqueda de la verdad y los discursos meramente retóricos o ideológicos.

El ponente efendió la necesidad que tiene la razón de la fe para llegar las verdades más profundas, y la necesidad de que los creyentes utilicen la razón para poder comprender las verdades de la fe.

También insistió en la capacidad de la razón para alcanzar por sí sola un cierto conocimiento de Dios y de muchos de sus atributos esenciales.

Con este acto el Instituto de Filosofía Edith Stein “renueva su compromiso de servir a la ciudad de Granada y, en general, a la cultura en todo el mundo, en el deseo profundo de realizar trabajos filosóficos sobre los problemas que más nos interesan a todos, buscando la verdad de una forma abierta y franca, sin las connotaciones y prejuicios ideológicos que, desgraciadamente, a menudo afectan a la labor intelectual hoy en día”.

martes, 6 de enero de 2009

¿Soñadores en pos de una estrella?


Fuente: Catholic.net
Autor: P. Sergio A. Córdova LC



Mateo 2, 1-12


Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle.» AL oír esto, el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén. Convocó a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, y por ellos se estuvo informando del lugar donde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: «En Belén de Judea, porque así está escrito por medio del profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres, no, la menor entre los principales clanes de Judá; porque de ti saldrá un caudillo que apacentará a mi pueblo Israel.Entonces Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo de la aparición de la estrella. Después, enviándolos a Belén, les dijo: Id e indagad cuidadosamente sobre ese niño; y cuando le encontréis, comunicádmelo, para ir también yo a adorarle. Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra. Y, avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino.


Reflexión


“Epifanía” es una palabra griega que significa, literalmente, “manifestación, revelación”. Celebra, ni más ni menos, la “manifestación” del Hijo de Dios al mundo, su revelación a los pueblos gentiles, representados en los Reyes Magos.

El día de Reyes es, tradicionalmente, un día de alegría, de luz, de fiesta. Es el día de los regalos. Todos guardamos vivencias entrañables de nuestra infancia. Decir “día de Reyes” equivale a poner en marcha toda la fantasía infantil para soñar cosas maravillosas: los tres Reyes Magos, con espléndidas caravanas y rico séquito, procedentes de Oriente, cargados de regalos para todos los niños del mundo. Sus Majestades reales –que la tradición llama Melchor, Gaspar y Baltasar—vienen de las lejanas tierras de Arabia, Persia y Mesopotamia, montados en camellos y dromedarios, trayendo al Niño Dios exóticos regalos.

Diríamos que en este día se mezclan los sueños, la poesía, el folklore, la religiosidad y la leyenda. Y, aunque el Evangelio de san Mateo nos ofrece elementos interesantes, basados en la literatura profética de Isaías y en la tradición mesiánica del pueblo judío, con cierto aire escatológico, en realidad no sabemos exactamente cómo sucedieron las cosas. Aún hoy en día discuten los teólogos y los exegetas para interpretar el prodigioso suceso de la Epifanía: el misterio inaudito de la estrella, los magos que siguen señales celestes, los espléndidos regalos, etc.

Pero dejemos nosotros a un lado las complicaciones hermenéuticas de los eruditos para centrarnos, con sencillez, en lo esencial del misterio. Estos Reyes Magos tienen muchísimas cosas que enseñarnos, sobre todo al hombre moderno, tan contaminado de racionalismo, pragmatismo y materialismo. El hombre de hoy exige argumentos palpables, empíricamente cuantificables y “seguros” para poder dar un paso hacia adelante, sobre todo cuando se ven comprometidas sus decisiones vitales.

Pero estos personajes de Oriente, sin haber recibido el don de la fe monoteísta del Pueblo elegido ni la esperanza en un Mesías Salvador como lo entendía Israel, sin pruebas contundentes y científicamente verificables, se ponen en marcha hacia lo desconocido, siguiendo la luz de una estrella. Para la mentalidad del mundo, esos hombres serían unos pobres ilusos, unos simples “soñadores” o unos aventureros a ultranza. Sin embargo, ellos seguían la estrella de una fe, en la que descubrían mucho más que un dato astrológico; para ellos, ése era un lenguaje divino, un signo trascendente que hablaba directamente a sus corazones y los invitaba a buscar a ese “Rey” de los judíos, que ellos intuían como el Mesías esperado de los pueblos. Seguramente conocían las Escrituras y en esa señal del cielo descubrieron la voz misma de Dios que los llamaba a buscarlo.

¿Cuántos de nosotros somos capaces de descubrir en una “estrella” –que pueden ser las mil circunstancias de cada día: un encuentro, una noticia alegre o desagradable, una enfermedad, etc.— a través de la cual nos habla Dios nuestro Señor y nos revela su voluntad santísima sobre nosotros? ¿Y cuántos tenemos el valor de seguir esa estrella, aunque eso nos exija romper nuestras seguridades demasiado “humanas” y terrenas, confiar en la voz de Dios y ponernos en camino –como los Reyes Magos, como Abraham, como la Santísima Virgen— “hacia el lugar que Él nos mostrará”? ¿Por qué no dejarnos guiar, también nosotros, por esa “estrella” de la fe? ¡Ojalá que también nosotros tengamos el valor de seguir la estrella que Dios nos manda!

Pero, ¡atención!, porque esa estrella puede también ocultársenos de cuando en cuando, como les pasó a los Magos. Y es entonces cuando necesitamos de una fe todavía más grande y fuerte para seguir caminando, a oscuras; es decir, aunque no vemos ya casi nada, aunque no sepamos por dónde nos conduce Dios, aunque no comprendemos por qué nos trata de una manera o de otra –por ejemplo, cuando permite un gran sufrimiento moral, una desgracia personal o la enfermedad de un ser querido—. A veces no vemos la estrella. Pero es preciso seguir confiando.

Ella sigue allí, arriba, en el cielo, aunque de momento no la veamos. Ya reaparecerá. Es la seguridad de Dios la que ha de impulsarnos a continuar hacia adelante, hasta llegar al lugar en donde se encuentra el Niño Dios junto con su Madre santísima y san José.

Pero también en este momento necesitamos la fe, para descubrir en ese Bebé recién nacido al Hijo de Dios, encarnado para redimirnos. No pensemos en un Mesías poderoso, en un palacio adornado de oro y marfil, rodeado por miles de servidores… No. Es un Mesías pequeñito, humilde, pobre, indefenso. ¡Y ése es Dios! También se requiere la fe para descubrir a Dios en las cosas pequeñas, en un niño pobre, en un mendigo, en un hombre que sufre, en un borrachito, en una pobre prostituta… Dios se esconde entre esas pajas humanas y es su modo de actuar, tan inaudito e insospechado para nuestra mente humana.

Y, una vez ya en la gruta de Belén, postrémonos ante el Niño Dios para adorarle y ofrecerle nuestros regalos, como los Reyes Magos. Ellos le ofrecieron: oro, el regalo propio de los reyes; incienso, oferta tributada sólo a Dios; y mirra, don ofrecido al Hombre verdadero. Ellos le llevaron el regalo más preciado de su tierra de origen. También nosotros ofrezcámosle al Niño lo mejor de nuestra alma: el oro de nuestro amor, de nuestra fe y confianza en Él; el incienso de nuestra piedad y adoración; la mirra de nuestra obediencia y humildad.

¿Qué les vas a regalar hoy al Niño Jesús? ¿Cuál va a ser tu oro, tu incienso y tu mirra?

sábado, 3 de enero de 2009

Las leyes deben garantizar la dignidad humana, según la Santa Sede


Intervención de monseñor Celestino Migliore ante la ONU

NUEVA YORK, martes 21 de octubre de 2008 (ZENIT.org).-

El imperio de la ley se ha convertido en un instrumento fundamental de equilibrio mundial para evitar el predominio del uso de la fuerza, pero será insuficiente si no es capaz de proteger la dignidad de la persona humana.

Así lo afirmó el Observador Permanente de la Santa Sede ante a ONU, monseñor Celestino Migliore, en una intervención el pasado 14 de octubre ante la 6ª comisión de las Naciones Unidas, y cuyo contenido hizo público ayer el Vaticano.

Monseñor Migliore admitió que el imperio de la ley “ha crecido en importancia como un pilar vital” para el desarrollo y la paz mundial, pues es el “instrumento indispensable” para proteger la dignidad humana.

Sin embargo, advirtió, “en el presente contexto cultural, en que la ley se percibe más bien como el respecto a procedimientos formales en lugar de en términos sustantivos, el imperio de la ley podría ser insuficiente por sí solo para defender la dignidad de la persona humana”.

Los derechos de las personas, afirmó monseñor Migliore, “no son simplemente una colección de normal legales sino que representan, por encima de todo, valores fundamentales”, que deben ser “apoyados por la sociedad, si no quieren correr el riesgo de desaparecer de los textos legales”.

La dignidad de la persona humana, explicó, “debe ser salvaguardada en la cultura, en la mentalidad pública y en la conducta de la sociedad, como una condición previa y en orden de ser protegida por la ley”.

Con todo, monseñor Migliore explicó que, aunque la ley no sea suficiente por sí misma, sigue siendo ese “instrumento indispensable” previsto por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que asigna a los Estados “la tarea de permitir y facilitar la realización de los fines trascendentales a los que las personas están destinadas”.

La ley, es un “componente vital” que permite a los Estados proteger a sus poblaciones “del genocidio, los crímenes de guerra, la limpieza étnica y los crímenes contra la humanidad”, explicó el prelado, e incluso permite “a la comunidad internacional intervenir cuando un Estado no puede o no quiere ejercer esta responsabilidad”.

Sin embargo, subrayó que esta capacidad de intervenir no debe entenderse sólo en el plano militar por parte del Consejo de Seguridad, sino también como cooperación. “La construcción de estructuras legales nacionales ayudarán a los estados a advertir la comisión de atrocidades, estableciendo mecanismos para promover la justicia y la paz”, explicó.

Además, este imperio de la ley entendido como cooperación podría ayudar, en la actual crisis económica, “a promover un desarrollo económico limpio y estable”.

“En los países en vías de desarrollo, el imperio de la ley puede ayudar al crecimiento económico y social como en los países desarrollados, a través de regulaciones justas que aseguren la estabilidad económica y la imparcialidad”, concluyó.

[Por Inma Álvarez]

jueves, 1 de enero de 2009

María, Madre de Dios, Santa


Primera fiesta mariana que apareció en la Iglesia occidental.

1 de enero

Es el mejor de los comienzos posibles para el santoral. Abrir el año con la solemnidad de la Maternidad divina de María es el mejor principio como es también el mejor colofón. Ella está a la cabeza de todos los santos, es la mayor, la llena de Gracia por la bondad, sabiduría, amor y poder de Dios; ella es el culmen de toda posible fidelidad a Dios, amor humano en plenitud. No extraña el calificativo superlativo de "santísima" del pueblo entero cristiano y es que no hay en la lengua mayor potencia de expresión. Madre de Dios y también nuestra... y siempre atendida su oración.

Los evangelios hablan de ella una quincena de veces, depende del cómputo que se haga dentro de un mismo pasaje, señalando una vez o más.

El resumen de su vida entre nosotros es breve y humilde: vive en Nazaret, allá en Galilea, donde concibió por obra del Espíritu Santo a Jesús y se desposó con José.

Visita a su parienta Isabel, la madre del futuro Precursor, cuando está embarazada de modo imprevisto y milagroso de seis meses; con ella convive, ayudando, e intercambiando diálogos místicos agradecidos la temporada que va hasta el nacimiento de Juan.

Por el edicto del César, se traslada a Belén la cuna de los mayores, para empadronarse y estar incluida en el censo junto con su esposo. La Providencia hizo que en ese entonces naciera el Salvador, dándolo a luz a las afueras del pueblo en la soledad, pobreza, y desconocimiento de los hombres. Su hijo es el Verbo encarnado, la Segunda Persona de Dios que ha tomado carne y alma humana.

Después vino la Presentación y la Purificación en el Templo.

También la huída a Egipto para buscar refugio, porque Herodes pretendía matar al Niño después de la visita de los magos.

Vuelta la normalidad con la muerte de Herodes, se produce el regreso; la familia se instala en Nazaret donde ya no hay nada extraordinario, excepción hecha de la peregrinación a Jerusalén en la que se pierde Jesús, cuando tenía doce años, hasta que José y María le encontraron entre los doctores, al cabo de tres días de angustiosa búsqueda.

Ya, en la etapa de la "vida pública" de Jesús, María aparece siguiendo los movimientos de su hijo con frecuencia: en Caná, saca el primer milagro; alguna vez no se le puede aproximar por la muchedumbre o gentío.

En el Calvario, al llegar la hora impresionante de la redención por medio del cruentísimo sufrimiento, está presente junto a la cruz donde padece, se entrega y muere el universal salvador que es su hijo y su Dios.

Finalmente, está con sus nuevos hijos _que estuvieron presentes en la Ascensión_ en el "piso de arriba" donde se hizo presente el Espíritu Santo enviado, el Paráclito prometido, en la fiesta de Pentecostés.

Con la lógica desprendida del evangelio y avalada por la tradición, vivió luego con Juan, el discípulo más joven, hasta que murió o no murió, en Éfeso o en Jerusalén, y pasó al Cielo de modo perfecto, definitivo y cabal por el querer justo de Dios que quiso glorificarla.

Dio a su hijo lo que cualquier madre da: el cuerpo, que en su caso era por concepción milagrosa y virginal. El alma humana, espiritual e inmortal, la crea y da Dios en cada concepción para que el hombre engendrado sea distinto y más que el animal. La divinidad, lógico, no nace por su eternidad.

El sujeto nacido en Belén es peculiar. Al tiempo que es Dios, es hombre. Alta teología clasifica lo irrepetible de su ser, afirmando dos naturalezas en única personalidad. El Dios infinito, invisible, inmenso, omnipotente en su naturaleza es ahora pequeño, visible, tan limitado que necesita atención. Lo invisible de Dios se hace visible en Jesús, lo eterno de Dios entra con Jesús en la temporalidad, lo inaccesible de Dios es ya próximo en la humanidad, la infinitud de Dios se hace limitación en la pequeñez, la sabiduría sin límite de Dios es torpeza en el gemido humano del bebé Jesús y la omnipotencia es ahora necesidad.

María es madre, amor, servicio, fidelidad, alegría, santidad, pureza. La Madre de Dios contempla en sus brazos la belleza, la bondad, la verdad con gozoso asombro y en la certeza del impenetrable misterio.